El Tigre, nueva diócesis venezolana
La iglesia católica en Venezuela cuenta hoy día con 41 circunscripciones religiosas entre diócesis, vicariatos, exarcados y ordinariato militar. Cada una de ellas cubre un territorio determinado, con la excepción de los exarcados que se circunscriben a los de su rito en todo el territorio nacional y el ordinariato militar para el conglomerado de las fuerzas armadas. Si bien tienen nombres distintos se equiparan en el derecho canónico en sus prerrogativas y funciones.
Mientras la división político territorial venezolana en estados es en la práctica la misma de comienzos del siglo XX con la excepción del estado Vargas separado del Distrito Federal, la única modificación civil importante toca a los municipios que si se han adecuado más a la realidad cambiante poblacional. Durante el período colonial, siglos XVI-XIX solo se erigieron tres diócesis, siendo Coro la primera erigida en Suramérica. Y en las postrimerías de la dominación española, Caracas fue elevada a metropolitana. Coro (1531), Coro trasladada a Caracas (1637) y elevada a arzobispado en 1804., Mérida de Maracaibo (1778) y Guayana (1790).
El siglo XIX, en medio de las vicisitudes políticas adversas por la epidemia de guerras civiles, atraso generalizado y el debilitamiento de la Iglesia por diversas causas internas y externas, sólo se erigieron tres nuevas diócesis: Calabozo (1863) y Barquisimeto (1863) desmembradas de Caracas y el Zulia (1897) que formaba parte de la diócesis merideña.
En la primera mitad del siglo XX, gracias al impulso del Concilio Plenario Latinoamericano celebrado en Roma en 1899, cristalizó en nuevas diócesis y una atención especial a las zonas indígenas. El episcopado celebró alborozado la creación de cuatro diócesis, un vicariato y un segundo arzobispado: Coro (1922), Cumaná (1922), Valencia (1922), San Cristóbal (1922), Caroní Vicariato (1922), y Mérida arzobispado (1923). Y dos nuevas circunscripciones para las zonas fronterizas e indígenas: Prefectura Apostólica Alto Orinoco (Puerto Ayacucho) (1932) y Machiques vicariato (1943).
Para 1950 Venezuela contaba con 11 diócesis, 2 vicariatos y 1 prefectura apostólica. La segunda mitad del siglo XX fue fecunda en la multiplicación de diócesis para una mejor atención de la creciente población del país. Antes del Concilio Vaticano II, Puerto Ayacucho fue elevado a vicariato (1953) y uno nuevo se instaló en el Delta del Orinoco con Tucupita como vicariato (1954), seguidas por las diócesis de Guanare (1954) y Barcelona (1954), y la Prelatura de San Fernando de Apure (1954). Posteriormente fueron elevadas a diócesis Trujillo (1957), Maturín (1958) y Maracay (1958), convirtiendo a Ciudad Bolívar en el tercer arzobispado del país 1958).
En el año de la última sesión conciliar el Papa Pablo VI creó tres diócesis: Barinas (1965), Cabimas (1965) y Los Teques (1965). Y al año siguiente los arzobispados de Barquisimeto (1966) y Maracaibo (1966) y la diócesis de San Felipe (1966). Concluye la década con la creación de Margarita (1969). En la década del setenta fueron erigidas las diócesis de La Guaira (1970), San Carlos (1972) y San Fernando de Apure elevada de Prelatura a diócesis (1974) y a arzobispado Valencia (1974). Se cierra la década con la creación de Ciudad Guayana (1979).
En los ochenta no hubo ninguna creación de diócesis. Por el contrario, la del noventa fue fructífera en nuevas diócesis: Exarcado Greco-Melkita (1990), Cumaná arzobispado (1992), Carora (1992), Valle de la Pascua (1992), El Vigía-San Carlos del Zulia (1994), Puerto Cabello (1994), Calabozo arzobispado (1995), Ordinariato Militar (1995), Guarenas (1996), Punto Fijo (1997) y Coro arzobispado (1998). En un siglo se pasó de 6 diócesis a 36.
En lo que va de este siglo XXI continúa la adecuación de la división territorial eclesiástica a las necesidades: Carúpano (2000), Exarcado Sirio católico antioqueño (2001), Acarigua-Araure (2002),
Machiques diócesis (2011), Guasdualito (2015) y la benjamina El Tigre (2018). El dinamismo de la fe católica, creciente en estos años, se debe en buena parte en contar con la cercanía de pastores con olor a oveja, pendientes del crecimiento integral de los venezolanos. Enhorabuena al sur de Anzoátegui por colmar su viejo sueño de tener obispo propio.
Cardenal Baltazar Porras Cardozo