Los fieles quieren saber
¿A qué se deber esta falta de información? ¿Qué les está pasando a curas y obispos con el nuevo Papa? Me lo explicaban mis amigos jiennenses: Los curas de mas de 40 años han recibido al nuevo Papa como agua de mayo. Era lo que estaban esperando y pidiendo para la Iglesia desde hacía décadas. Por eso, están contentos e ilusionados y transmiten esa ilusión a los fieles. Una ilusión que se ve reforzada con la que les llega a través de los medios de comunicación en época de luna de miel con Francisco y con la Iglesia.
En cambio, a los curas menores de 40 años, la elección de Francisco les ha cogido con el pie cambiado y se han quedado descolocados. No se oponen al papa públicamente, pero tampoco lo celebran. Guardan silencio. Se sonríen con sorna...Aseguran que esta luna de miel con los medios y con la gente se va a acabar más bien pronto que tarde. Parece que están deseando que termine cuanto antes. Están a la expectativa, a ver qué pasa. Sus gestos los aturden y la nueva dinámica eclesial los desconcierta.
Y es que, para Francisco, el ministerio sacerdotal ya no reviste sólo el papel de funcionario de lo sagrado. Ya no se centra exclusivamente en el mantenimiento de las 99 ovejas. Ya no es suficiente con sacramentalizar. Hay que salir en busca de las ovejas descarriadas a las periferias del mundo. Hay que evangelizar y encarnarse con los más pobres.
Nada de poder sacral ni de ostentación. Nada de capisayos ni puntillas. Nada de "muros" frente al mundo, sino "puentes", como acaba de decir. Nada de exclusiones. Nada de copar los espacios. Nada de tirar piedras o levantar ho hogueras. Nada de oler a Armani, sino a oveja.
Pasar de la Iglesia del no a la del sí. Alegrar, seducir, esperanzar e ilusionar a la gente. Dar respuesta a sus preguntas. Ofrecer a Cristo como sentido de sus vidas. No colocar fardos pesados sobre las conciencias de los demás...Una Iglesia samaritana, en definitiva.
Se ha creado un clima de ilusión. Una revolución tranquila, que viene de arriba, de Roma, pero que está topando con reticencias en algunos obispos y curas.
Es hora de que la Iglesia española lance una campaña de ilusión eclesial a todos lo niveles. Es hora de aprovechar la coyuntura para volver a sentirnos orgullosos de ser creyentes y promotores del Reino.
La gente lo está pidiendo a voz en grito. Es la petición del Pueblo de Dios, que deberían atender con ganas y solicitud curas, frailes, monjas, obispos, cardenales...Es hora de arrimar el hombro. Aunque algunos sigan poniendo chinas en el camino, seguiremos anunciando con gozo la llegada de esta nueva primavera eclesial. El viento del Espíritu sopla por muchas puertas y ventanas que quieran cerrar.
Gracias a la amabilísima gente de Jaén. A Julio Millán y a su gente (Sonia, Paqui, Carmen, Laura)de Mensajeros de la Paz. A la gente de La Económica: Ramón Carrasco, Andrés Medina, José Luis...Gracias por su presencia al delegado de medios de la diócesis, Antonio Garrido. Ha sido un placer compartir con todos vosotros la naciente ilusión eclesial, que viene de la mano del Papa Francisco.
José Manuel Vidal