¿Qué criterios-clave configuran la 2ª parte de PHD?
La segunda parte de la obra Peldaños hacia Dios (PHD), describe la espiritualidad de Alberto Navarro. Siguiendo la nueva vida del protagonista encontramos los criterios-clave sobre el Dios rechazado y amado, Jesús y María como los místicos insuperables, el pluralismo en los caminos hacia el Absoluto, los rasgos de la madurez cristiana, las interpretaciones sobre la Iglesia, la pérdida y recuperación de la fe, la fortaleza ante la incomprensión, la comunicación con Dios y la superación del orgullo gracias a la respuesta humilde ante el fracaso del teólogo primero de su diócesis.
7º DEL DIOS RECHAZADO AL DIOS AMADO
En el mundo actual, Dios aparece rechazado por los ateos, “blindado” por el secularismo, devaluado por la indiferencia religiosa, identificado con la madre tierra en la NE, situado bajo el celemín, considerado como poesía ideológica, tratado como una pieza más por muchos en la religiosidad popular, temido como Juez sin misericordia y minusvalorado como el Ser supremo egoísta. Pero están los auténticos creyentes que contemplan al Dios Amor, el Padre que desea la felicidad de sus hijos, el amigo del hombre, el único Señor Dios-Amor, fuente de todo amor. Y no falta quien confiese su experiencia de Dios como Amor que no es amado
La historia en el capítulo
7º. Del rechazo a la experiencia de Dios
El nuevo director del museo diocesano, el antiguo profesor Navarro, se insertó totalmente en la vida pastoral. Alberto, el de los “brotes místicos” según don Felipe, participó con gusto en un retiro sacerdotal sobre “Dios, del rechazo a la experiencia en el mundo secularista”. Unos asistentes expusieron los conceptos falsos sobre Dios y otros reafirmaron la fe en el Dios de Jesús. Por su parte, Alberto insistió en la necesidad de hablar también sobre las relaciones del sacerdote con Dios. Y él mismo, con valor y humildad, manifestó su experiencia, de cómo en su vida se acercó y se alejó de Dios. A todos admiró el entusiasmo con que el teólogo convertido exclamó: “el Dios-Amor no es amado”.
8º JESÚS Y MARÍA COMO LOS PRIMEROS REFERENTES
Jesús y María son los místicos insuperables dentro y fuera del cristianismo. Desde su identidad y misión propia, cada uno vivió el amor a Dios con entrega total. También la unión con el Abbá, de manera profunda y permanente. Ellos manifestaron su experiencia religiosa con radicalidad sin conformismos, la fortaleza sin indecisiones, la fidelidad en toda situación, el entusiasmo de enamorados para defender el honor de Dios, la comunicación ardiente sin rutina, una confianza sin límites, la participación plena en el reino-reinado de Dios y con la docilidad al Espíritu alimentada con la Palabra de Dios.
La historia en el capítulo
8º. Místicos insuperables
Alberto cambió el título de la charla del Retiro que le habían solicitado. En vez de tratar sobre la máxima experiencia de Dios en Jesús y María, optó por un enfoque más amplio, directo, actual y hasta un poco agresivo: “Jesús y María, místicos insuperables para el mundo de hoy”. ¿Y por qué el cambio? Porque para el teólogo doctor Navarro, la santidad, la relación con Dios del auténtico místico, además de la experiencia, incluye la unión profunda, íntima y permanente con un amor total. Rasgos místicos que configuran la vida de Jesús y María, iluminan la espiritualidad de los seguidores-discípulos y responden de modo antagónico a muchos no creyentes sobre las relaciones con Dios.
