Peregrinación diocesana a Covagonga

Estamos en camino. Somos peregrinos. Gracias a Dios y a María, “Madre y Reina”

Este año jubilar mariano de Ntra. Sra. de Covadonga, Madre y Reina, al cumplirse el centenario de su coronación, nos ha convocado como peregrinos a este hermoso paraje en la falda del monte Auseva.

Hemos llegado hasta aquí porque estamos en camino. Somo Iglesia peregrina misionera. Desde todos los rincones de nuestra diócesis de Mondoñedo-Ferrol, haciendo comunidad arciprestal, no solo de organización, sino también y sobre todo de fe, hemos salido confiados en que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; seguros de que el Señor, que eligió a la Virgen María y la predestinó como causa de nuestra alegría, nos ha escogido a nosotros también, sin mérito nuestro, para que, mirándola a ella, seamos imagen de su Hijo, el Hijo de Dios.

Estamos aquí, ante la Virgen María, toda Corazón acogedor en abrazo materno, con la voluntad de aprender a mirar desde donde mira Jesucristo. Para mirar el mundo como lo mira Él. Ella, mujer de fe, que vive y camina en la fe, que se deja conducir por el Espíritu, nos enseña esa mirada de discípulos misioneros de Jesús para ser servidores del Evangelio y dar frutos abundantes (cf EG 287).

María es madre de una Iglesia misionera. Hoy nos hemos puesto en marcha, como lo hacemos en tantas ocasiones, para ser Iglesia misionera que peregrina en Mondoñedo-Ferrol cotidianamente y que se anima con estas peregrinaciones extraordinarias como la de hoy hasta Covadonga. En este lugar de Dios y de María, como hacemos y habremos de hacer en otros lugares y momentos, pedimos la gracia de ir vislumbrando cómo ha de ser el espíritu y la forma de nuestra transformación misionera. Lo hacemos seguros de que, a través de las distintas advocaciones marianas, en los diferentes santuarios, la Madre de Dios-con-nosotros, nuestra madre, comparte las historias de nuestro pueblo, que ha recibido el Evangelio y lo ha integrado como parte de su identidad histórica (cf EG 286). Eso nos hace experimentar cómo la Virgen María es imagen y memoria constante de Dios-con-nosotros y signo de esperanza y consuelo hasta el final (cf LG 68).

Para descubrir el espíritu y la forma de esa transformación misionera que necesitamos y nos proponemos, nos ayudará contemplar a la Virgen María, siguiendo la invitación del Papa Francisco en Evangelii gaudium, como la madre que camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. Como quien sabe convertir una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Como amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas; madre del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas; garantía de Dios para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia del Reino. En definitiva, nos abrirá los horizontes evangelizadores de nuestra diócesis descubrir a la Virgen María como la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno (cf EG 286).

Que aquí, en este santuario de Covadonga, percibamos cómo nuestra madre nos reúne a su alrededor —no solo hoy, sino siempre— y nos invita a construir Iglesia nueva y misionera, apreciando nuestro esfuerzo por mirarla y dejarnos mirar por ella. Que aquí encontremos la fuerza de Dios a través de su madre y nuestra Madre, para sobrellevar los sufrimientos y cansancios de la vida escuchando los susurros maternales dirigidos a los hijos que escuchan con los oídos del corazón (cf EG 286).

En torno a la Virgen María, hagamos el compromiso de construir Iglesia desde el gozo del encuentro con su Hijo, con más obras que palabras, contando con el Espíritu Santo, cuya venida estamos a punto de celebrar y a quien invocamos con Ella, como los apóstoles, para que sea posible una transformación misionera que surja de un nuevo y necesario Pentecostés en Mondoñedo-Ferrol.

Santiña de Covadonga.
Raíña desta montaña e patroa da Igrexa
que peregrina en Asturias.


Dámosche grazas porque acolles
con brazos maternais
a estes fillos teus da Igrexa
que peregrina en Mondoñedo-Ferrol.


Dámosche grazas
porque es luz para tódolos peregrinos.
Dámosche grazas
porque nos mostras a Xesús, camiño, verdade e vida.
Dámosche grazas
porque, con poucas palabras e moitas obras,
contáxiasnos a revolución da tenrura e do amor de Deus.


Pedímosche que nos axudes
a mirar dende onde mira Xesús;
a vivir o Evanxeo entre nós;
a sementar vida, dozura e esperanza
nos campos do sufrimento e das dificultades;
a deixarnos cambiar a mente e mailo corazón;
a construír a Igrexa que necesita estes tempos;
a querermos o que Deus Pai quere.


Nai de Deus e nosa nai.
Santiña de Covadonga,
Nosa Señora dos Remedios,
prega por todos a Deus.


Amén.

Santina de Covadonga.
Reina de esta montaña y patrona de la Iglesia
que peregrina en Asturias.


Te damos gracias porque acoges con brazos maternales
a estos hijos tuyos de la Iglesia
que peregrina en Mondoñedo-Ferrol.


Te damos gracias
porque eres luz para todos los peregrinos.
Te damos gracias
porque nos muestras a Jesús, camino, verdad y vida.
Te damos gracias
porque con pocas palabras y muchas obras,
nos contagias la revolución de la ternura y del amor de Dios.


Te pedimos que nos ayudes
a mirar desde donde mira Jesús;
a vivir el Evangelio entre nosotros;
a sembrar vida, dulzura y esperanza
en los campos del sufrimiento y de las dificultades;
a dejarnos cambiar la mente y el corazón;
a construir la Iglesia que necesita estos tiempos;
a querer lo que Dios Padre quiere.

Madre de Dios y madre nuestra.
Santina de Covadonga,
Ntra. Sra. de los Remedios,
Ruega por todos a Dios.


Amén.
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