Manifestaciones de la unión con Dios en Santa Teresa
Manifestaciones de la unión con Dios en Santa Teresa
El amor humano, si es profundo, se manifiesta en la donación total sin reparar en sacrificios hasta llegar, si fuera necesario, a dar la vida con tal de que la-s personas amadas tengan vida, se realicen plenamente, sean felices.
Esta ley del ser humano, tiene dos antecedentes supremos: el de Dios Padre que manifestó su amor a la humanidad entregando a su Hijo para que los hombres tengan vida eterna; y el amor de su Hijo, Jesucristo, hacia Dios Padre y hacia los hombres muriendo en la cruz para la remisión de los pecados
En los procesos enumerados de amor (el humano y los dos divinos), junto al amor está presente la unión: el estar junto al ser querido. Por lo tanto no tenemos más que aplicar las manifestaciones del amor. Quien desee vivir la unión con Dios que viva los grados del amor.
Desde esta perspectiva responden dos místicos, los dos santos y doctores de la Iglesia, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Con su doctrina y con la fuerza de su testimonio presentan dos versiones diferentes con un denominador común: el profundo amor a Dios se manifiesta en exigencias coherentes
Dos personas cuando se aman, y de tal manera que cor unum et anima una; sus vidas son como los vasos comunicantes en el plano afectivo, volitivo y en sus intereses. Siempre el amor es el protagonista y de tal manera que según sea el grado de amor así será la unión.
¿Qué rasgos caracterizan estas uniones humanas? 1-Total sintonía entre el yo y el tú, para lo bueno y lo malo. Como los vasos comunicantes. Madre e hijo 2-Polarización de los sentimientos e intereses en el yo y en el tú 3-Gozo por trabajar y sacrificarse por el tú amado. Los padres por sus hijos. 4-Gran deseo de comunicarse y de estar junto con quien se ama. Los padres con sus hijos. Otros rasgos que se desprenden de los anteriores: a-Sufrir por la ausencia o por algún mal que sufra el otro,b-Pensar frecuente y obsesivamente en la persona amada, c-Dar y darse sin límites para que sea feliz el amado, d-Verse, gratuitamente, como medio-instrumento para su realización personal e-Que el Tú triunfe, sea feliz y alabado, aunque el yo desaparezca,, f-Yo muero para que tú vivas. g-La gran felicidad del Yo: vivir eternamente con el Tú amado
Manifestaciones de la unión-amor en Santa Teresa
Los místicos sintonizaron con Dios, con su voluntad, su unión profunda en su Reino, y fueron coherentes en las manifestaciones y en las exigencias de su amor profundo. En Santa Teresa comprobamos, primero las manifestaciones, y después, las exigencias.
Algunas manifestaciones de la unión con Dios fueron enumeradas al tratar el tema de la identidad. Pero en la vida y obras de Santa Teresa, están presentes otras manifestaciones como acontecimientos de su vida.
Sed de ver-estar con el Amado. Dios está presente en el fondo del alma y provoca en Teresa una sed insaciable de verlo en el cielo y de buscarlo ansiosamente en la tierra. La presencia de Dios es clara, cierta y deleitosa: -“sabemos certísimo que está allí, aunque nunca le hemos visto...”(6M 2,3; 6M 2,3;). Le mueve un deseo sabroso de gozar el alma de El, y con esto queda dispuesta para hacer grandes actos y alabanzas a nuestro Señor” (6M 2,9).
Gozo en la unión. ¿Qué desea Dios como fruto de la unión? “Adelante veréis como Su Majestad quiere que le goce el alma en su mesmo centro, aun más que aquí muy en la postrera morada”(5M 1,14 y en 7M 4,3; 7M 1,6).
Respuesta de entrega total. -¿Y cómo responde Teresa?: “-- estarse atentos a ver qué obra el Señor en el alma“ (4M 3,3); “pedir como pobres necesitados delante de un grande y rico emperador. y luego bajar los ojos y esperar con humildad” (4M 3,5), En resumen: dar gloria a Dios, con olvido de sí y con abandono en Él: “dejarse el alma en las manos de Dios, haga lo que quisiere de ella, con el mayor descuido de su provecho que pudiere y mayor resignación a la voluntad de Dios”(4M 3,6 y en 4M 3,8).