9º PLURALISMO EN LOSCAMINOS HACIA EL ABSOLUTO
La búsqueda y la unión profunda con el Absoluto es una constante en las religiones aunque con diversas interpretaciones: bhakti en el hinduismo, la alianza en el judaísmo y la radicalidad en el islamismo. Dentro del cristianismo, el camino hacia el Absoluto se encuentra magistralmente detallado en las obras y vidas de san Juan de la cruz de santa Teresa de Jesús. Cada uno con su estilo describen a los protagonistas del camino; las motivaciones del yo humano que anhela encontrarse con el Amado; las duras exigencias con la purificación del alma como el madero quemado por el fuego y la renuncia a lo que no sea Dios. Y describen el proceso amoroso hasta el encuentro con el Absoluto, el Amado. El alma, unida a Dios como dos velas, con la progresiva, total y verdadera transformación en Dios
La historia en el capítulo
9º. El camino hacia el Absoluto
El teólogo Alberto buscaba la mejor interpretación sobre Jesús y María como místicos insuperables. Y el espiritual convertido encontró la respuesta en la conferencia de don Felipe sobre El camino hacia el Absoluto según san Juan y santa Teresa. Porque es máxima la autoridad de San Juan de la cruz y santa Teresa para describir el camino hacia el Absoluto tanto en la doctrina como en la vivencia. Uno y otra se complementan para interpretar la intimidad o unión profunda con Dios. Para desarrollar el tema, el conferenciante presentó la temática con respuestas de los santos carmelitas a las preguntas que él mismo formuló sobre los protagonistas del camino, los fundamentos, motivaciones, duras exigencias y el proceso amoroso hasta el encuentro con el Absoluto, el Amado.
10º RASGOS DE LA MADUREZ CRISTIANA
La santidad como madurez cristiana requiere interiorizar a Jesús y María, referentes de toda espiritualidad; seguir el camino elegido como puede ser el de san Juan de la Cruz; vivir el cielo en la tierra con el amor a Dios y el servicio al prójimo especialmente con los más necesitados; y comprometerse de manera coherente con el reino de Dios y en comunión con toda la Iglesia; situarse en paz con santa indiferencia; entregarse de manera apasionada a Dios gracias a la oración prolongada. Para los inevitables pecados, recurrir a la penitencia, la orientación espiritual y la amistad sacerdotal.
La historia en el capítulo
10º. La obra cumbre de un pintor orgulloso
Creció la inquietud mística de Alberto que logró sintetizar el pensamiento de san Juan de la Cruz y pudo terminar su obra cumbre: el tríptico con Jesús y María dialogando en Nazaret. La obra salió tan perfecta y le produjo tanta satisfacción que el pintor, endiosado, exclamó con orgullo: “Jesús, María, ¿por qué no salís del tríptico y dialogamos los tres?” Pronto se avergonzó de su atrevimiento que consideraba una falta de respeto y un gesto de soberbia.
11º LOS ROSTROS DE LA IGLESIA EN EL POSCONCILIO
Integran la Iglesia en el posconcilio, los alejados como el porcentaje mayor, los críticos que viven al margen del influjo del magisterio; los radicalizados que sueñan con una iglesia de ayer y los que proponen criterios utópicos para una iglesia del Vaticano tercero. Con menor porcentaje, testimonian su fe los miembros en comunión, los convencidos que convencen.
A estos miembros corresponden los diferentes rostros de la Iglesia. En plan positivo: muchos la contemplan de modo “perfecto”, como la portadora del Reino de Dios, la comprometida “por” los pobres, la iglesia profética, de la nueva evangelización, de las devociones populares y la iglesia en comunión sin radicalismos. En plan negativo, no falta quien contemple a la Iglesia como bombardeada, quien como autoritaria, iglesia rígida, iglesia moralista del sexto mandamiento y del precepto dominical, la iglesia” triunfalista” de las procesiones o bien una iglesia sin respuestas para el mundo actual.
