¿Se puede rechazar el aborto desde la ética? 1ª parte
Ante el aborto que afecta a millones de personas y que viene a ser la suma de muchas corrupciones y el producto de otras tantas injusticias, conviene tener conceptos claros y serenos. Objetivo difícil en un mundo muy sensible a los derechos humanos, contrario a la pena de muerte, pero que reivindica la liberación del aborto, considerado por la Iglesia como un «crimen abominable» (GS 51). Su problemática, especialmente la legalización, constituye uno de los problemas éticos más complejos. Aparece hoy día como la punta de un iceberg que esconde otros problemas jurídicos, sociales, religiosos y pastorales. En el aborto confluyen muchas ideologías e intereses de nuestro mundo pluralista y secularizado que pone una técnica muy desarrollada, -técnica de muerte-, para esta práctica anticonceptiva, conocida ya antes de la era cristiana.
No se puede quedar indiferente ante la aceptación o rechazo de la vida, ante el sí o el no al aborto. Sin entrar en cuestiones más profundas de teología moral, desde la simple razón, surge el interrogante sobre la moralidad: ¿por qué rechazar el aborto directo desde la ética?
Contexto histórico-cultural Así lo describió Juan Pablo II en la Evangelium vitae: "el siglo XX será considerado una época de ataques masivos contra la vida, una serie interminable de guerras y una destrucción permanente de vidas humanas inocentes". "Estamos ante una objetiva conjura contra la vida que ve implicadas incluso a Instituciones internacionales, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto". También los medios de comunicación social tienen su responsabilidad pues crean "en la opinión pública una cultura que presenta el recurso a la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la misma eutanasia, como un signo de progreso y conquista de libertad, mientras muestran como enemigas de la libertad y del progreso las posiciones incondicionales a favor de la vida" (EV n.17).
Criterios, actitudes y respuestas. Junto a la legalización y al crecimiento universal del número de abortos hay que constatar el cambio de opinión que cristaliza en diferentes actitudes y respuestas:
superficial. Aprueba el aborto por la presión del ambiente, por la ignorancia de lo que en realidad es el aborto; por la convicción de que al estar legalizado está justificado el aborto. Y por el influjo emotivo de la salvación de la vida de la madre;
feminista. Defiende las acciones abortivas sobre el feto, a quien considera solamente «un algo» sin derechos humanos y sujeto a la libre decisión de la mujer, siempre dueña de su cuerpo;
eugenésica. Justifica la interrupción del embarazo (aborto) por razones médicas como el salvar la vida de la madre o evitarle un perjuicio grave para su salud (física o psíquica), impedir el nacimiento de vidas humanas disminuidas (personas con el síndrome de Dawm);
personalística. Sostiene la superioridad de la libertad, del amor, del honor (especialmente en la joven violada), del bienestar de la familia o de la nación sobre la vida que comienza. Ante el menor conflicto no tiene inconveniente en recurrir al aborto.
confusa. No quiere el aborto pero lo ve como mal menor en situaciones conflictivas. Lamenta el aborto pero considera que es algo inevitable en el choque de los derechos humanos opuestos. Lo valora como la muerte en defensa legítima.
Y la que defiende la vida. . Se basa en la inviolabilidad de la vida humana desde su concepción y la necesidad de protegerla acudiendo en las situaciones conflictivas a otras soluciones que no sean el aborto directamente provocado. Es la actitud y la respuesta de la Iglesia católica. Cierto que existe la distinción biológica entre el aborto practicado horas después de la fecundación, al aborto realizado antes del desarrollo de la corteza cerebral o el aborto posterior a los tres meses. También es cierto que para muchos también existe una valoración ética según sea el momento de su realización, pero no es así en la doctrina de la Iglesia (GS 51; SCFE 1974).
Con esta salvedad, y como criterio general, el aborto directamente provocado es totalmente rechazable desde la ética por varias razones:
1ª Viola el derecho a la vida.
