DOMINGO    DEL CORPUS CICLO B   MC. 14,12-16.22-26 (2 junio 2024)

 El día de Córdoba

1.-  El día del Corpus es el día del agradecimiento y el día de la felicidad y del amor. Jesucristo está en el Eucaristía. Él lo había prometido cuando dijo "Quien come mi carne y bebe mi sangre tendrá vida eterna, y yo le resucitaré en el último día". Él lo cumplió el día de Jueves Santo: "Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros. Haced esto en conmemoración mía". Desde entonces, en la misa tenemos a Jesús en el altar. Y después de la misa lo conservamos para ser nuestro alimento, nuestra compañía y fortaleza. Nuestra suerte es grande. Siempre tenemos con nosotros a Dios muy cerca, para adorarle, para pedirle, para desahogarnos.

2.- He de corresponder con amor a Jesucristo que se ha entregado, que se ha quedado entre nosotros. No puedo ser indiferente. Lo tengo en mi casa; lo tengo en mis iglesias. Cuando entro en casa he de saludar a Jesús. No es un ausente. Está presente. Cuando paso delante de una iglesia abierta, he de procurar entrar un minuto o dos para saludar a Jesús, para decirle que le amo.  El domingo he de ir a Misa muy consciente, bien preparado, porque allí se me entrega Jesús y yo he de entregarme a Él para toda la semana.

3.-  Me lleno de alegría porque Cristo un día al año sale al exterior de templo y yo procuro acompañarle, porque no es un jefe o un personaje popular, sino que es el Dios que llena de alegría mi corazón, el Dios que llena de esperanza mi alma, el que me promete darme la vida eterna, si como su carne y bebo su sangre. Ayúdanos, Señor, a ser consecuentes con nuestra fe.

José María Lorenzo Amelibia  

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