¿Es fácil llegar a la unión con Dios?
A la unión con Dios, todos están llamados como a la perfección cristiana sin exclusivismos. Pero en la unión con Dios existen grados y maneras diferentes. El cristiano que ora con las debidas condiciones, está en unión con Dios. Pero la unión con Dios como actitud permanente requiere unas exigencias .
Tengamos presente que la unión con Dios con fenómenos especiales, es una gracia que algunos-as cristianos-as han recibido. Los dos místicos carmelitas, San Juan y santa Teresa, que describen las manifestaciones, enumeran con claridad las especiales exigencia del estado místico en lo referente a la unión con Dios.
Exigencias de la unión con Dios en Santa Teresa de Jesús
Para llegar a tan profunda y amistosa unión, la religiosa reformadora del Carmelo ascendió por varios peldaños que se resumen en la radicalidad, fidelidad en la vida religiosa y la coherencia con su vocación personal hasta el heroísmo.
Como resumen: la entrega o don total
No se improvisa la unión profunda -encuentro- entre Dios y el alma. Es el final de un largo proceso que tiene como respuestas principales la actitud heroica con deseos y promesas (V19); la entrega a Dios bajo las respuestas de totalidad, “perderse a sí mismo” como esclava del Señor y con el amor permanente (Mi amado para mí)
Otras manifestaciones aparecen en la vida de la santa, como: la indiferencia ante los bienes terrenales hasta llegar a la disponibilidad absoluta como entrega según la poesía Vuestra soy, para vos nací y que resume este deseo “querría mil vidas para emplearlas todas en Dios y que todas cuantas cosas hay en la tierra fuesen lenguas para alabarle por ella...”.(6M4,15 y en 7M3,1)..
Quien vive el encuentro según Santa Teresa procura “que anden juntas Marta y María” (7M 4); imitar el proceso del gusano convertido en mariposa (5M 2,3 y 4):.”muera, muera este gusano...y veréis cómo vemos a Dios y nos vemos tan metidas en su grandeza, como lo está este gusanillo en este capucho..”(5M 2,5 y en 5M 2,7).
Se impone también como todo cristiano expresar el dolor de los pecados por haber ofendido a Dios (6M 7; V 9,1 y en 5M 2,14; 6M 10,4): “aguardar a la misericordia de Dios” en las tribulaciones (6M 1,10); actuar la presencia del Señor (6M 7,1 y en 6M 8,2 al 6); practicar la oración que atraerá el agua del cielo que es mejor que el agua de la noria y del pozo (V 17,9 y V 14,1).
Por supuesto que urge practicar las virtudes, especialmente, el ánimo, la humildad y el mucho amor (V 12,2; 4M 1,7) sabiendo que ”el Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen, y como hagamos lo que pudiéramos, hará Su Majestad que vamos pudiendo cada día más y más” (7M 4,18).
Y la confianza en Dios.
Ante los sufrimientos exhorta: “pero tener ánimo, no acobardarse, confiar en la misericordia de Dios”(6M5,5). ¿Qué hacer en la tempestad? “Aguardar a la misericordia de Dios” que quitará la tribulación y el alma como que salió de una batalla ganando la victoria donde peleó nuestro Señor. El alma ve su miseria, lo poco que vale ella sola”(6M1,10).
Y también que consta que como religiosoa cumplió con gozo los votos de obediencia, castidad y el de pobreza: “el que llaman de pobreza, /si se guarda con pureza, /está lleno de riqueza /y abre las puertas del cielo, /monjas del Carmelo (Abrazadas a la cruz)
Las exigencias en San Juan de la cruz
En las manifestaciones de la unión con Dios encontramos en san Juan otras tantas condiciones necesarias. Especialmente la búsqueda ansiosa del Amado. Pero exigencias como condiciones necesarias son tres. El alma y Dios se encuentran mediante un proceso que incluye la búsqueda del Amado, la purificación del yo humano, las respuesta amistosa hasta la cruz y el deseo vehemente de unirse con Dios en la vida eterna.
1ª Búsqueda ansiosa del Amado
El alma se queja porque nada le satisface: busca a Dios en todo, corre detrás del ciervo, espera compartir el amor del Amado para disfrutar de la aspiración del Espíritu (C.8ª).