Sentir a Dios como prisionero. La presencia de Dios en Teresa de Jesús es la de un prisionero: “parecióme, por la bondad de Dios, que no dejaba de estar conmigo, a lo que yo podía entender” (V 34 y en 5M1). Y es Dios que está prisionero en su alma: “y causa en mí tal pasión / ver a Dios mi prisionero,/que muero porque no muero (Vivo sin vivir en mí) .
Ansias de ver a Dios y deseos de morir
La Teresa cristiana y mística ama a Dios y siente su ausencia. Y porque tiene una indecible esperanza, aspira a poseerlo en el cielo. Expresó con radicalidad la pena por la ausencia de Dios en este destierro. También manifestó el ardiente deseo de morir para ver a Dios. “le digo: «¿cuándo, mi Dios, ha de estar ya toda junta mi alma en vuestra alabanza y no hecha pedazos, sin poder valerse a sí?».(V 17). “Veíame morir con deseo de ver a Dios, y no sabía adónde había de buscar esta vida, si no era con la muerte. Dábanme unos ímpetus grandes de este amor, que, aunque no eran tan insufrideros como los que ya otra vez he dicho ni de tanto valor, yo no sabía qué me hacer; porque nada me satisfacía, ni cabía en mí, sino que verdaderamente me parecía se me arrancaba el alma” (V 29,8).
Estas ansias y deseos reflejados en sus poesías.
”¡Cuán triste es, Dios mío, / la vida sin ti!/ Ansiosa de verte,/ deseo morir./ ¡Oh sueño adorado!/ sácame de aquí!/ Ansiosa de verte,/ deseo morir”. (Ayes del destierro). También en Vivo sin vivir en mí, en Hacia la Patria). La santa doctora y mística goza al saborear la presencia de Dios en la tierra. Es el mensaje de la poesía dirigida A San Andrés: “Si el padecer con amor /puede dar tan gran deleite, /¡qué gozo nos dará el verte!”.. “¿Qué será cuando veamos/a la inmensa y suma luz,/pues de ver Andrés la cruz/se pudo tanto alegrar?”
Sed, búsqueda y ansias de ver a Dios en la vida eterna. Santa Teresa no se conforma con una presencia parcial de Dios en esta vida. Ella anhela la unión total y el morir para gozarle cara a cara. Así lo expresó poéticamente:
“Vivo sin vivir en mí,/ y tan alta vida espero,/ que muero porque no muero..” (Vivo sin vivir en mí). Como no calma con la presencia de Dios, exclama: “Tú, siempre invisible,/ no alivias su anhelo./ ¡Ay! esto la inflama, / hasta prorrumpir: / Ansiosa de verte, / deseo morir. ” (Ayes del destierro. También en Dichoso el corazón enamorado).
Unión y fortaleza
¿Qué otros efectos produce en Teresa la unión especial con Dios? Que la une, da fortaleza y es fuente de fenómenos místicos. Dios dispone para que el alma “tenga ánimo de juntarse con tan gran Señor y tomarle por Esposo”(6M 4,1). Y en esta situación, surgen el éxtasis y el arrobamiento; suspende Dios el alma en la oración con arrobamiento o éxtasis o rapto, “que todo es uno, a mi parecer, y cómo es menester gran ánimo para recibir grandes mercedes de su Majestad” (6M 4,2)
. La actuación Dios con ocasión de la unión
Dios introduce al alma en su morada, le manifiesta secretos “y cosas del cielo” (7M 1,3 y en 6M 4,5 y 9). En Teresa se dan fenómenos extraordinarios tales como los arrobamientos, visiones y vuelo del espíritu .(V 20, 24. Y en 6M5; 6M ) Y se da el influjo de la esperanza en el sentido de la vida, de la muerte y del cielo: “sólo con la confianza /vivo de que he de morir, porque muriendo el vivir / me asegura mi esperanza; / muerte do el vivir se alcanza, / no te tardes, que te espero, /que muero porque no muero (Vivo sin vivir en mí).
