Nada procede de la nada
Las gemas brotan después de que la savia
haya fecundado la invernal rama.
La incandescente estrella surgió
de extensas nubes de gases y promesas.
Una mirada es la réplica apremiante
a la intangible señal de otra mirada.
El beso responde delicado o ardiente
a la demanda de la ternura o el deseo.
La ola conlleva el ferviente anhelo
del mar por reposar sobre la playa.
Tu sutil, cotidiana presencia en mi vida,
es fruto de una ofrenda compartida.
Cuando mis días regresen al manantial,
se revelará el fulgor de nuestro
inicial, breve e indeleble encuentro.