Con Jesucristo Sacerdote, un deseo ardiente de Dios.
Este amor interior desprecia con facilidad todas las cosas para conseguir lo que ama.
El amor produce la devoción y honra a Dios;
Quien lo tiene lleva en su pecho el amor sensible a su Majestad.
Haz, Señor, que progrese en la virtud con la inspiración de tu gracia.
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma. (Salmo 18).
Defiende, Señor, con constante perfección a cuantos purificaste por el Bautismo.
Da una gracia especial en este esta semana de Pentecostés a aquellos que un día te siguieron y te han abandonado, alejándose de la fe. Ten misericordia de ellos.
Comunica a mi alma tu Espíritu Santo.
José María Lorenzo Amelibia
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