La historia en el capítulo
11º. Iglesia de cristiandad o Iglesia posconciliar
Alberto vivió las tres etapas de la historia reciente de la Iglesia: antes, durante y después del Vaticano II. Enseñó teología como un conservador exaltado, actuó como un cura revolucionario y por último comenzó una etapa de serenidad, paz y disponibilidad para servir al prójimo coherentemente. Ahora, con amor co-responsable, sentía profundamente los problemas de la Iglesia, la llamada de cristiandad y la posconciliar. Lamentaba el problema de los alejados, críticos, desmotivados y de los radicalizados a los que él perteneció. Así mismo compartió las preocupaciones pastorales de sus hermanos sacerdotes en una convivencia informal de condiscípulos. Escuchando las opiniones de unos y de otros comprobó que catorce curas, catorce modelos de la única Iglesia. ¿Cuál de ellas es la mejor?
12º LA FE PERDIDA Y RECUPERADA
Muchos creyentes perdieron la fe por su orgullo y resentimiento persistentes, por la falta de oración, las dudas no aclaradas, la ignorancia religiosa, las lecturas e influjos mediáticos contrarios a la fe… Y como factor decisivo: por una conducta inmoral en las relaciones y en actos contrarios a los compromisos emitidos.
Pero la fe puede recuperarse por el análisis sincero de la actual situación con las causas y factores de la increencia. Además, por el sincero deseo de salir, por la disponibilidad para seguir las orientaciones de amigos y personas autorizadas. Todo ello como paso previo para el arrepentimiento, la confesión y los propósitos firmes de un plan de vida apto para recuperar los valores y actitudes perdidos.
La historia en el capítulo
12º. Recuperar la fe perdida
La crisis que Alberto experimentó en América le ayudó para comprender y orientar a un condiscípulo que padecía una profunda crisis de fe. Como el convertido Alberto llevó una vida bastante parecida, comprendió las causas externas y los factores personales que provocaron la crisis de su amigo Julián. Por ello no tuvo reparo en recomendar los mismos medios que él utilizó para reencontrar la fe y la autenticidad sacerdotal. Porque el teólogo Alberto perdió y recuperó la fe. El mismo final deseaba para su amigo Julián.
13º FORTALEZA ANTE LA INCOMPRENSIÓN
Urge la fortaleza, especialmente ante situaciones difíciles de superar. El creyente necesita firmeza de ánimo, para no desistir ante el peligro, la adversidad o las dificultades de cualquier nivel. Atacar y resistir, avanzar y no retroceder, son exigencias inevitables en la vida para mantenerse firmes en las convicciones personales. Gracias al ánimo fuerte, la persona madura puede defender su verdad y resistir con firmeza sin retroceder en la realización del proyecto aceptado.
La historia en el capítulo
13º. El psiquiatra defiende al teólogo visionario
Cuando no lo deseaba ni mucho menos lo esperaba, Alberto palpó como Jesús y María salían del tríptico de Nazaret y le hablaban dispuestos a contestar los interrogantes que tantas veces formulara como estudiante y profesor. Pero, ahora, el “vidente” continuamente se preguntaba si la visita era una realidad o una alucinación. O si comenzaba a perder la razón. Desde entonces Alberto sufrió los conflictos de tantos visionarios incomprendidos. Todos, menos el psiquiatra amigo, rechazaron la objetividad de la visión.
14º LA COMUNICACIÓN ÍNTIMA Y PERMANENTE
Como escribió Santa Teresa, la oración consiste en "tratar de amistad, estando muchas veces a solar con quien sabemos que nos ama" (Vida 8,5). La oración completa es como el diálogo de dos amigos, una comunicación amorosa, experimentada, íntima, oblativa y de unión permanente. Tal comunicación se convierte en el motor, la fuente y el corazón de la vida espiritual. Con esta oración profunda el creyente se relaciona en intimidad con Dios; comienza un trato en el cual se transmiten y reciben criterios, emociones y mensajes llegando al encuentro de amistad sincera.
