Por depositar en mí
la semilla de la confianza,
dejándome conducir por la voz presentida,
le doy gracias a la vida.
Por el sentido del humor,
por las manos tendidas,
por la caricia sentida y su ardor,
le doy gracias a la vida.
Por la luz y su mañana,
por el corazón cordial, compartido,
por la sonrisa acogedora, cercana,
le doy gracias a la vida.
Por la mar en calma,
por sus olas embravecidas,
por la espuma depositada en mi alma,
le doy gracias a la vida.
Por el manantial de la amistad,
por su fuente clara, vertida,
por su frescura y su sinceridad,
le doy gracias a la vida.
Por la palabra libre, inspiradora,
por la pasión que me provoca y me cuida,
por alumbrar en mí su acción creadora,
le doy gracias a la vida.
Por la fértil tierra y sus frutos,
dolorido por sus lágrimas afligidas;
por el instante en que me dará cobijo,
le doy gracias a la vida.