La pastoral de la esperanza
No hay virtud más cristiana, teologal y humana, como la esperanza. El documento de Puebla (1979) señala como realidades que nos llenan de esperanza: la tendencia innata del latinoamericano para acoger las personas, para compartir lo que tiene, para la caridad fraterna y el desprendimiento. Además, ha tomado mayor conciencia de su dignidad y de su deseo de participación política y social (n. 17-18). Y el Papa Francisco nos invita a ver en los enormes y veloces cambios culturales que prestemos una constante atención para intentar expresar las verdades de siempre en un lenguaje que permita advertir su permanente novedad (EG. 41).
La actual situación económica y social de Venezuela tiene rasgos dramáticos que pueden calificarse de desastre humanitario. En este contexto nace el Centro Monseñor Arias Blanco, como una iniciativa dirigida a fortalecer la capacidad de acción pastoral de la Iglesia de Caracas, para acompañar a la gente en el sufrimiento y animar su esperanza por lograr una vida más digna.
El objetivo de este Centro es impulsar una pastoral de esperanza, orientada a acompañar y fortalecer la lucha de las grandes mayorías que reivindican unas condiciones sociales de vida dignas y justas en libertad y democracia. Cómo lograrlo? Monitoreando la data social para producir insumos que sirvan para orientarla pastoral de la esperanza. Desarrollar una política comunicacional que involucre a pastores y pueblo en la promoción de la imagen de una iglesia comprometida con la gente, con sus dolores y esperanzas. Para ello, desarrollar una reflexión teológica que sirva para formar agentes pastorales que fundamenten los compromisos de la Iglesia en la búsqueda de una opción de país inclusivo, democrático, justo y solidario. Y, fortaleciendo la capacidad de interlocución de la Iglesia, promoviendo espacios abiertos de reflexión plural, análisis y articulación de esfuerzos con líderes en todos los campos del quehacer social.
Contamos ya con una oficina, un consejo asesor con apoyo del personal de la UCAB y bajo la dirección del P. Alfredo Infante, jesuita, con amplia experiencia en el campo de la reflexión y pastoral popular. Queremos así, ser parte de la pléyade de personas que no pierden la alegría, que se sobreponen a la adversidad, con creatividad y coraje, con respeto y fraternidad, pero sobre todo con la fe que mueve montañas, producto de la experiencia cristiana arraigada en nuestro pueblo. Estamos seguros de que esta iniciativa pastoral atraerá a muchos para convertirse en constructores de la paz, de la justicia y del amor.
48.- 17-11-18 (3328)