La unión con Dios en San Juan de la Cruz
Si la unión con Dios es el núcleo de la mística, ¿quién mejor que el primero de los místicos, san Juan de la Cruz, para enumerar las manifestaciones de la unión del yo humano con el Tú divino? El doctor carmelitano en el Cántico espiritual enumera poéticamente las manifestaciones de la unión con Dios que experimenta el alma
Preámbulo
¿Cómo se encuentra el alma –yo humano- ante la unión con Dios? ¿Qué disposiciones manifiesta antes de la unión como encuentro amoroso con Dios? Con la sed y el hambre de la presencia de Dios; porque nada en la tierra la satisface. En diversas experiencias de presencia y ausencia del Dios amado le impulsan a la búsqueda ansiosa del objeto definitivo de su esperanza.
1ª Tiene sed y hambre de la presencia de Dios
El alma busca al Amado en todo, no lo encuentra y le pide quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la visitación del Amado, sin verle cara a cara (C.10ª). Tiene sed y hambre de la presencia de Dios (C 3ª 18-21). Deseando verse poseída de Dios, el alma pide determinadamente le descubra su hermosura que es su divina esencia y que le mate con esta vista desatándola de la carne (C.11ª).
2-Nada le satisface sin la presencia profunda del Amado, sin verle cara a cara”
El alma pena por el Amado: “ni las criaturas, ni los misterios de la fe le revelan lo que Dios (es), y queda como afistolada” (C.7ª).Las criaturas (mensajeros, noticias y sentimientos) no quitan sino aumentan el dolor por la ausencia de Dios (C.6ª). El alma busca a Dios en todo, no lo encuentra “y pide al Amado quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la presencia profunda del Amado, sin verle cara a cara” (C.10ª)
3.-Está enamorada del Amado! Del Hijo de Dios, su Esposo, con quien desea unirse (C.1ª): . “su alma está enamorada, adolece, pena y muere al no ver a Dios, al no poseer su voluntad en Dios que es su vida” (C.2ª).
4 Son muy intensas las experiencias de la presencia y ausencia de Dios
El alma busca al Amado en todo. No lo encuentra y le pide quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la visitación del Amado, sin verle cara a cara (C.10ª). Tiene sed y hambre de la presencia de Dios (C 3ª 18-21). Deseando verse poseída de Dios, el alma pide determinadamente le descubra su hermosura que es su divina esencia y que le mate con esta vista desatándola de la carne (C.11ª).
El alma pena por el Amado: “ni las criaturas, ni los misterios de la fe le revelan lo que Dios (es), y queda como afistolada” (C.7ª).Las criaturas (mensajeros, noticias y sentimientos) no quitan sino aumentan el dolor por la ausencia de Dios (C.6ª). El alma busca a Dios en todo, no lo encuentra “y pide al Amado quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la presencia profunda del Amado, sin verle cara a cara” (C.10ª)
5º Búsqueda ansiosa del Amado
El alma se queja porque nada le satisface: busca a Dios en todo, corre detrás del ciervo, espera compartir el amor del Amado para disfrutar de la aspiración del Espíritu. No puede evitar que el Amado la hiera con su grandeza y con su ausencia. “Y se maravilla de seguir viviendo en la tierra con las heridas que recibe de las noticias del Amado” (C.8ª).
El alma busca remedios para su dolor, no sufre el ocio ni descansa hasta encontrar el remedio. Se queja del Amado “por herir y no curar, por robar el corazón y no tomarlo” (C.7ª).
En la búsqueda, es atrevido su amor como el de la “leona buscando sus crías. A este talle, pues, son las ansias de amor que va sintiendo esta alma, cuando ya va aprovechada en esta espiritual purgación”(N.II. 13º).
6º Corre hacia Dios de quien todo lo espera,
Y posee una fuerza atrevida para ir a juntarse con Dios: “apetece y codicia a Dios impacientemente y siempre piensa que halla al Amado” (N.II. 19º y .20º); corre hacia Dios de quien todo lo espera, sobre todo, la unión, el poder compartir el amor del Amado (N.II.20º, 27º y 28ª); desea progresivamente la unión y “cualquiera entretenimiento le es gravísimo y molesto”(C.17ª).
7º La esperanza le sostiene
¿Qué le sostiene en esta situación? La esperanza de compartir el amor del Amado en el cielo:. “en la gloria espera amarle con el amor con que El se ama y ama. La gloria que consiste en ver a Dios..” (C.38ª).
