LA VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Espiritualidad
| José María Lorenzo Amelibia
LA VISITA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
No entiendo por qué ahora les da a muchos curas por quitar importancia a la visita al Santísimo. No lo puedo entender más que en una postura de falta de fe. Yo considero una falta de atención, de respeto, de consideración dejar días y días el tabernáculo sin prestarle caso. Allí está el mismo Jesús, nacido en Belén. El decía a la Samaritana: "Si conocieras el don de Dios...Si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías a él, y te daría agua viva." Y permanece con nosotros.
Está presente quien dijo: "Venid a mí todos los que estáis fatigados, que yo os aliviaré." Cuántas cosas enseñó; y lo tenemos entre nosotros. Y qué pocos le hacen caso. Es una falta total de lógica religiosa. A ver si nosotros seguimos con esta ilusión grande de visitarle todos los días. Cada vez con mayor fe.
¿Nos vamos a cansar de entregarnos a Jesús, cuando El está de continuo por nosotros "entregado" en el Sagrario? El permanece siempre con nosotros. Y seguirá siempre junto a nosotros. Nunca le daremos tanto como El se nos ha dado. Nunca nos humillaremos tanto como El se ha humillado. Hasta no aparecer siquiera con figura humana. Es Dios y se hace hombre. Es Dios - Hombre y se transforma en Eucaristía.
Me encanta la vida de Carlos Foucauld después de su conversión. Tomó una devoción total, entrañable a Jesucristo eucaristía. Y vive siempre con el deseo de llevar una vida oculta como Jesús en Nazaret. Compartir por su amor la dicha de la Santísima Virgen y de San José.
Yo procuro que el Sagrario cada día más sea el centro de mi vida de piedad. Allí llevo todos mis problemas, los de mis amigos y familia, los de mis seres queridos que ya han traspasado la frontera de esta vida. El es remedio de nuestros males. No en el sentido de quitarnos nuestros dolores y problemas, sino de ayudarnos a mirarlos de otra manera: como gracias actuales de Dios, como escalerillas de la montaña de santidad. Si Cristo sufrió, ¿por qué yo he de querer siempre el placer y la satisfacción personal? Así las penas se aligeran; el dolor se puede convertir en alas para volar hacia las alturas.
La misa y comunión mañanera son como el arranque para la vida eucarística. ¡No permitas, Señor que jamás me aparte de Ti! ¡Con qué fervor decían esto los santos! Con ese mismo fervor lo diré yo también. Y tú, querido amigo.
Ahora se cierran las iglesias. Las cierran porque no va nadie a visitar a Jesús. Y no va nadie porque los sacerdotes no se arrodillan o se sientan junto a su sagrario. Así nos va a todos...
Leía del Padre Nieto: los domingos por la tarde en la parroquia se arrodillaba junto ala Tabernáculo desde las cuatro hasta bien entrada la noche. Poco a poco la gente le fue imitando.
San Alfonso tenía sus delicias en estar cerca del Sagrario. A veces, cuando tardaba el Señor en escucharle, golpeaba la puertecilla para rogarle más. Algo parecido practicaba santa Micaela. La cercanía física del Sagrario siempre es buena, siempre llena de fervor. ¡Suerte poder disfrutar en casa de la presencia real de Jesucristo! "Habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida." Nieto pasó miles de horas junto al Tabernáculo. A veces a las cuatro de la tarde los días de fiesta se encontraba allí, y a las seis, y a las ocho... ¿Cómo podemos estar tristes con este tesoro?
José María Lorenzo Amelibia
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia. Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2