El cristiano como persona es uno de los actores y víctimas de la verdad aplastada por la mentira. También participa, como tantos otros, en una justicia “ajusticiada” por la corrupción y la desigualdad. ¿Y como creyente? También sufre los efectos del “tsunamis” secularista que anula a Dios y a la religiosidad. ¿Y si el cristiano es un coherente seguidor de Cristo? Experimentará impresiones negativas al comprobar cómo su fe cristiana, hoy día, es combatida como en los tiempos de Nerón y reducida en Europa a unos actos socioculturales por una minoría de bautizados. También se alegrará al comprobar cómo personas bautizadas se sacrifican por Dios y por el prójimo. Y algunos, hasta dar su tiempo, su dinero, su comodidad y su vida. Bajo las fuertes impresiones negativas, el cristiano coherente, duda sobre el futuro de su fe.¿ Habrá llegado a su fin?
Para muchos pueblos, la vertical de la trascendencia tiene como centro a Jesucristo con su Buena nueva del Reino de Dios. Él, Jesús, divide la historia en un antes y en un después. En teoría, hoy día, son más de mil millones de bautizados, agrupados en diferentes confesiones cristianas y en alguna que otra secta, que han elegido a Cristo como camino, verdad y vida, como a su Dios y Salvador. Y al Evangelio, la Buena Nueva de Jesús, como guía para sus vidas. Sin ser unos fanáticos ni exaltados, no se avergüenzan de proclamar en público o en las redes sociales, su fe cristianos. Al interrogante de si soy cristiano, responden con humildad y valentía. ¡sí ,soy cristiano!
A este cristiano coherente ¿qué le impresiona al contemplar a la Europa secularista que olvida sus raíces cristianas?
1º que una gran mayoría, sí, están bautizados pero no son cristianos coherentes;.
2º que la fe queda reducida a diferentes actos socio-culturales;
3º que en el mundo, hoy día, el cristianismo como tal y millones de cristianos. son combatidos por causa de su fe, como en el pasado por regímenes políticos, por ideologías y por culturas.
4ª que un reducido número de bautizados viven como en los primeros siglos, como seguidores de Jesús dispuestos a entregar su vida por la fe y por servir a los hermanos.
5ª que no faltan grupos de personas que, motivados por la fe cristiana, sin ser unos fanáticos ni exaltados, no se avergüenzan de proclamar en público o en las redes sociales, su fe cristiana. Al interrogante de si soy cristiano, responden con humildad y valentía. ¡sí ,soy cristiano!
Dolorosa temática que en capítulos posteriores será desarrollada.