Padre y Madre nuestra, alabado seas en todo el universo. Ayúdanos a comprometernos por la verdadera paz que nace de la justicia, en esta tierra, para los hombres y mujeres que tanto amas.
Te pedimos que nos encaminemos cada día hacia Belén, con el deseo de mejorar nuestro mundo, compartiendo el pan y la acogida, la paz y la amistad, la ternura y la equidad.
Cumpliremos tu voluntad de felicidad y dignidad para la humanidad y todo nuestro mundo, cuando seamos sencillos en nuestra existencia, desprendidos, comprometidos por una vida en plenitud y abundancia.
La Navidad de cada día nos invita a ofrecer nuestro perdón y a dejarnos perdonar, a sentirnos perdonados, a llevar la reconciliación a nuestro mundo y a quien camina a nuestro lado.
Quienes sufren la marginación, el odio y la noche de la desesperación, son la llamada para encontrarte en sus existencias heridas. Allí te hallaremos si nos hacemos próximos, si abandonamos nuestro bienestar y salimos a su encuentro.
Solo así hallaremos la verdadera estrella de la felicidad y la integridad para nuestras vidas, para el mundo y el universo que nos rodea y envuelve con tanto cuidado y ternura. Amén.
(
Cuida con amor tus estrellas. Paulinas)