Una gran familia
Cuando participamos, por ejemplo, en la misa del domingo, los fieles no practicamos una devoción privada, ni somos individualidades puestas una al lado de otra en los bancos, sino que somos el pueblo de Dios, hermanos en la fe que rezamos utilizando el plural, y cumpliendo con aquella enseñanza del Señor: «Donde dos o tres se reúnen en mi nombre yo estoy en medio de ellos» (Mt 18, 20).
Los fieles, aparte de la asistencia a las funciones religiosas, en las que pueden ayudar en la liturgia, pueden participar en las parroquias de muchas maneras: en las visitas a enfermos, en el reparto de ropa o alimentos que hace Cáritas, en la catequesis, en las actividades para jóvenes, en la animación misionera...
También es necesario que participen ayudando a la economía parroquial y diocesana aportando los medios económicos para el sostenimiento del culto, sus edificios y actividades. El Día de la Iglesia Diocesana, que celebramos este domingo, tiene por lema «Contigo somos una gran familia».
A los sacerdotes, y a mí mismo, no es lo que más nos gusta tener que pedir recursos económicos; sin embargo son indispensables porque siempre hay necesidades perentorias que afrontar y que precisan de estos medios que los fieles pueden aportar marcando una cruz en la casilla de la Iglesia Católica en su declaración de la renta, pero también –pues con ello no es suficiente– con la participación en la colecta parroquial o comprometiéndose a aportaciones periódicas.
Recordemos que esta actitud participativa y solidaria tiene sabor de primitiva cristiandad. En los Hechos de los Apóstoles se lee: «Todos los fieles gozaban de gran estima. […] No había entre ellos indigentes, pues cuando eran dueños de haciendas o casas las vendían y llevaban el precio de lo vendido y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y a cada uno se le repartía según su necesidad».
Soy muy consciente de que las familias tienen hoy muchos gastos que atender. Es lógico que deban establecer prioridades, comenzando por la propia familia de sangre. Conviene tener presente también a esta familia espiritual que es la diócesis y sus estructuras básicas las parroquias, desde las que se facilita la atención espiritual y material de todos con especial dedicación a los más necesitados.
† Jaume Pujol Balcells
Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado