Un sorprendente don cotidiano

Un sorprendente don cotidiano
Un sorprendente don cotidiano

He andado muchos caminos

he abierto muchas veredas…

(Antonio Machado)

UN SORPRENDENTE DON COTIDIANO

Mi corazón ha transitado sin sosiego

por las sombras del abatimiento,

por los suburbios del desespero,

atravesando ríos de sangre y cieno.

Bajo las lágrimas colgantes de los sauces,

brotan sofocantes clamores silenciosos que,

como búhos nocturnos, suplicantes,

me condujeron hacia la esencia de la luz.

He andado a ciegas tanto tiempo,

que cada instante es ahora un fulgor

y sus destellos me han hecho recuperar

un corazón multiplicado.

Aunque entre la alegría y el dolor

exista un límite incierto,

un solo reflejo en el espejo del agua

presagia un sorprendente don cotidiano.

Soy deudor de mil afectos,

y sé que en mis manos palpita el misterio;

pues me acompañan las huellas indelebles

que han impreso en mí su herida luminosa.

Habito al fin confiado en este frágil universo,

sin pretensiones ni desvelos,

junto a la certeza ineludible de la espina

y la fragante esencia de la rosa.

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