Los cristianos, ¿Podemos?

Desde posiciones que se dicen católicas, como ciertos medios de comunicación en prensa, radio y televisión, se está llevando a cabo una campaña de desprestigio, incitación al miedo y al odio contra Podemos como realidad política y contra las personas que lo componen. Esta campaña tiene el peligro de que el público en general crea que ser católico es estar en contra de Podemos, es no poder ni acercarte lo más mínimo, porque, dicen, representa la extrema izquierda radical y antisistema, mata niños y promiscuos que niegan a Dios y se disponen a quemar iglesias. Esta campaña de esos medios mal llamados católicos puede llevar al error de creer que eso es ser católico y no es así. 13Tv, La Razón y otros no representan lo que supone ser católico, es posible que ellos lo sean a nivel personal, pero no representan ni el ser ni el sentir de lo católico. Con esta campaña están defendiendo los intereses espurios de sus dueños, los intereses del capitalismo, de las élites económicas y políticas, de esa casta tan bien identificada por Podemos. No son sino el ladrido del can protector de las propiedades de los poderosos, nada que ver con ser cristiano, mucho menos católico.

Ser católico es defender la vida, la dignidad, la comunidad y la persona. Ser católico es creer que todo la humanidad forma una familia única donde los lazos que nos deben unir son los de fraternidad. Ser católico es poner tu vida y tu persona al servicio de los demás, por amor y justicia. Ser católico es defender a los pobres frente a los ricos, a los oprimidos frente a los opresores, a los excluidos frente a los exclusores. Ser católico es amar este mundo que Dios nos ha dado para que sea un hogar para todos los hijos de Dios, nuestros hermanos. Pero, para conseguir esto hay que aplicar políticas opuestas a las que nos han puesto en esta situación. Lo primero que hay que hacer es aplicar la Doctrina Social de la Iglesia que dice que los bienes de este mundo tienen una finalidad común. Nadie puede apropiarse de lo que sus hermanos necesitan para vivir. Para cumplir con este objetivo hay que tomar las riquezas de los ricos y ponerlas al servicio de la sociedad, mediante políticas fiscales progresivas y distributivas y una renta básica para todos los seres humanos que vivimos en este país.

Como católicos tenemos que aplicar esa misma Doctrina Social de la Iglesia en lo que respecta a la economía política, haciendo que las empresas sean lugares para el desarrollo del ser humano al servicio de la sociedad, no lugares de explotación donde se trabajan largas jornadas por miserable sueldo y en condiciones deplorables. La economía debe estar al servicio del hombre y no éste al servicio de la economía. Los beneficios empresariales sólo se justifican si son fruto del esfuerzo honrado y se dirigen a servir a los hombres desde el respeto a la naturaleza. Los medios que sirven para reproducir nuestra existencia no pueden estar en manos de una élite que los utiliza para acumular riquezas y obligarnos a trabajar para ellos. Es necesario reapropiarnos de esos medios usurpados a todos para que podamos vivir con la dignidad de los hijos de Dios.

Faltan algunas cosas más, pero con las explicitadas sobra para ver que la Doctrina Social de la Iglesia, actualizada por Evangelii Gaudium de Francisco, coincide con las propuestas de esa nueva realidad política que es Podemos. Probablemente no coincidamos en algunas cuestiones morales, en gustos y creencias, pero en las cosas de comer, que son la base para cualquier otra cosa, coincidimos plenamente. Ni el PP, ni el PSOE, ni siquiera IU o CIU o PNV se acercan ni al 10% de la Doctrina Social, sin embargo, en Podemos vemos una coincidencia casi completa con las propuestas económicas y sociales: subsidiaridad, solidaridad, redistribución, destino universal de los bienes, participación, opción por los excluidos y caridad, es decir, amor social puesto en práctica.

Por tanto, creo que esta nueva realidad política es la opción, a día de hoy, que más se acerca a lo que supone ser cristiano y católico en España. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, votar a este partido como católico puede hacerse sin ningún tipo de remordimiento y con total conciencia de responsabilidad, sabiendo que no hay ninguna opción que agote el Evangelio, pero que sí puede haber en un momento dado una opción que lo vehicula mejor que otras. Las descalificaciones de izquierdistas, radicales o bolivarianos, no tienen ningún valor a la hora de elegir la opción política. Lo que importa es lo que proponen y lo que hacen y ambas realidades se acercan a la propuesta católica representada por la Doctrina Social de la Iglesia. No estaría de más que los movimientos católicos empezaran a posicionarse más allá de los compromisos personales de muchos católicos que están con Podemos.
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