Fidelidad en la crisis sacerdotal y coherencia ante la pederastia

Honradez ante la corrupción y humildad imitando a Benedicto XV, han sido los dos primeros artículos de “Cómo afrontar los ochenta”. Hoy, impresionado por la pederastia escribo el artículo tercero. Sufrimiento por los datos que se publican en el 22-2-13; iluminación ante la crisis sacerdotal y alguna que otra sugerencia sobre el tema.

Sentir el dolor de la Iglesia por la pederastia
Reconozco que en estos últimos años leía Religión digital con temor y dolor. Me decía ¿que noticia encontraré sobre la sexualidad en los clérigos? Más de una vez estuve tentado de escribir al director para que RD no difundiera-insistiera tanto en el tema. ¡Me parecía el CASO, obsesionado por dar noticias negativas sobre esta faceta que tanto dolor produjo a Benedicto XVI.
El 22-2-13, ayer, fue el “colmo”. Allá van las noticias en RD:
-la Iglesia belga ya ha pagado 330.000 euros a las víctimas de los curas pedófilos;
-el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, interrogado sobre casos de 500 demandantes sobre abusos sexuales víctimas del clero y cometidos en su diócesis;
-el ex fiscal Vaticano afirma que el cardenal Joseph Ratzinger actuó contra el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, "con un sufrimiento enorme", a contracorriente y por "amor a la verdad";
-el polémico cardenal Mahony se ha enfrentado a numerosas críticas después de que la archidiócesis de Los Angeles publicara a comienzos de febrero un informe de más de 12.000 páginas que demuestra que encubrió a 129 sacerdotes acusados de abusar de menores durante los años ochenta.
Y por si faltaran más noticias: “se suicida un sacerdote boliviano condenado por pederastia”.
Las noticias de ayer son como un eslabón más de una larga cadena de acontecimientos sobre la pederastia. Impresionaba ver cómo en el 2008, Benedicto XVI pedía perdón por los pecados de los sacerdotes peredastas. Este descontrol y delito sexual ha sido uno de los sufrimientos del Papa y una de las manifestaciones de la crisis moral de muchos sacerdotes.

Iluminar con el quinto y sexto mandamiento
La Moral cristiana y los documentos del magisterio de la Iglesia, exponen con claridad la malicia especial de este grave pecado contra la justicia y la castidad. También una manifestación de la crisis sacerdotal que desde los años setenta me preocupó.
Efectivamente, mi tesis doctoral presentada en 1976 ante el padre Häring tiene como título: La Crisis sacerdotal según la Gaudium et spes. Actitudes y caminos de superación.
¿Qué pretendía con este trabajo escrito hace casi cuarenta años? El título y el subtítulo responden. Comprobar hasta qué punto la GS contiene algún mensaje sobre el ministerio sacerdotal y sobre las causas de la CS; ver si la GS puede presentarse como camino para orientar e ir superando la compleja problemática de la crisis y para llegar así al sacerdocio del futuro que necesita la Iglesia. El último capítulo perfila la personalidad del sacerdote que se deduce del espíritu de la GS como camino e imagen nuclear válida para el ministerio sacerdotal.
Exponía también que el riesgo de este camino necesario radica en el modo y en la amplitud de plasmar las conclusiones de la innovación y del pluralismo corresponsable. Es el riesgo de la libertad y de la creatividad que afrontan los miembros de la comunidad eclesial. El espíritu elegido: el pluralismo innovador y fiel, presente en la GS.

Responder con preguntas
Ahora me limito a “responder preguntado”: ¿por qué tantos casos de pederastia perpetrados por sacerdotes y religiosos? ¿Se habló a los seminaristas del pasado (1940-2000) sobre la especial gravedad de un pecado que es delito civil con cárcel de x años? ¿Con qué claridad y extensión afronta el Código de derecho canónico el tema que afecta a sacerdotes y a los obispos que encubren el delito? ¿Se explica bien en los centros de formación sacerdotal la malicia especial de la pederastia, las consecuencias traumáticas para el niño o el joven, los efectos penales y la necesidad de reparar humana y económicamente? ¿Hasta qué punto “toda” la comunidad eclesial es responsable y corresponsable?
¿Y qué responde Urbano Sánchez? Para una mayor claridad tendría que explicar las 23 conclusiones de la tesis que entonces defendí –tenía 42 años-. Hoy, cuando comienzo a caminar por la década de los ochenta, alguna de ellas no me atrevo a exponerlas. Pero quedo tranquilo porque en los últimos años el Magisterio de la Iglesia ha dado respuestas claras y contundentes sobre el celibato, la pederastia y la oportuna formación de los futuros sacerdotes.
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