La historia en el capítulo
Diálogo increíble en Nazaret
Cuando parecía que Alberto se había olvidado de la primera manifestación y cuando menos lo esperaba, escuchó por segunda vez a Jesús que le habló. Más aún, el Hijo y la Madre animaron al teólogo a que les expusiera sus preguntas. Y entre los tres se entabló un diálogo “increíble” sobre cómo fue la vida en Nazaret desde la Encarnación hasta el comienzo de la vida pública. Claro está, que al terminar la visita comenzaron las preguntas en Alberto: ¿ha sido una revelación o una simple alucinación? ¿un acontecimiento sobrenatural o una reflexión teológica? En resumen: ¿soy un teólogo serio o un visionario más? Como no supo responder a sus preguntas y para evitar posibles conflictos decidió no comunicar a nadie lo sucedido.
15º HUMILDAD EN LOS FRACASOS
Ante los fracasos, críticas y humillaciones, muchos reaccionan con soberbia: no encajan con humildad el fracaso y los límites de su situación; pierden la paz interior, crece la hipersensibilidad hacia el propio honor y fama; minusvaloran las críticas, permanecen sordos ante los juicios negativos, exageran la estima legítima del propio valer, saber y poseer. Y llegan a despreciar internamente a los que se oponen a sus criterios o conducta.
Ante el fracaso o la humillación, urge afrontar con paz la situación que humilla, aceptar la verdad presente en las críticas recibidas y reconocer que ha sido herido en su orgullo, en el amor propio, “en su dignidad”. Para esta situación urge una cura de humildad para recuperar la paz. Será oportuno recordar el testimonio de Jesús en su pasión y algunos de sus criterios como “todo el que se ensalce será humillado y el que se humilla, será ensalzado” (Mt 23,12).
La historia en el capítulo
15º. Humillado y consolado
Extraordinario el mensaje de la segunda visita de Jesús y María, pero el prudente Alberto guardó estricto silencio para evitar conflictos mayores. Y con normalidad transcurrió su vida hasta que el primer teólogo de la diócesis, el doctor Navarro, sufrió una gran derrota ante su alumno Javier en la Asamblea para celebrar los 20 años del posconcilio (1965-1985). Alberto fracasó ante el clero y en poco tiempo cayó en depresión. Fue entonces cuando recibió la tercera visita de Jesús y María quienes le reprocharon su orgullo y le exhortaron a la humildad para recuperar la paz. Consolado y atrevido, Alberto formuló dos preguntas más. A todo recibió respuesta. Y además, una recomendación sobre su salud corporal
Temática del próximo artículo: serán los criterios y acontecimientos de los últimos meses de vida del pintor, cura y místico Alberto.
7º DEL DIOS RECHAZADO AL DIOS AMADO
En el mundo actual, Dios aparece rechazado por los ateos, “blindado” por el secularismo, devaluado por la indiferencia religiosa, identificado con la madre tierra en la NE, situado bajo el celemín, considerado como poesía ideológica, tratado como una pieza más por muchos en la religiosidad popular, temido como Juez sin misericordia y minusvalorado como el Ser supremo egoísta. Pero están los auténticos creyentes que contemplan al Dios Amor, el Padre que desea la felicidad de sus hijos, el amigo del hombre, el único Señor Dios-Amor, fuente de todo amor. Y no falta quien confiese su experiencia de Dios como Amor que no es amado
La historia en el capítulo
7º. Del rechazo a la experiencia de Dios
El nuevo director del museo diocesano, el antiguo profesor Navarro, se insertó totalmente en la vida pastoral. Alberto, el de los “brotes místicos” según don Felipe, participó con gusto en un retiro sacerdotal sobre “Dios, del rechazo a la experiencia en el mundo secularista”. Unos asistentes expusieron los conceptos falsos sobre Dios y otros reafirmaron la fe en el Dios de Jesús. Por su parte, Alberto insistió en la necesidad de hablar también sobre las relaciones del sacerdote con Dios. Y él mismo, con valor y humildad, manifestó su experiencia, de cómo en su vida se acercó y se alejó de Dios. A todos admiró el entusiasmo con que el teólogo convertido exclamó: “el Dios-Amor no es amado”.