El amor humano, si es profundo, se manifiesta en la donación total sin reparar en sacrificios hasta llegar, si fuera necesario, a dar la vida con tal de que la-s personas amadas tengan vida, se realicen plenamente, sean felices.
Esta ley del ser humano, tiene dos antecedentes supremos: el de Dios Padre que manifestó su amor a la humanidad entregando a su Hijo para que los hombres tengan vida eterna; y el amor de su Hijo, Jesucristo, hacia Dios Padre y hacia los hombres muriendo en la cruz para la remisión de los pecados
En los procesos enumerados de amor (el humano y los dos divinos), junto al amor está presente la unión: el estar junto al ser querido. Por lo tanto no tenemos más que aplicar las manifestaciones del amor. Quien desee vivir la unión con Dios que viva los grados del amor.
Desde esta perspectiva responden dos místicos, los dos santos y doctores de la Iglesia, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Con su doctrina y con la fuerza de su testimonio presentan dos versiones diferentes con un denominador común: el profundo amor a Dios se manifiesta en exigencias coherentes
Dos personas cuando se aman, y de tal manera que cor unum et anima una; sus vidas son como los vasos comunicantes en el plano afectivo, volitivo y en sus intereses. Siempre el amor es el protagonista y de tal manera que según sea el grado de amor así será la unión.
¿Qué rasgos caracterizan estas uniones humanas? 1-Total sintonía entre el yo y el tú, para lo bueno y lo malo. Como los vasos comunicantes. Madre e hijo 2-Polarización de los sentimientos e intereses en el yo y en el tú 3-Gozo por trabajar y sacrificarse por el tú amado. Los padres por sus hijos. 4-Gran deseo de comunicarse y de estar junto con quien se ama. Los padres con sus hijos. Otros rasgos que se desprenden de los anteriores: a-Sufrir por la ausencia o por algún mal que sufra el otro,b-Pensar frecuente y obsesivamente en la persona amada, c-Dar y darse sin límites para que sea feliz el amado, d-Verse, gratuitamente, como medio-instrumento para su realización personal e-Que el Tú triunfe, sea feliz y alabado, aunque el yo desaparezca,, f-Yo muero para que tú vivas. g-La gran felicidad del Yo: vivir eternamente con el Tú amado
Manifestaciones de la unión-amor en Santa Teresa
Los místicos sintonizaron con Dios, con su voluntad, su unión profunda en su Reino, y fueron coherentes en las manifestaciones y en las exigencias de su amor profundo. En Santa Teresa comprobamos, primero las manifestaciones, y después, las exigencias.
Algunas manifestaciones de la unión con Dios fueron enumeradas al tratar el tema de la identidad. Pero en la vida y obras de Santa Teresa, están presentes otras manifestaciones como acontecimientos de su vida.
Sed de ver-estar con el Amado. Dios está presente en el fondo del alma y provoca en Teresa una sed insaciable de verlo en el cielo y de buscarlo ansiosamente en la tierra. La presencia de Dios es clara, cierta y deleitosa: -“sabemos certísimo que está allí, aunque nunca le hemos visto...”(6M 2,3; 6M 2,3;). Le mueve un deseo sabroso de gozar el alma de El, y con esto queda dispuesta para hacer grandes actos y alabanzas a nuestro Señor” (6M 2,9).
Gozo en la unión. ¿Qué desea Dios como fruto de la unión? “Adelante veréis como Su Majestad quiere que le goce el alma en su mesmo centro, aun más que aquí muy en la postrera morada”(5M 1,14 y en 7M 4,3; 7M 1,6).
Respuesta de entrega total. -¿Y cómo responde Teresa?: “-- estarse atentos a ver qué obra el Señor en el alma“ (4M 3,3); “pedir como pobres necesitados delante de un grande y rico emperador. y luego bajar los ojos y esperar con humildad” (4M 3,5), En resumen: dar gloria a Dios, con olvido de sí y con abandono en Él: “dejarse el alma en las manos de Dios, haga lo que quisiere de ella, con el mayor descuido de su provecho que pudiere y mayor resignación a la voluntad de Dios”(4M 3,6 y en 4M 3,8).
