Una homilía de recuerdo
RECUERDO
| José María Lorenzo Amelibia
Una homilía de recuerdo
(Infocatólica)
Queridas religiosas de la Sagrada Familia, cofrades y hermanos todos:
La primera vez que entré en esta capilla, después de ser regida por vosotras, religiosas de la Sagrada Familia, quedé impresionado, lleno de santa emoción.
Traspasé la puerta: dos adoradoras estaban en silencioso recogimiento junto a la Eucaristía, junto al Señor hecho pan. Todo aquí permanecía en orden, con delicadeza y mino en torno al Santísimo Sacramento. Intimidad y soledad. Paz y esa suave armonía interior que algunas veces inunda nuestra alma, cuando el Señor pulsa en música callada las cuerdas de nuestras virtudes infusas. Dios está aquí, me dije: "venid, adoradores, adoremos a Cristo Redentor."
Vino entonces a mi corazón el deseo de los discípulos presentes en la transfiguración del Señor en el monte Tabor: ¡"Qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas" para contemplar la bondad suave del Señor.
Sé, queridas religiosas de la Sagrada Familia, que no es todo dulzura en eta vuestra vocación. Sé que en el caminar hacia Dios hemos de traspasar noches oscuras, como valles de tinieblas. Ya nos lo decía San Juan de la Cruz.
Hermanos todos, no es siempre fácil permanecer religiosas contemplativas. Son dificultades distintas a las vuestras en el mundo, pero a veces muy superiores, queridos cofrades.
Pero no os desaniméis, hermanas. Seguid adelante. El Señor está cerca. Sois el verdadero corazón y el motor de la Iglesia. El mundo os necesita. Hoy más que nunca es necesario un esfuerzo de los grandes orantes para que nuestra sociedad, que se está olvidando de Dios, vuelva a los brazos del Padre.
De una manera especial necesitamos de vuestra oración los sacerdotes: "los capitanes" de la religión, como nos llamaba Santa Teresa de Jesús.
Os supongo en conocimiento de la campaña de oración en favor de los sacerdotes, que se está extendiendo por todos los conventos de España dedicados a la contemplación. Creo que os habrá llegado alguna carta con este mensaje de súplica y de unión de oraciones.
Pero a esta campaña, queridos hermanos, debemos unirnos todos los cristianos que tengamos noticia de ella. Hoy más que nunca necesita la Iglesia sacerdotes santos, para animar nuestra fe, para alentar nuestra esperanza, para hacer más fecunda nuestra caridad.
No cejéis en vuestro empeño. Permaneced con los brazos en alto, como Moisés cuando luchaban sus tropas contra los amalecitas. Auxiliaos unas a otras para no bajar los brazos extendidos hacia el Señor, que, si os cansáis, esta lucha incruenta que mantenemos contra los poderes del mal, puede terminar en derrotas parciales.
Seguid con ilusión pidiendo al Señor por los sacerdotes. Si nosotros somos santos de verdad, el mundo cambiará poco a poco a mejor. Hemos de animarnos unos a otros en este sagrado empeño.
De propio intento he dejado para el final de esta homilía mis palabras de despedida. Abandonáis este lugar entrañable, el Santuario de la Trinidad. Así lo exigen diversas circunstancias. Habéis permanecido aquí años siendo ejemplo para todos: atención de peregrinos; estímulo para los cofrades, que ahora os echaremos de menos y parecerá que algo muy de nuestro corazón se ha desgajado. Vuestro recogimiento y vida de oración, aparte del bien que ha producido en la Iglesia, a todos nos ha cautivado y animado a no olvidar esta ocupación tan cristiana: la oración.
Pero esto no es una despedida; es sencillamente un cambio de lugar. Porque sabemos que continuaréis influyendo en nosotros. Para quienes de verdad creemos en Jesús no cuentan las distancias.
En nombre propio y en el de todos los cofrades os deseamos que en la nueva residencia viváis centradas del todo en vuestro gran amor: Jesús Eucaristía. El nos bendiga a todos. Amén.
José María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/ Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3 Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2