El alma busca remedios para su dolor, no sufre el ocio ni descansa hasta encontrar el remedio. Se queja del Amado “por herir y no curar, por robar el corazón y no tomarlo” (C.7ª).
2ª La purificación como fuego en el madero
El amor del Amor al alma la “enferma provechosamente; ase y aprieta sin soltar; arde suave y deleitoso causado por el Espíritu Santo por razón de la unión que tienen con Dios” (N.II.20º). Es el amor que purifica como el madero por el fuego:. “Esta llama...embiste al alma purgándola; bien así como el mismo fuego que entra en el madero es el que primero le está embistiendo e hiriendo con su llama, enjugándole y desnudándole de sus feos accidentes, hasta disponerle con su calor, tanto que pueda entrar en él y transformarle en sí. Y esto llaman los espirituales vía purgativa” (Ll 1ª-19 y cf. N.II. 11º)
3ª Quitar lo que sobra y poner lo que falta para la transformación
¿Cuál es el medio para la transformación del alma? “Dios la hace morir a todo lo que no es Dios naturalmente, para irla vistiendo de nuevo, desnuda y desollada ya ella de su antiguo pellejo. Y así, se le renueva quedando vestida del nuevo hombre, que es criado”(N.II. 13º).
4ª Renunciar y ser coherente por amor
Efectivamente: es la renuncia coherente propia del que ama totalmente. En este encuentro el alma confiesa que “ya no guardo ganado. .. ya no me ando tras mis gustos y apetitos, porque, habiéndolos puesto en Dios y dado a él, ya no los apacienta ni guarda para sí el alma. Ni ya tengo otro oficio que la donación y entrega de sí y de su caudal al Amado que ya sólo en amar es mi ejercicio. Ahora todo se mueve por amor y en el amor, haciendo todo lo que hago con amor y padeciendo todo lo que padezco con sabor de amor. Hasta el mismo ejercicio de oración y trato con Dios que antes solía tener en otras consideraciones y modos, ya todo es ejercicio de amor”(C. 28ª). Es lógico que todo lo pierda por ganarlo todo: “ya cosa no sabía.Y el ganado perdí que antes seguía” (C.26ª).
¿Cómo se realiza el proceso de la unión con Dios?¿Qué modo vive el místico las manifestaciones y exigencias para llegar a grados extraordinarios de unión con Dios? Tema para otro artículo.
Tengamos presente que la unión con Dios con fenómenos especiales, es una gracia que algunos-as cristianos-as han recibido. Los dos místicos carmelitas, San Juan y santa Teresa, que describen las manifestaciones, enumeran con claridad las especiales exigencia del estado místico en lo referente a la unión con Dios.
Exigencias de la unión con Dios en Santa Teresa de Jesús
Para llegar a tan profunda y amistosa unión, la religiosa reformadora del Carmelo ascendió por varios peldaños que se resumen en la radicalidad, fidelidad en la vida religiosa y la coherencia con su vocación personal hasta el heroísmo.
Como resumen: la entrega o don total
No se improvisa la unión profunda -encuentro- entre Dios y el alma. Es el final de un largo proceso que tiene como respuestas principales la actitud heroica con deseos y promesas (V19); la entrega a Dios bajo las respuestas de totalidad, “perderse a sí mismo” como esclava del Señor y con el amor permanente (Mi amado para mí)
Otras manifestaciones aparecen en la vida de la santa, como: la indiferencia ante los bienes terrenales hasta llegar a la disponibilidad absoluta como entrega según la poesía Vuestra soy, para vos nací y que resume este deseo “querría mil vidas para emplearlas todas en Dios y que todas cuantas cosas hay en la tierra fuesen lenguas para alabarle por ella...”.(6M4,15 y en 7M3,1)..
Quien vive el encuentro según Santa Teresa procura “que anden juntas Marta y María” (7M 4); imitar el proceso del gusano convertido en mariposa (5M 2,3 y 4):.”muera, muera este gusano...y veréis cómo vemos a Dios y nos vemos tan metidas en su grandeza, como lo está este gusanillo en este capucho..”(5M 2,5 y en 5M 2,7).
