Las misiones en el corazón
Los lemas siempre ayudan cuando se trata de enviar un mensaje. El DOMUND cada año tiene uno, y el de la Jornada de este año, 22 de octubre de 2017, es «La misión en el corazón de la fe cristiana».
Lo ha elegido el Papa Francisco y creo que reúne dos pensamientos en uno: primero que la Iglesia tiene a todos sus misioneros muy cerca del corazón, le son muy queridos; piensa en estos hombres y mujeres generalmente jóvenes que se han exiliado voluntariamente de su patria y de su cultura para ayudar a otras personas a las que no conocían y con las que acaban identificándose.
El segundo es que la misión no es una actividad más que hace la Iglesia sino que es su razón de ser: evangelizar, mostrar la fuerza transformadora del Evangelio.
El Papa Francisco ha escrito, en la presentación de esta Jornada, que la misión no es la propagación de una ideología religiosa ni de una ética sublime, sino un encuentro con Cristo.
Haciendo referencia a una encíclica de su antecesor, Benedicto XVI, titulada «Dios es amor» (Deus caritas est), afirma: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y con ello una orientación decisiva».
La misión tiene esta raíz espiritual y este sello evangélico, y esto hace que no sea una ONG más, pero no rehúye, sino al contrario, hacer una inmersión en los problemas materiales y de todo tipo de las personas a las que sirve.
Hoy celebramos la 91 Jornada Mundial de las Misiones. Durante estos años, y en siglos anteriores, los misioneros han dejado a sus familias para vivir en tierras muchas veces lejanas y compartir con sus habitantes las alegrías y las penas. Han fundado dispensarios, han ayudado en proyectos agrícolas, artesanales y educativos y han acompañado a la población, sin distinción de razas, patrias ni religiones, a lo largo de sus vidas. Y por encima de todo, han dado testimonio sencillo de vida cristiana. Por todo ello los tenemos en el corazón.
Jaume Pujol
Arzobispo de Tarragona