8ºEnamoramiento de Dios con pérdida de todo
-.“Tal es el que anda enamorado de Dios, que no pretende ganancia ni premio, sino sólo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios...” (C. 29ª);
9ºEn la tierra: cruz ,amistad y renuncia total
¿4º? El enamoramiento y la progresiva transformación. Ante la experiencia de la presencia del Amado, brotan en el alma respuestas de amistad que le llevan a compartir la cruz e intensificar la renuncia a todo porque está enamorada de Dios y porque aspira a transformarse en Dios.
Enamoramiento de Dios con pérdida de todo.“Tal es el que anda enamorado de Dios, que no pretende ganancia ni premio, sino sólo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios...” (C. 29ª);
10º Crecen los deseos de la visión divina
El tú humano, el alma, “quiere ir al monte de la mirra y al collado del incienso; entendiendo por el monte de la mirra la visión clara de Dios, y por el collado del incienso la noticia en las criaturas. También consiste en entrar más adentro en la espesura de la deleitable sabiduría de Dios. Entremos más adentro en la espesura, es a saber, hasta los aprietos de la muerte, por ver a Dios”(C.36ª);
11º Intensifica los deseos de amar a Dios en la gloria
“Allí amaremos a Dios como El se ama y ama. En la gloria entonces le amará también como es amada de Dios transformándola en su amor...” (C.38ª). Y el alma piensa lo que tendrá en el cielo: poseerá la aspiración del Espíritu Santo,.una habilidad que el alma dice que le dará Dios allí en la comunicación del Espíritu que levanta el alma y la informa y habilita para que ella aspire en Dios la misma aspiración de amor que el Padre aspira en el Hijo y el Hijo en el Padre, que es el mismo Espíritu Santo que a ella la aspira en el Padre y el Hijo en la dicha transformación, para unirla consigo (C. 39ª).
12º Profundidad y vehemencia en sus deseos.
La experiencia de la unión con Dios intensifica el deseo de alcanzar la visión clara en la vida eterna donde el tú humano amará al Amado como El se ama y ama
Surgen los deseos de la visión divina: “quiere ir al monte de la mirra y al collado del incienso; entendiendo por el monte de la mirra la visión clara de Dios, y por el collado del incienso la noticia en las criaturas. También consiste en entrar más adentro en la espesura de la deleitable sabiduría de Dios. Entremos más adentro en la espesura, es a saber, hasta los aprietos de la muerte, por ver a Dios”(C.36ª);
Preámbulo
¿Cómo se encuentra el alma –yo humano- ante la unión con Dios? ¿Qué disposiciones manifiesta antes de la unión como encuentro amoroso con Dios? Con la sed y el hambre de la presencia de Dios; porque nada en la tierra la satisface. En diversas experiencias de presencia y ausencia del Dios amado le impulsan a la búsqueda ansiosa del objeto definitivo de su esperanza.
1ª Tiene sed y hambre de la presencia de Dios
El alma busca al Amado en todo, no lo encuentra y le pide quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la visitación del Amado, sin verle cara a cara (C.10ª). Tiene sed y hambre de la presencia de Dios (C 3ª 18-21). Deseando verse poseída de Dios, el alma pide determinadamente le descubra su hermosura que es su divina esencia y que le mate con esta vista desatándola de la carne (C.11ª).
2-Nada le satisface sin la presencia profunda del Amado, sin verle cara a cara”
El alma pena por el Amado: “ni las criaturas, ni los misterios de la fe le revelan lo que Dios (es), y queda como afistolada” (C.7ª).Las criaturas (mensajeros, noticias y sentimientos) no quitan sino aumentan el dolor por la ausencia de Dios (C.6ª). El alma busca a Dios en todo, no lo encuentra “y pide al Amado quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la presencia profunda del Amado, sin verle cara a cara” (C.10ª)
3.-Está enamorada del Amado! Del Hijo de Dios, su Esposo, con quien desea unirse (C.1ª): . “su alma está enamorada, adolece, pena y muere al no ver a Dios, al no poseer su voluntad en Dios que es su vida” (C.2ª).
4 Son muy intensas las experiencias de la presencia y ausencia de Dios
El alma busca al Amado en todo. No lo encuentra y le pide quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la visitación del Amado, sin verle cara a cara (C.10ª). Tiene sed y hambre de la presencia de Dios (C 3ª 18-21). Deseando verse poseída de Dios, el alma pide determinadamente le descubra su hermosura que es su divina esencia y que le mate con esta vista desatándola de la carne (C.11ª).
