Bautismo de agua y ternura en el Jordán

El Evangelio (Mt. 3,16) llama al río Jordán el lugar "donde se abrió el cielo". Allí, Juan, el Bautista, no sólo bautizó a Jesús, sino que lo señaló como el Mesías. Y, en ese momento, el cielo se abrió y el Espíritu Santo proclamó: "¡Este es mi Hijo amado, escuchadlo!". Al Papa Francisco, en Jordania le acaban de bautizar como el "nuevo Juan", el profeta del siglo XXI, que señala la paz, la misericordia y la ternura como las metas para alcanzar la felicidad en el seguimiento del Nazareno.

Y para escenificarlo, el Papa-Bautista, fiel a su dinámica evangélica, volvió a utilizar dos símbolos: el agua del Jordán y la ternura del abrazo a los refugiados y a los discapacitados. El rito encarnado. El símbolo hecho carne de pobre que, como suele decir, es "carne de Cristo".

Y al unir los dos símbolos, desde las orillas del Jordán, Francisco volvió a recordar que el de Jesús es un Dios de misericordia y que, sin ella, los ritos, por muy sacramentos que sean, se quedan vacíos, no conducen a la fe y, por lo tanto, tampoco conducen a la fraternidad. Cáscaras vacías. Religiones del cumplimiento (cumplo y miento).

El Jordán es un río sagrado para las dos grandes religiones del Libro: judaísmo y cristianismo. Para los judíos, la sacralidad del principal río de Israel le viene dada no sólo por sus continuas citas en la Biblia, sino también porque representó para ellos el último obstáculo para conquistar la Tierra prometida. Cruzarlo fue casi tan milagroso como la travesía del mar Rojo, liderada por Moisés.

Además, el profeta Elías separó sus aguas, golpeándolas con un manto. Y lo mismo hizo su discípulo, el profeta Eliseo. Un río sagrado con aguas sagradas. De hecho, Naamán, un general del ejército arameo que tenía lepra, se sumergió siete veces en el río "y su carne se volvió limpia como la de un niño" (II Re 5:14).

Juan Bautista, el precursor de Jesús que bautizaba en sus aguas, es el nexo de unión entre el judaísmo o el bautismo de la antigua alianza y el cristianismo y su nuevo bautismo, encarnado por Jesús, bautizado por Juan en el Jordán.

En la actualidad, Jordania e Israel se disputan el privilegio del lugar exacto del bautismo de Jesús. Aunque, después de la visita de Francisco, parece que el lado jordano se afianza como el lugar más verosímil.

En cualquier caso, miles de peregrinos cristianos se siguen sumergiendo en sus aguas sagradas, tanto en la orilla jordana como en la israelí, para renovar sus promesas bautismales. Un rio que purifica, libera y salva. De ahí que, en los espirituales negros, represente la entrada en el cielo.

Y otros muchos se traen, de vuelta a sus países, el agua para los bautizos de los familiares y amigos. Hasta no hace mucho, en España, bautizar con agua del Jordán estaba sólo al alcance de las familias más pudientes. Entre otras cosas, porque eran las únicas que viajaban a los Santos Lugares. Desde que se popularizó el turismo, la costumbre se ha extendido a amplias capas de la sociedad. Todos los turistas que van a Tierra Santa suelen traer tres cosas: agua, aceite y tierra. Y los que no van pueden comprar el agua sagrada en cualquiera de las muchas tiendas religiosas que todavía hay en España. O en la Red.

En todas las tiendas y comercios de Tierra Santa se vende agua del Jordán embotellada. Los precios varían, lógicamente, según el tamaño y la decoración de la botella, pero ninguno baja de los 3 euros la unidad. El propio Gobierno israelí montó todo un centro comercial en Yardenit, el otro supuesto lugar en el que Juan bautizó a Jesús. Con un espacio especial donde se bautizan los evangélicos con sus túnicas blancas. Y profusión de tiendas donde se puede comprar de todo. Y por supuesto, agua del Jordán en diferentes envases.

Hasta en la Red se puede comprar el agua bendita del río del Bautista. Hay profusión de sitios que se dedican a vender todo tipo de "quincallería" religiosa. Y, por supuesto, botellas de agua del Jordán a 3,90 euros la unidad. Y con certificado de autenticidad, que reza así: "La región del Río Jordán al sur del Mar de Galilea llamada Yardenit es el sitio donde Juan bautizó a Jesús. Certificamos que esta agua bendita fue extraída del Río Jordán, en el sitio del bautizo Yardenit". Y el agua se vende a profusión. Hasta en forma de colgantes y pendientes. Hoy, lejos del negocio y de la mano de Francisco, el agua del Jordán se volvió a convertir en el agua de la vida y del amor.

José Manuel Vidal
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