8º JESÚS Y MARÍA COMO LOS PRIMEROS REFERENTES
Jesús y María son los místicos insuperables dentro y fuera del cristianismo. Desde su identidad y misión propia, cada uno vivió el amor a Dios con entrega total. También la unión con el Abbá, de manera profunda y permanente. Ellos manifestaron su experiencia religiosa con radicalidad sin conformismos, la fortaleza sin indecisiones, la fidelidad en toda situación, el entusiasmo de enamorados para defender el honor de Dios, la comunicación ardiente sin rutina, una confianza sin límites, la participación plena en el reino-reinado de Dios y con la docilidad al Espíritu alimentada con la Palabra de Dios.
La historia en el capítulo
8º. Místicos insuperables
Alberto cambió el título de la charla del Retiro que le habían solicitado. En vez de tratar sobre la máxima experiencia de Dios en Jesús y María, optó por un enfoque más amplio, directo, actual y hasta un poco agresivo: “Jesús y María, místicos insuperables para el mundo de hoy”. ¿Y por qué el cambio? Porque para el teólogo doctor Navarro, la santidad, la relación con Dios del auténtico místico, además de la experiencia, incluye la unión profunda, íntima y permanente con un amor total. Rasgos místicos que configuran la vida de Jesús y María, iluminan la espiritualidad de los seguidores-discípulos y responden de modo antagónico a muchos no creyentes sobre las relaciones con Dios.
9º PLURALISMO EN LOSCAMINOS HACIA EL ABSOLUTO
La búsqueda y la unión profunda con el Absoluto es una constante en las religiones aunque con diversas interpretaciones: bhakti en el hinduismo, la alianza en el judaísmo y la radicalidad en el islamismo. Dentro del cristianismo, el camino hacia el Absoluto se encuentra magistralmente detallado en las obras y vidas de san Juan de la cruz de santa Teresa de Jesús. Cada uno con su estilo describen a los protagonistas del camino; las motivaciones del yo humano que anhela encontrarse con el Amado; las duras exigencias con la purificación del alma como el madero quemado por el fuego y la renuncia a lo que no sea Dios. Y describen el proceso amoroso hasta el encuentro con el Absoluto, el Amado. El alma, unida a Dios como dos velas, con la progresiva, total y verdadera transformación en Dios
La historia en el capítulo
9º. El camino hacia el Absoluto
El teólogo Alberto buscaba la mejor interpretación sobre Jesús y María como místicos insuperables. Y el espiritual convertido encontró la respuesta en la conferencia de don Felipe sobre El camino hacia el Absoluto según san Juan y santa Teresa. Porque es máxima la autoridad de San Juan de la cruz y santa Teresa para describir el camino hacia el Absoluto tanto en la doctrina como en la vivencia. Uno y otra se complementan para interpretar la intimidad o unión profunda con Dios. Para desarrollar el tema, el conferenciante presentó la temática con respuestas de los santos carmelitas a las preguntas que él mismo formuló sobre los protagonistas del camino, los fundamentos, motivaciones, duras exigencias y el proceso amoroso hasta el encuentro con el Absoluto, el Amado.
10º RASGOS DE LA MADUREZ CRISTIANA
La santidad como madurez cristiana requiere interiorizar a Jesús y María, referentes de toda espiritualidad; seguir el camino elegido como puede ser el de san Juan de la Cruz; vivir el cielo en la tierra con el amor a Dios y el servicio al prójimo especialmente con los más necesitados; y comprometerse de manera coherente con el reino de Dios y en comunión con toda la Iglesia; situarse en paz con santa indiferencia; entregarse de manera apasionada a Dios gracias a la oración prolongada. Para los inevitables pecados, recurrir a la penitencia, la orientación espiritual y la amistad sacerdotal.
La historia en el capítulo
10º. La obra cumbre de un pintor orgulloso
Creció la inquietud mística de Alberto que logró sintetizar el pensamiento de san Juan de la Cruz y pudo terminar su obra cumbre: el tríptico con Jesús y María dialogando en Nazaret. La obra salió tan perfecta y le produjo tanta satisfacción que el pintor, endiosado, exclamó con orgullo: “Jesús, María, ¿por qué no salís del tríptico y dialogamos los tres?” Pronto se avergonzó de su atrevimiento que consideraba una falta de respeto y un gesto de soberbia.
11º LOS ROSTROS DE LA IGLESIA EN EL POSCONCILIO
Integran la Iglesia en el posconcilio, los alejados como el porcentaje mayor, los críticos que viven al margen del influjo del magisterio; los radicalizados que sueñan con una iglesia de ayer y los que proponen criterios utópicos para una iglesia del Vaticano tercero. Con menor porcentaje, testimonian su fe los miembros en comunión, los convencidos que convencen.
A estos miembros corresponden los diferentes rostros de la Iglesia. En plan positivo: muchos la contemplan de modo “perfecto”, como la portadora del Reino de Dios, la comprometida “por” los pobres, la iglesia profética, de la nueva evangelización, de las devociones populares y la iglesia en comunión sin radicalismos. En plan negativo, no falta quien contemple a la Iglesia como bombardeada, quien como autoritaria, iglesia rígida, iglesia moralista del sexto mandamiento y del precepto dominical, la iglesia” triunfalista” de las procesiones o bien una iglesia sin respuestas para el mundo actual.
La historia en el capítulo
11º. Iglesia de cristiandad o Iglesia posconciliar
Alberto vivió las tres etapas de la historia reciente de la Iglesia: antes, durante y después del Vaticano II. Enseñó teología como un conservador exaltado, actuó como un cura revolucionario y por último comenzó una etapa de serenidad, paz y disponibilidad para servir al prójimo coherentemente. Ahora, con amor co-responsable, sentía profundamente los problemas de la Iglesia, la llamada de cristiandad y la posconciliar. Lamentaba el problema de los alejados, críticos, desmotivados y de los radicalizados a los que él perteneció. Así mismo compartió las preocupaciones pastorales de sus hermanos sacerdotes en una convivencia informal de condiscípulos. Escuchando las opiniones de unos y de otros comprobó que catorce curas, catorce modelos de la única Iglesia. ¿Cuál de ellas es la mejor?
12º LA FE PERDIDA Y RECUPERADA
Muchos creyentes perdieron la fe por su orgullo y resentimiento persistentes, por la falta de oración, las dudas no aclaradas, la ignorancia religiosa, las lecturas e influjos mediáticos contrarios a la fe… Y como factor decisivo: por una conducta inmoral en las relaciones y en actos contrarios a los compromisos emitidos.
Pero la fe puede recuperarse por el análisis sincero de la actual situación con las causas y factores de la increencia. Además, por el sincero deseo de salir, por la disponibilidad para seguir las orientaciones de amigos y personas autorizadas. Todo ello como paso previo para el arrepentimiento, la confesión y los propósitos firmes de un plan de vida apto para recuperar los valores y actitudes perdidos.
La historia en el capítulo
12º. Recuperar la fe perdida
La crisis que Alberto experimentó en América le ayudó para comprender y orientar a un condiscípulo que padecía una profunda crisis de fe. Como el convertido Alberto llevó una vida bastante parecida, comprendió las causas externas y los factores personales que provocaron la crisis de su amigo Julián. Por ello no tuvo reparo en recomendar los mismos medios que él utilizó para reencontrar la fe y la autenticidad sacerdotal. Porque el teólogo Alberto perdió y recuperó la fe. El mismo final deseaba para su amigo Julián.
13º FORTALEZA ANTE LA INCOMPRENSIÓN
Urge la fortaleza, especialmente ante situaciones difíciles de superar. El creyente necesita firmeza de ánimo, para no desistir ante el peligro, la adversidad o las dificultades de cualquier nivel. Atacar y resistir, avanzar y no retroceder, son exigencias inevitables en la vida para mantenerse firmes en las convicciones personales. Gracias al ánimo fuerte, la persona madura puede defender su verdad y resistir con firmeza sin retroceder en la realización del proyecto aceptado.
La historia en el capítulo
13º. El psiquiatra defiende al teólogo visionario
Cuando no lo deseaba ni mucho menos lo esperaba, Alberto palpó como Jesús y María salían del tríptico de Nazaret y le hablaban dispuestos a contestar los interrogantes que tantas veces formulara como estudiante y profesor. Pero, ahora, el “vidente” continuamente se preguntaba si la visita era una realidad o una alucinación. O si comenzaba a perder la razón. Desde entonces Alberto sufrió los conflictos de tantos visionarios incomprendidos. Todos, menos el psiquiatra amigo, rechazaron la objetividad de la visión.
14º LA COMUNICACIÓN ÍNTIMA Y PERMANENTE
Como escribió Santa Teresa, la oración consiste en "tratar de amistad, estando muchas veces a solar con quien sabemos que nos ama" (Vida 8,5). La oración completa es como el diálogo de dos amigos, una comunicación amorosa, experimentada, íntima, oblativa y de unión permanente. Tal comunicación se convierte en el motor, la fuente y el corazón de la vida espiritual. Con esta oración profunda el creyente se relaciona en intimidad con Dios; comienza un trato en el cual se transmiten y reciben criterios, emociones y mensajes llegando al encuentro de amistad sincera.
La historia en el capítulo
Diálogo increíble en Nazaret
Cuando parecía que Alberto se había olvidado de la primera manifestación y cuando menos lo esperaba, escuchó por segunda vez a Jesús que le habló. Más aún, el Hijo y la Madre animaron al teólogo a que les expusiera sus preguntas. Y entre los tres se entabló un diálogo “increíble” sobre cómo fue la vida en Nazaret desde la Encarnación hasta el comienzo de la vida pública. Claro está, que al terminar la visita comenzaron las preguntas en Alberto: ¿ha sido una revelación o una simple alucinación? ¿un acontecimiento sobrenatural o una reflexión teológica? En resumen: ¿soy un teólogo serio o un visionario más? Como no supo responder a sus preguntas y para evitar posibles conflictos decidió no comunicar a nadie lo sucedido.
15º HUMILDAD EN LOS FRACASOS
Ante los fracasos, críticas y humillaciones, muchos reaccionan con soberbia: no encajan con humildad el fracaso y los límites de su situación; pierden la paz interior, crece la hipersensibilidad hacia el propio honor y fama; minusvaloran las críticas, permanecen sordos ante los juicios negativos, exageran la estima legítima del propio valer, saber y poseer. Y llegan a despreciar internamente a los que se oponen a sus criterios o conducta.
Ante el fracaso o la humillación, urge afrontar con paz la situación que humilla, aceptar la verdad presente en las críticas recibidas y reconocer que ha sido herido en su orgullo, en el amor propio, “en su dignidad”. Para esta situación urge una cura de humildad para recuperar la paz. Será oportuno recordar el testimonio de Jesús en su pasión y algunos de sus criterios como “todo el que se ensalce será humillado y el que se humilla, será ensalzado” (Mt 23,12).
La historia en el capítulo
15º. Humillado y consolado
Extraordinario el mensaje de la segunda visita de Jesús y María, pero el prudente Alberto guardó estricto silencio para evitar conflictos mayores. Y con normalidad transcurrió su vida hasta que el primer teólogo de la diócesis, el doctor Navarro, sufrió una gran derrota ante su alumno Javier en la Asamblea para celebrar los 20 años del posconcilio (1965-1985). Alberto fracasó ante el clero y en poco tiempo cayó en depresión. Fue entonces cuando recibió la tercera visita de Jesús y María quienes le reprocharon su orgullo y le exhortaron a la humildad para recuperar la paz. Consolado y atrevido, Alberto formuló dos preguntas más. A todo recibió respuesta. Y además, una recomendación sobre su salud corporal
Temática del próximo artículo: serán los criterios y acontecimientos de los últimos meses de vida del pintor, cura y místico Alberto.