Sentir a Dios como prisionero. La presencia de Dios en Teresa de Jesús es la de un prisionero: “parecióme, por la bondad de Dios, que no dejaba de estar conmigo, a lo que yo podía entender” (V 34 y en 5M1). Y es Dios que está prisionero en su alma: “y causa en mí tal pasión / ver a Dios mi prisionero,/que muero porque no muero (Vivo sin vivir en mí) .
Ansias de ver a Dios y deseos de morir
La Teresa cristiana y mística ama a Dios y siente su ausencia. Y porque tiene una indecible esperanza, aspira a poseerlo en el cielo. Expresó con radicalidad la pena por la ausencia de Dios en este destierro. También manifestó el ardiente deseo de morir para ver a Dios. “le digo: «¿cuándo, mi Dios, ha de estar ya toda junta mi alma en vuestra alabanza y no hecha pedazos, sin poder valerse a sí?».(V 17). “Veíame morir con deseo de ver a Dios, y no sabía adónde había de buscar esta vida, si no era con la muerte. Dábanme unos ímpetus grandes de este amor, que, aunque no eran tan insufrideros como los que ya otra vez he dicho ni de tanto valor, yo no sabía qué me hacer; porque nada me satisfacía, ni cabía en mí, sino que verdaderamente me parecía se me arrancaba el alma” (V 29,8).
Estas ansias y deseos reflejados en sus poesías.
”¡Cuán triste es, Dios mío, / la vida sin ti!/ Ansiosa de verte,/ deseo morir./ ¡Oh sueño adorado!/ sácame de aquí!/ Ansiosa de verte,/ deseo morir”. (Ayes del destierro). También en Vivo sin vivir en mí, en Hacia la Patria). La santa doctora y mística goza al saborear la presencia de Dios en la tierra. Es el mensaje de la poesía dirigida A San Andrés: “Si el padecer con amor /puede dar tan gran deleite, /¡qué gozo nos dará el verte!”.. “¿Qué será cuando veamos/a la inmensa y suma luz,/pues de ver Andrés la cruz/se pudo tanto alegrar?”
Sed, búsqueda y ansias de ver a Dios en la vida eterna. Santa Teresa no se conforma con una presencia parcial de Dios en esta vida. Ella anhela la unión total y el morir para gozarle cara a cara. Así lo expresó poéticamente:
“Vivo sin vivir en mí,/ y tan alta vida espero,/ que muero porque no muero..” (Vivo sin vivir en mí). Como no calma con la presencia de Dios, exclama: “Tú, siempre invisible,/ no alivias su anhelo./ ¡Ay! esto la inflama, / hasta prorrumpir: / Ansiosa de verte, / deseo morir. ” (Ayes del destierro. También en Dichoso el corazón enamorado).
Unión y fortaleza
¿Qué otros efectos produce en Teresa la unión especial con Dios? Que la une, da fortaleza y es fuente de fenómenos místicos. Dios dispone para que el alma “tenga ánimo de juntarse con tan gran Señor y tomarle por Esposo”(6M 4,1). Y en esta situación, surgen el éxtasis y el arrobamiento; suspende Dios el alma en la oración con arrobamiento o éxtasis o rapto, “que todo es uno, a mi parecer, y cómo es menester gran ánimo para recibir grandes mercedes de su Majestad” (6M 4,2)
. La actuación Dios con ocasión de la unión
Dios introduce al alma en su morada, le manifiesta secretos “y cosas del cielo” (7M 1,3 y en 6M 4,5 y 9). En Teresa se dan fenómenos extraordinarios tales como los arrobamientos, visiones y vuelo del espíritu .(V 20, 24. Y en 6M5; 6M ) Y se da el influjo de la esperanza en el sentido de la vida, de la muerte y del cielo: “sólo con la confianza /vivo de que he de morir, porque muriendo el vivir / me asegura mi esperanza; / muerte do el vivir se alcanza, / no te tardes, que te espero, /que muero porque no muero (Vivo sin vivir en mí).