No me hables de amor
si lo cotidiano sabe únicamente a inquietante rutina
si el verano no es la antesala de la primavera,
si a la claridad no la precede la efímera neblina.
No me hables de amor
si tus ásperas manos no acarician con mimo,
si las pisadas no se posan leves, paralelas,
si tus sinceras palabras no se pronuncian con cariño.
No me hables de amor
si tus certezas no admiten la búsqueda de la identidad,
si el detalle no arrebola el rostro, enciende la vela,
si el empeño no admite la disculpa ante la fragilidad.
No me hables de amor
si el horizonte no está marcado por la confianza,
si la libertad no acrecienta la ternura siempre al acecho,
si a la luz de la espuma, no te arrebata la pasión y su esperanza.