Mi experiencia de los ejercicios

Comparto con ustedes la experiencia que tuve en los Ejercicios Espirituales en los que participe la primeros ocho días (del 1 al 9) de agosto del 2017 en la casa Manresa Loyola en la Republica Dominicana.

Fue una experiencia muy provechosa, ya que tuve la oportunidad de tener momentos de profunda reflexión en contemplación de la palabra de Dios en mi vida, a un ritmo muy cómodo que me permitió tener fuertes momentos de introspección utilizando los Evangelios, la oración y el silencio.

La intuición de San Ignacio es un gran acierto del Espíritu y su lógica muy relevante para un profundo proceso de revisión de la vida ante la vocación humana y creyente que permite organizar – o reorganizar - la vida con el propósito de buscar la plenitud o realización humana.

Entendemos el contexto cultural en el que se dio esta experiencia original y aunque sabemos que estamos en otro paradigma de interpretación reconocemos la validez de estas intuiciones.

De las cosas que resalto esta el que solo se dan dos charlas o puntos de reflexión al día: uno en la mañana, a las 11:30 am para reflexión en la tarde y otro a las 8:00 pm que se desarrollara al otro día en la mañana, lo que permite unas 8 horas mas o menos de trabajo personal por cada tema y grupo de puntos.



Este periodo es fundamental y sin el la experiencia corre el riesgo de convertirse en un curso o estudio mas…

No puedo decirlo suficiente, tiene que haber frecuentes periodos de trabajo personal en silencio para que se asiente el espíritu y se abra a la contemplación del misterio.

Para nosotros en el MMM con los nuevos Itinerarios, (antes con las Ejercitaciones), esto se convierte en un reto ya que, con la limitación de hacerlo entre un viernes en la tarde hasta un domingo (apenas se llega de 24 a 30 horas) es muy poco tiempo para todo lo que se necesita hacer. Quizás podríamos considerar iniciar un miércoles hasta el domingo en la tarde para por lo menos tener 5 días corridos, tomando 3 días libres del trabajo y sumarlos a el fin de semana completo… (lo ideal seria de lunes a domingo).

Descubrí que cuando se hace con un paso menos acelerado se disfruta mas y el tiempo se pasa muy rápidamente…

Esta experiencia de los EE según la disciplina Jesuita se hace normalmente en un silencio muy estricto, cosa que entiendo necesaria ya que en muchas ocasiones alguien te distrae con asuntos que no están en relación con el propósito de la experiencia, pero creo que se puede buscar la manera de asegurar el silencio en ciertos horarios pero promover el dialogo en pequeños grupos como parte de las tareas como hacemos en las Ejercitaciones o Itinerarios para Un Mundo Mejor.

Hay un valor grande en esto de escuchar a las demás personas que no se logra con el silencio, la oración ni el estudio. El otro es un misterio de riquezas y tiene algo valioso que aportarnos.

El momento que teníamos para compartir algo de intercambio, era durante la Eucaristía, que luego de la homilía se permitía que cualquier persona comentara su reflexión del día, o que dijera algo de las lecturas consideradas para ese día. Por la disciplina que he desarrollado en el MMM me he acostumbrado a escribir mis reflexiones personales con sus luces y sombras, hablando para mi sin deseo de predicar a nadie por el solo hecho de compartir. Les diría que muchas de las personas ya esperaban mis comentarios diarios que les ayudaron en sus reflexiones personales. Eso lo puedo afirmar ya que varias personas diariamente - y mucho mas al final cuando se rompió el silencio - me lo dijeron y me dieron las gracias por mis aportes.

Esto me indica, que si ellos tuvieran la disciplina de compartir en grupos, sería mucho más enriquecedor para todos.

Había un grupo de 40 monjas, muchas llevaban años haciendo los EE como congregación religiosa, muchas de ellas prefieren no hablar de lo que van procesando por no tener que dar explicaciones a sus hermanas luego. Si tuvieran los espacios de diálogos como nosotros los hacemos no dudo que serían más fructíferos que como lo hacen ahora.

En resumen diría que esta experiencia me ayudo a descubrir lo valioso de nuestros itinerario no solo para el grupo sino para una sociedad que necesita experiencias sólidas de Dios y de comunidad fraterna.

Carlos Sola

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