Vivir, sobrevivir, desvivirse, convivir en África
VIVIR EN AFRICA
Llevo casi veinte años viviendo en una pequeña región del África Central (África es un continente de más de 30 millones de kilómetros cuadrados y casi mil millones de habitantes) y pretendo, me lo han pedido, escribir sobre una realidad que es demasiado grande como para querer abarcarla con unas palabras o unas imágenes. Sin embargo, por nuestra condición humana, siempre limitada, necesitamos hacer de nuestras pequeñas anécdotas, reducidas en el tiempo y en el espacio, unas categorías universales, al menos, para los que nos escuchan o leen.
Decía que llevo “viviendo” algún tiempo en África y que tengo la osadía de compartir algunas de mis reflexiones y cuestiones a partir de mi “vivencia”.
SOBRE-VIVIR EN AFRICA
Sobre-vivir en AFRICA, significa seguir viviendo con un dólar por día, es decir: hacer una comida al día, siempre al atardecer, cuando mamá llega del campo con la “cesta”; tener dificultades para acceder a los cuidados médicos de salud, salvo los “poderosos” que frecuentan hospitales de “blancos”; habitar en casas sin agua ni luz eléctrica; necesitar pegarse al atardecer a las pocas farolas iluminadas del centro de la ciudad para dejarse sus ojos entre cuadernos y ensueños; ciudades sin escuelas ni empresas, estar obligados a jugar a ser niño-soldado para poder comer y trabajar cada día…
DES-VIVIRSE EN AFRICA
Una de las posibles respuestas “vivenciales” a esta realidad impactante es la de des-vivirse en y por África. Voluntarios, cooperantes, misioneros, aventureros…dedican su tiempo, sus cualidades, sus esfuerzos y hasta su dinero por una “buena causa”. Todas son buenas acciones que intentan, unas veces, dar cauce a la generosidad del corazón humano, otras veces, corregir desigualdades e injusticias y, casi siempre, amortiguar sufrimientos en situaciones límites. Y todo ello gracias a ese des-vivirse por tantas personas que sobreviven en África
CON-VIVIR EN AFRICA
Con-vivir es tratar al otro de igual a igual, convertirse en compañero de rutas escabrosas y sendas allanadas, intercambiar valores y contravalores culturales, celebrar juntos la vida y la muerte, buscar de la mano la verdad única y verdadera, compartir tristezas y gozos, padecer los aciertos y errores de la historia, entablar un diálogo de creencias y religiones … es decir, con-vivir en África es querer llegar a la meta, no el primero, sino en compañía de aquellos que encuentras en tu camino, en los caminos de África.
Hasta aquí sus palabras. No hace falta decir que está deseando volver a Oyem (Gabón) y cuenta con impaciencia las fechas que le faltan para que lo pueda hacer.
Seguramente preferiréis verle y escucharle directamente a él, sobre todo los que le conocéis. Aquí lo podéis hacer.
¡Ánimo y muchas gracias por tus reflexiones y sobre todo por tu ejemplo, Luis Javier!