¿Hablar desde el mensaje cristiano sobre amor y sexo?

Los 48 artículos anteriores de este blog abordaron parte de la problemática que hoy plantean la verdad, la justicia, la libertad, la vida y la paz, dimensiones del reino de Dios. ¿Omitiré el tema del amor, núcleo esencial del proyecto de Jesús? De ninguna manera. Quedaría incompleto el blog Ser y vivir hoy si estuviera ausente una condición esencial para la realización del hombre en su doble perspectiva antropológica y cristiana. Ahora bien, dentro del amor no puede faltar la sexualidad como un área importante donde se realiza la donación mutua de las personas. Tampoco puedo ocultar que escribir desde el mensaje cristiano sobre el amor y el sexo resulta hoy día muy conflictivo por la confusión, apasionamiento y radicalidad que suscitan en la actualidad porque el mensaje cristiano tiene que hacer frente a la cultura dominada por el subjetivismo ético, la secularización radicalizada y la revolución sexual.
¿Rehuir el desafío? No. Con toda modestia expondré en siete artículos los criterios escalonados que me parecen fundamentales desde la antropología y el mensaje cristiano sobre qué pensar acerca del amor y de la sexualidad.

1º Una visión complexiva sobre el amor como plataforma antropológica Ante la confusión sobre los conceptos, ofrezco una definición que me parece más completa sobre el amor y que dará paso a los rasgos psicológico y éticos. Además, como Benedicto XVI trató también del amor humano, tendré presente los rasgos que enumera sobre el amor auténtico en la encíclica Deus caritas est

2º La caridad teologal asume y enriquece las expresiones auténticas del amor ¿Cuál será la primera tarea? Analizar lo esencial de la caridad, del amor cristiano que tiene la fe como llave y presenta a Dios como fundamento. Y una consecuencia lógica: la caridad es incompatible con el secularismo pues Dios es la fuente, don y motivación para la conducta de todo cristiano

3º Como gran referente, Jesús que radicalizó toda expresión de donación del yo al tú El Hijo de Dios nos comunicó el amor de Dios. Jesús profeta, testimonió el amor radicalizado, tanto su amor apasionado por Dios Padre como su donación total al prójimo. Nuestro Señor se manifestó servicial y amó a todos con desinterés. Su amor fue profundo: Jesús perdona y se sacrifica hasta dar su vida. Como maestro, Cristo enseñó cómo amar a Dios y al prójimo con radicalidad. El que fuera Testigo, lo que vivió, exigió: la donación al prójimo sin reservas.

4º La interpretación cristiana del mensaje de Jesús sobre el amor
Como intérpretes-exponentes, elegimos las cartas de Pablo y Santiago. Posteriormente la teología estructuró el don de la caridad. Recientemente el Catecismo de Juan Pablo II actualiza las dimensiones de la caridad cristiana. El cristiano sabe cuál es el camino a seguir

5º Un planteamiento mínimo para la sexualidad en el mundo de la revolución sexual
Asistimos al paso cultural: de la sexofobia a la sexomanía, de la represión y del tabú a la libertad sin cortapisas externas, del freno al apoyo de algunas leyes. Tanto el amor como el sexo sufren las consecuencias del derrumbamiento de la moral tradicional cristiana, de la indiferencia religiosa y de la actitud anticlerical de tantos bautizados. En este contexto, el amor sexual estará fundamentado, por lo menos, en la justicia, el honor y la salud. En el marco de la revolución sexual y del subjetivismo ético, urge criticar las carencias de un amor y de una sexualidad vividas sin ley y contra la salud.

6º Tareas de la ética como luz y árbitro
Urge reconocer y aceptar los valores que defiende la ética sexual con las normativas más elementales. Por lo menos, el repeto mutuo, la dignidad y el honor personal, el no escandalizar, la actitud responsable ante las consecuencias... Y por supuesto, la coherencia con los valores éticos asumidos: que en el sexo haya amor auténtico. Sin embargo siempre surgirá la duda, ¿será suficiente la Ética con los valores, criterios y normativas que ofrece? ¿Algo más?

7º El católico da sentido a la sexualidad en el “todo” de su vocación. En un ambiente cultural adverso, además de las exigencias éticas, el católico vive el amor y la sexualidad teniendo presente los valores y exigencias de su compromiso como seguidor de Jesucristo y miembro de la Iglesia católica. Como fundamento, la fe en Jesucristo. Como marco doctrinal, la reflexión teológica. En el ambiente, la diversidad de opiniones, expresión de la pluralidad eclesial Y será la Iglesia quien interprete el mensaje cristiano y señale el camino a seguir con los criterios y normativa sobre la sexualidad.

Cada uno de estos criterios escalonados, será desarrollado en los próximos artículos.
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