Los sueños de este invierno y su herrumbre permanecen desconsolados ante el umbral de la incertidumbre.
Pero los sueños auténticos de la pasión vislumbran lo posible, lo que puede llegar a su sazón:
Sueños que convocan para la libertad. Sueños que alientan y convocan. Sueños abiertos a un horizonte de paz, que invitan a caminar y nos provocan.
Sueños que desvelan el misterio. Sueños que se sueñan con los ojos despiertos al ensueño.
Sueños que ofrecen pleno sentido a la vida. Sueños de lo que todavía no es, pero que llevan en su entraña la herida, la simiente de lo que será a la hora de la mies.
Sueños que más que evocar el más íntimo subconsciente, te estimulan, te reviven, se presienten.
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Cuida con amor tus estrellas, Paulinas).