Piris: "No cambie, Santidad"

Monseñor Piris, obispo de Lleida fue testigo privilegiado de la que ya se conoce como la audiencia del Papa mojado. Lo encontré al final de la ceremonia y estaba radiante. Primero, por haber podido saludarlo personalmente y, segundo, por haber podido presenciar en vivo y en directo uno de sus gestos. Y es que el prelado catalán vio perfectamente, desde su atalaya privilegiada, al Papa Francisco aguantando el chaparrón y renunciando al paraguas.

Se empapó tanto que, cuando regresó a la sede, "su sotana estaba tan mojada que chorreaba". Y cuenta monseñor Piris que le ofrecieron cambiarse de sotana, pero el Papa también se negó. Y aguanto toda la audiencia empapado, aunque, poco a poco, se fue secando por el sol y la calefacción que lo calienta desde el techo de la estructura que lo protege.

Acompañado de un sacerdote, monseñor Peris salía de la audiencia radiante. Tras el detalle de la sotana, nos pusimos a charlar un rato sobre el "efecto" Francisco y el encuentro que con él acababa de tener:

-Monseñor, ¿qué se le dice al Papa en un minuto?

-Varias cosas. Te digo sólo el final.

-De acuerdo

-Le dije: No cambie, Santidad. "Pero ustedes tienen que ayudarme", replicó el Papa.

-Cuente con nuestra ayuda y con nuestra oración.

El obispo de Lleida relata algún otro detalle y añade:

-Y más cosas que me reservo. ¡A ver que publicas!

Y dirigiéndose al sacerdote que lo acompañaba, le dice:

-A este hombre se le lee mucho en España y en Roma.

Seguimos charlando un rato. Piris es de los obispos entusiastas y entusiasmados por la nueva etapa que se abre en la Iglesia de manos de Francisco. El Papa ha descorchado la botella de la ilusión, que se está derramando por todo el tejido eclesial.

José Manuel Vidal
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