El celibato es válido, pero opcional

Crítica Constructiva

Asociación de Sacerdotes Casados de España ASCE

Informa ASCE

El celibato es válido, pero opcional

El celibato es válido para la mayoría de los sacerdotes, pero después veremos el "Sed Contra". Y es que creemos que, al ser hoy ancianos la mayoría de los sacerdotes, es lógico que sostengan la validez del celibato.

La mayoría de los sacerdotes católicos considera de plena validez la norma del celibato presbiteral (vigente en la Iglesia católica de rito latino desde el siglo IV y del todo obligatorio en el XVI) como signo de una «entrega total» a su vocación. Frente a la postura oficial, algunos sectores han solicitado una reforma que permita la existencia de curas casados. Ojalá que cuando salga a la luz este escrito se estén dando los primeros pasos que hoy parecen una realidad.


En nuestro país, el debate sobre la obligatoriedad por parte de sacerdotes y obispos de guardar la norma del celibato, vigente desde los comienzos de la propia Iglesia, se ha visto alimentado por millares de casos de sacerdotes, obligados a dejar el ministerio para contraer matrimonio. Y dentro del clero en activo también existe una demanda en favor del celibato opcional.

Sin embargo, la doctrina oficial de la Iglesia a lo largo de los siglos ha subrayado la importancia del celibato sacerdotal como signo de cercanía a Jesús y como modo de dedicarse plenamente al ejercicio de la labor pastoral de los presbíteros. En el Catecismo de la Iglesia católica se recoge que los sacerdotes son «llamados a consagrarse totalmente al Señor y a sus cosas», que se entregan «enteramente a Dios y a los hombres». «El celibato es un signo de esa vida nueva al servicio de la cual es consagrado el ministro de la Iglesia».

Hace más de veinte años, el cardenal de curia, Darío Castrillón Hoyos, decía: «se ha hecho un problema de algo que en sí no lo es. En el mundo hay 450.000 sacerdotes que viven su celibato con alegría. Frente a éstos, hay una minoría, porcentualmente insignificante, que se rebela contra esta ley del celibato, o que, en algún momento de debilidad producida por múltiples causas, ha tomado la decisión de abandonar esta forma de vida». Hoy vemos esto como una ironía, por no decir un cuento chino, pura ensoñación.

Desde su experiencia personal, el cardenal colombiano revelaba que «el celibato es un don, que se acoge como un amor de entrega, de donación, con un amor generoso hacia Dios y hacia los hombres como Cristo los amó. Sólo así se puede comprender el celibato». Es una buena teoría, sí, pero…

Podíamos seguir ofreciendo testimonios de jerarcas. Preferimos no citar más, porque irritarían al clero que sufre la lacra de una ley que conocían en teoría cuando se ordenaron, pero ahora la ven como carga insoportable.

El celibato opcional es una necesidad que se ha de ir imponiendo. Por supuesto, siempre habrá curas célibes, verdadero testimonio del Reino de los Cielos, pero todos, en todo momento con plena libertad de cambiar al matrimonio cuando vean la imposibilidad de seguir en virginidad. “Más vale casarse que abrasarse”. Esperamos que a lo largo del siglo XXI el celibato opcional en el clero diocesano sea una realidad.

José María Lorenzo Amelibia


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