La lengua del nuevo imperio
Históricamente, los pueblos que han utilizado una lengua distinta para el estudio y formación a la lengua materna son los pueblos colonizados. Un pueblo que quiera hacerse un hueco en la historia debe hacerlo convirtiendo su cultura, lengua y tradición en el vehículo de transmisión del conocimiento, los valores y las creencias sociales del propio pueblo y haciendo a la vez una labor de traducción de toda la tradición humana a su propia lengua y cultura. El estudio de otras lenguas es un incentivo y un acicate, pero no puede ser un sustituto. Lo que se está haciendo en España, pero especialmente en Murcia, no es bilingüismo, sino colonialismo cultural y lingüístico, porque se sustituye la lengua propia por otra distinta para acceder al conocimiento. En la actualidad, las principales materias de enseñanza escolar pueden o deben ser impartidas en inglés en los centros adscritos como bilingües, eso implica, al menos en la intencionlidad, que los alumnos no serán bilingües sino que tendrán un uso diferenciado de los dos idiomas: para las cosas importantes el inglés, para el resto el castellano. Esto no es bilingüismo, es neocolonialismo, y además del peor, del autoimpuesto como resultado de un complejo de inferioridad cultural.
En primer lugar, es falso que así se consiga el bilingüismo, pues este es fruto del uso constante de ambas lenguas en cualquier ámbito, como puede ser el caso de los bilingües castellano-catalán en Cataluña o francés-alemán en zonas de Suiza, o inglés-francés en Quebec. En segundo lugar, es un error pretender vehicular la enseñanza en un idioma distinto, pues el modo de acceso a lo real de un ser humano es su lengua y darle otro modo de acceso es cambiar la persona. El bilingüismo debe ser fruto de una realidad social y nunca algo forzado por instancias ajenas. Para expresarse con corrección en otro idioma no es necesario que el aprendizaje de las materias escolares se realice en ese idioma, basta con tener un contacto fluido con él. Poder expresarse en inglés o en francés o en italiano son riquezas personales que deben ser potenciadas, pero el acceso a la cultura, a la forma de ver y comprender el mundo, eso debe hacerse en la lengua propia. A menos que lo que se pretenda, y me temo que es eso, que nuestros hijos dejen de tener su cultura y lengua española para adoptar una cultura y lengua foránea. Resulta muy instructivo que sean los mismos los que defiendan la españolidad en regiones donde creen que está socavada.
La lengua inglesa, creo que a su pesar, se ha convertido en la lengua de los negocios, en la lengua del nuevo imperio. Lo ha hecho en los años que siguen a la Segunda Guerra Mundial, no es un hecho milenario, ni tan siquiera centenario aún, pero nos parece que es "de toda la vida". Creo que el futuro deparará otras realidades y quién sabe si el castellano será lengua vehicular para más personas que el inglés. No deja de ser paradójico que en España, cuna del idioma, se esté intentando conculcar un idioma que otros quieren para sí. Cabe decir que si hay un lugar donde mejor se trata la lengua de Cervantes y que a la vez se entienda y difunda la lengua del imperio es en América Latina. Allí saben cuidar lo propio y valorar lo ajeno. No estaría de más aprender esa lección.