2º Se trata de un homicidio.
2ª Abre la puerta a la eutanasia y a cualquier muerte humana.
3ª Socava los cimientos de la sociedad.
4ª Degrada a quienes deben defender la vida.
5ª Aplasta la dignidad de la mujer como madre.
6ª Encierra otras muchas respuestas inmorales
EL PRÓXIMO ARTÍCULO desarrollará estos argumentos sia.
No se puede quedar indiferente ante la aceptación o rechazo de la vida, ante el sí o el no al aborto. Sin entrar en cuestiones más profundas de teología moral, desde la simple razón, surge el interrogante sobre la moralidad: ¿por qué rechazar el aborto directo desde la ética?
Contexto histórico-cultural Así lo describió Juan Pablo II en la Evangelium vitae: "el siglo XX será considerado una época de ataques masivos contra la vida, una serie interminable de guerras y una destrucción permanente de vidas humanas inocentes". "Estamos ante una objetiva conjura contra la vida que ve implicadas incluso a Instituciones internacionales, dedicadas a alentar y programar auténticas campañas de difusión de la anticoncepción, la esterilización y el aborto". También los medios de comunicación social tienen su responsabilidad pues crean "en la opinión pública una cultura que presenta el recurso a la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la misma eutanasia, como un signo de progreso y conquista de libertad, mientras muestran como enemigas de la libertad y del progreso las posiciones incondicionales a favor de la vida" (EV n.17).
Criterios, actitudes y respuestas. Junto a la legalización y al crecimiento universal del número de abortos hay que constatar el cambio de opinión que cristaliza en diferentes actitudes y respuestas:
superficial. Aprueba el aborto por la presión del ambiente, por la ignorancia de lo que en realidad es el aborto; por la convicción de que al estar legalizado está justificado el aborto. Y por el influjo emotivo de la salvación de la vida de la madre;
feminista. Defiende las acciones abortivas sobre el feto, a quien considera solamente «un algo» sin derechos humanos y sujeto a la libre decisión de la mujer, siempre dueña de su cuerpo;
eugenésica. Justifica la interrupción del embarazo (aborto) por razones médicas como el salvar la vida de la madre o evitarle un perjuicio grave para su salud (física o psíquica), impedir el nacimiento de vidas humanas disminuidas (personas con el síndrome de Dawm);
personalística. Sostiene la superioridad de la libertad, del amor, del honor (especialmente en la joven violada), del bienestar de la familia o de la nación sobre la vida que comienza. Ante el menor conflicto no tiene inconveniente en recurrir al aborto.
confusa. No quiere el aborto pero lo ve como mal menor en situaciones conflictivas. Lamenta el aborto pero considera que es algo inevitable en el choque de los derechos humanos opuestos. Lo valora como la muerte en defensa legítima.
Y la que defiende la vida. . Se basa en la inviolabilidad de la vida humana desde su concepción y la necesidad de protegerla acudiendo en las situaciones conflictivas a otras soluciones que no sean el aborto directamente provocado. Es la actitud y la respuesta de la Iglesia católica. Cierto que existe la distinción biológica entre el aborto practicado horas después de la fecundación, al aborto realizado antes del desarrollo de la corteza cerebral o el aborto posterior a los tres meses. También es cierto que para muchos también existe una valoración ética según sea el momento de su realización, pero no es así en la doctrina de la Iglesia (GS 51; SCFE 1974).
Con esta salvedad, y como criterio general, el aborto directamente provocado es totalmente rechazable desde la ética por varias razones:
1ª Viola el derecho a la vida.
2º Se trata de un homicidio.
2ª Abre la puerta a la eutanasia y a cualquier muerte humana.
3ª Socava los cimientos de la sociedad.
4ª Degrada a quienes deben defender la vida.
5ª Aplasta la dignidad de la mujer como madre.
6ª Encierra otras muchas respuestas inmorales
EL PRÓXIMO ARTÍCULO desarrollará estos argumentos sia.