Rector Mayor de los Salesianos a jóvenes de Madrid: “Mi vida os pertenece”

Reproducimos la crónica del encuentro del sábado del Rector Mayor de los Salesianos, el mexicano Pascual Chávez, con jóvenes de centros juveniles de Madrid. Firma la crónica Marta Cesteros, y la tomo de www.salesianos-madrid.com.

El encuentro del Rector Mayor con los jóvenes, durante su visita a la Inspectoría de Madrid, empezaba a las 6 de la tarde del sábado, en el teatro de la obra salesiana del Paseo de Extremadura, con una oración común en la que se recordaba, a través del evangelio de san Lucas, que el mensaje y la propuesta de vida de Jesús no se dirige sólo a las personas intelectualmente elevadas, sino a los pequeños y sencillos con corazón abierto, como son los jóvenes.

Sentado entre los chicos y chicas de los centros juveniles de todas las obras de Madrid, el Rector Mayor pudo disfrutar de la representación del musical “Footloose”, basado en la película del mismo título del año 1984. Al término de la obra, Don Pascual felicitó a todos los miembros del grupo de teatro Amorevo, del Centro Juvenil Paseo de la obra Salesianos del Paseo Extremadura, por su excelente y profesional trabajo.

A continuación, se abrió un espacio para el coloquio, durante el que el Rector Mayor habló de las aspiraciones y necesidades de los jóvenes, puestas de manifiesto en el argumento de la obra. Con su extraordinaria capacidad para extraer los mensajes profundos de las cosas aparentemente insignificantes, destacó especialmente tres valores reflejados por la obra a los que son especialmente sensibles los jóvenes: el ansia de libertad, la necesidad de vivir la vida en plenitud y celebrarla con alegría y la búsqueda del amor verdadero. Sin embargo, apuntó que “ni la libertad ni la vida son valores absolutos por sí mismos; es el amor el valor más importante, entendido como entrega, el que da sentido a la libertad, que se convierte en servicio, y a la propia vida”.

En su alocución, Don Pascual compartió con los chavales y educadores presentes sus impresiones sobre la situación de los jóvenes en otros países que ha visitado durante el último año. Les habló especialmente del momento de gran desarrollo y protagonismo que viven los jóvenes en la India, de las dificultades e inmensa pobreza material y espiritual en la que se encuentran los jóvenes de Rusia, y del entusiasmo y profundidad espiritual de los casi 6.000 jóvenes italianos del MJS reunidos en Jesolo (Venecia), así como de su capacidad de comprometerse con los problemas sociales.

También explicó brevemente a los jóvenes en qué consiste el llamado “Proyecto Europa”, con el que los salesianos pretenden revitalizar el carisma de la congregación en el viejo continente. Preguntado por los puntos fuertes y débiles que encontraba en los jóvenes europeos, Don Pascual recordó que los jóvenes de Europa son herederos de una riqueza humanista que no tiene ningún otro continente del mundo pero, por otro lado, se mostró preocupado porque los jóvenes europeos viven angustiados por el futuro, inmersos en una sensación de inseguridad provocada por la imposibilidad de formar una familia y desarrollar proyectos de vida estable, dada la precariedad laboral que se vive en Europa.

Los jóvenes de Madrid también pudieron acercarse un poco más a la persona de Don Pascual, a través de un simpático cuestionario de preguntas breves que se le dirigieron, a partir de las que habló de cosas tan aparentemente intrascendentes como sus preferencias musicales, su equipo de fútbol preferido, sus deportistas más admirados o su opinión sobre la famosa (pero pésima, según los mexicanos) cerveza “Coronita”. El Rector Mayor confesó a los jóvenes que en su casa lo llaman “Paco” porque a su madre no le gustaba el nombre de Pascual, heredado por tradición familiar. Esta fue la parte más entrañable y cercana de la tarde, que transcurrió entre risas y complicidad.

Para concluir el encuentro, el Rector Mayor se despedía de los jóvenes de Madrid con las “Buenas Noches” salesianas, en las que recordó, al hilo de los 150 años que cumple la congregación, que ésta no fue fundada por los adultos colaboradores de Don Bosco, sino por los propios jóvenes en los que Don Bosco confió para dar continuidad a su proyecto: toda una invitación para los chavales que le escuchaban a que recogieran ese testigo. El broche de oro de su mensaje a los jóvenes de Madrid fue este: “Yo quiero seguir creyendo en los jóvenes, apostando por los jóvenes y dando mi vida a los jóvenes. Mi vida os pertenece”.
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