Tú nunca nos defraudas (Salmo 24)

Ante ti, mi Dios, alzo mi plegaria.
No te dirijo ninguna petición,
sino que pongo mi vida ante ti
para intentar cumplir tu voluntad.

Tú nunca nos defraudas
si de verdad confiamos en tu amor.

Enséñanos las sendas que nos conduzcan
a la vida
, a la felicidad compartida
de un destino rebosante de esperanza
para toda la humanidad.

Tu ternura y tu bondad
son parte esencial de tu mismo ser
.
Sentimos que se diluyen nuestras culpas
antes de expresarte nuestro deseo de perdón.

Estamos llamados a ser tu misma imagen,
viviendo con tus mismos sentimientos,
siguiendo los pasos de tu hijo Jesús,
y cumpliendo su único mandato: el del amor.

Tú confías en nosotros,
a pesar de nuestras infidelidades.

Mi espíritu rebosa felicidad
cuando vislumbro que nuestra descendencia
va a ser dueña de su propio destino,
cuidando de los demás y de la madre tierra.

Nadie quedará defraudado si acude a ti
con la mirada limpia de la sencillez y la confianza.
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