Se impone también como todo cristiano expresar el dolor de los pecados por haber ofendido a Dios (6M 7; V 9,1 y en 5M 2,14; 6M 10,4): “aguardar a la misericordia de Dios” en las tribulaciones (6M 1,10); actuar la presencia del Señor (6M 7,1 y en 6M 8,2 al 6); practicar la oración que atraerá el agua del cielo que es mejor que el agua de la noria y del pozo (V 17,9 y V 14,1).
Por supuesto que urge practicar las virtudes, especialmente, el ánimo, la humildad y el mucho amor (V 12,2; 4M 1,7) sabiendo que ”el Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen, y como hagamos lo que pudiéramos, hará Su Majestad que vamos pudiendo cada día más y más” (7M 4,18).
Y la confianza en Dios.
Ante los sufrimientos exhorta: “pero tener ánimo, no acobardarse, confiar en la misericordia de Dios”(6M5,5). ¿Qué hacer en la tempestad? “Aguardar a la misericordia de Dios” que quitará la tribulación y el alma como que salió de una batalla ganando la victoria donde peleó nuestro Señor. El alma ve su miseria, lo poco que vale ella sola”(6M1,10).
Y también que consta que como religiosoa cumplió con gozo los votos de obediencia, castidad y el de pobreza: “el que llaman de pobreza, /si se guarda con pureza, /está lleno de riqueza /y abre las puertas del cielo, /monjas del Carmelo (Abrazadas a la cruz)
Las exigencias en San Juan de la cruz
En las manifestaciones de la unión con Dios encontramos en san Juan otras tantas condiciones necesarias. Especialmente la búsqueda ansiosa del Amado. Pero exigencias como condiciones necesarias son tres. El alma y Dios se encuentran mediante un proceso que incluye la búsqueda del Amado, la purificación del yo humano, las respuesta amistosa hasta la cruz y el deseo vehemente de unirse con Dios en la vida eterna.
1ª Búsqueda ansiosa del Amado
El alma se queja porque nada le satisface: busca a Dios en todo, corre detrás del ciervo, espera compartir el amor del Amado para disfrutar de la aspiración del Espíritu (C.8ª).
El alma busca remedios para su dolor, no sufre el ocio ni descansa hasta encontrar el remedio. Se queja del Amado “por herir y no curar, por robar el corazón y no tomarlo” (C.7ª).
2ª La purificación como fuego en el madero
El amor del Amor al alma la “enferma provechosamente; ase y aprieta sin soltar; arde suave y deleitoso causado por el Espíritu Santo por razón de la unión que tienen con Dios” (N.II.20º). Es el amor que purifica como el madero por el fuego:. “Esta llama...embiste al alma purgándola; bien así como el mismo fuego que entra en el madero es el que primero le está embistiendo e hiriendo con su llama, enjugándole y desnudándole de sus feos accidentes, hasta disponerle con su calor, tanto que pueda entrar en él y transformarle en sí. Y esto llaman los espirituales vía purgativa” (Ll 1ª-19 y cf. N.II. 11º)
3ª Quitar lo que sobra y poner lo que falta para la transformación
¿Cuál es el medio para la transformación del alma? “Dios la hace morir a todo lo que no es Dios naturalmente, para irla vistiendo de nuevo, desnuda y desollada ya ella de su antiguo pellejo. Y así, se le renueva quedando vestida del nuevo hombre, que es criado”(N.II. 13º).
4ª Renunciar y ser coherente por amor
Efectivamente: es la renuncia coherente propia del que ama totalmente. En este encuentro el alma confiesa que “ya no guardo ganado. .. ya no me ando tras mis gustos y apetitos, porque, habiéndolos puesto en Dios y dado a él, ya no los apacienta ni guarda para sí el alma. Ni ya tengo otro oficio que la donación y entrega de sí y de su caudal al Amado que ya sólo en amar es mi ejercicio. Ahora todo se mueve por amor y en el amor, haciendo todo lo que hago con amor y padeciendo todo lo que padezco con sabor de amor. Hasta el mismo ejercicio de oración y trato con Dios que antes solía tener en otras consideraciones y modos, ya todo es ejercicio de amor”(C. 28ª). Es lógico que todo lo pierda por ganarlo todo: “ya cosa no sabía.Y el ganado perdí que antes seguía” (C.26ª).
¿Cómo se realiza el proceso de la unión con Dios?¿Qué modo vive el místico las manifestaciones y exigencias para llegar a grados extraordinarios de unión con Dios? Tema para otro artículo.