El alma pena por el Amado: “ni las criaturas, ni los misterios de la fe le revelan lo que Dios (es), y queda como afistolada” (C.7ª).Las criaturas (mensajeros, noticias y sentimientos) no quitan sino aumentan el dolor por la ausencia de Dios (C.6ª). El alma busca a Dios en todo, no lo encuentra “y pide al Amado quiera ya poner término a sus ansias (fatigas) y penas con su presencia. Nada le satisface sin la presencia profunda del Amado, sin verle cara a cara” (C.10ª)
5º Búsqueda ansiosa del Amado
El alma se queja porque nada le satisface: busca a Dios en todo, corre detrás del ciervo, espera compartir el amor del Amado para disfrutar de la aspiración del Espíritu. No puede evitar que el Amado la hiera con su grandeza y con su ausencia. “Y se maravilla de seguir viviendo en la tierra con las heridas que recibe de las noticias del Amado” (C.8ª).
El alma busca remedios para su dolor, no sufre el ocio ni descansa hasta encontrar el remedio. Se queja del Amado “por herir y no curar, por robar el corazón y no tomarlo” (C.7ª).
En la búsqueda, es atrevido su amor como el de la “leona buscando sus crías. A este talle, pues, son las ansias de amor que va sintiendo esta alma, cuando ya va aprovechada en esta espiritual purgación”(N.II. 13º).
6º Corre hacia Dios de quien todo lo espera,
Y posee una fuerza atrevida para ir a juntarse con Dios: “apetece y codicia a Dios impacientemente y siempre piensa que halla al Amado” (N.II. 19º y .20º); corre hacia Dios de quien todo lo espera, sobre todo, la unión, el poder compartir el amor del Amado (N.II.20º, 27º y 28ª); desea progresivamente la unión y “cualquiera entretenimiento le es gravísimo y molesto”(C.17ª).
7º La esperanza le sostiene
¿Qué le sostiene en esta situación? La esperanza de compartir el amor del Amado en el cielo:. “en la gloria espera amarle con el amor con que El se ama y ama. La gloria que consiste en ver a Dios..” (C.38ª).
8ºEnamoramiento de Dios con pérdida de todo
-.“Tal es el que anda enamorado de Dios, que no pretende ganancia ni premio, sino sólo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios...” (C. 29ª);
9ºEn la tierra: cruz ,amistad y renuncia total
¿4º? El enamoramiento y la progresiva transformación. Ante la experiencia de la presencia del Amado, brotan en el alma respuestas de amistad que le llevan a compartir la cruz e intensificar la renuncia a todo porque está enamorada de Dios y porque aspira a transformarse en Dios.
Enamoramiento de Dios con pérdida de todo.“Tal es el que anda enamorado de Dios, que no pretende ganancia ni premio, sino sólo perderlo todo y a sí mismo en su voluntad por Dios...” (C. 29ª);
10º Crecen los deseos de la visión divina
El tú humano, el alma, “quiere ir al monte de la mirra y al collado del incienso; entendiendo por el monte de la mirra la visión clara de Dios, y por el collado del incienso la noticia en las criaturas. También consiste en entrar más adentro en la espesura de la deleitable sabiduría de Dios. Entremos más adentro en la espesura, es a saber, hasta los aprietos de la muerte, por ver a Dios”(C.36ª);
11º Intensifica los deseos de amar a Dios en la gloria
“Allí amaremos a Dios como El se ama y ama. En la gloria entonces le amará también como es amada de Dios transformándola en su amor...” (C.38ª). Y el alma piensa lo que tendrá en el cielo: poseerá la aspiración del Espíritu Santo,.una habilidad que el alma dice que le dará Dios allí en la comunicación del Espíritu que levanta el alma y la informa y habilita para que ella aspire en Dios la misma aspiración de amor que el Padre aspira en el Hijo y el Hijo en el Padre, que es el mismo Espíritu Santo que a ella la aspira en el Padre y el Hijo en la dicha transformación, para unirla consigo (C. 39ª).
12º Profundidad y vehemencia en sus deseos.
La experiencia de la unión con Dios intensifica el deseo de alcanzar la visión clara en la vida eterna donde el tú humano amará al Amado como El se ama y ama
Surgen los deseos de la visión divina: “quiere ir al monte de la mirra y al collado del incienso; entendiendo por el monte de la mirra la visión clara de Dios, y por el collado del incienso la noticia en las criaturas. También consiste en entrar más adentro en la espesura de la deleitable sabiduría de Dios. Entremos más adentro en la espesura, es a saber, hasta los aprietos de la muerte, por ver a Dios”(C.36ª);