"Si la guerra continuara hoy mi padre estaría vivo" Majdoleen, la joven siria que ‘deseó’ que la guerra en Damasco nunca terminara
La historia de Majdoleen es sólo un ejemplo más de todas las que contienen el trauma de la guerra. Su padre fue reclutado, como tantos otros, para el servicio militar obligatorio y fue enviado al frente de guerra
Como ella, muchos jóvenes frecuentan el centro juvenil de los salesianos en la capital siria
| Misiones Salesianas
Majdoleen Alzukimi tiene 23 años y desde que era una niña frecuenta el centro juvenil de los Salesianos en Damasco. Como tantos jóvenes en Siria, ella también llora un muerto por la absurda guerra que siempre tiene a la población como el eslabón más débil y sufridor: su padre. A pesar del dolor no superado, también tiene esperanza en la paz y en el futuro.
La historia de Majdoleen es sólo un ejemplo más de todas las que contienen el trauma de la guerra. Su padre fue reclutado, como tantos otros, para el servicio militar obligatorio y fue enviado al frente de guerra. “Lo veíamos un día a la semana. En teoría estaba en una zona segura y cercana, pero el miedo y la preocupación por él siempre nos acompañaban”, recuerda la joven.
El centro juvenil empezó a formar una parte indispensable de su vida durante la guerra porque se convirtió en un “oasis de paz” en la que el resto de jóvenes formaron una gran familia en la que compartían todo, pero sobre todo, buscaban momentos de alegría en medio del conflicto y la bombas.
La fecha que cambió su vida no puede olvidarla: el 21 de marzo de 2018, la celebración del Día de la Madre en Siria y cuando la guerra en Damasco vivía en esas semanas sus últimos episodios, pero también los más violentos, con intensos bombardeos indiscriminados.
Ese día avisaron a Majdoleen de que “algo le había pasado a mi padre, pero sin saber qué, aunque siempre te pones en lo peor”. El resultado fue que la última bomba que cayó en Damasco mató a su padre y por eso la joven debe ser la única persona en Siria que afirma entre lágrimas que “mi deseo es que la guerra no hubiera terminado nunca en Damasco, porque su final implicó que mi padre muriera. Si la guerra continuara hoy mi padre seguiría vivo”.
Nunca se acaba de superar una muerte de forma traumática, pero Majdoleen es fuerte y asegura que “mi madre ha sido un gran ejemplo, así que, aunque el vacío que tenemos es enorme, todos sentimos que nuestro padre está con nosotros y rezamos por él sabiendo que hay mucha gente que está peor que nosotros”.
La última bomba que cayó en #Damasco mató a su padre. Por eso Majdoleen debe ser la única persona en #Siria que afirma esto entre lágrimas: “Mi deseo es que la guerra no hubiera terminado nunca".
— Misiones Salesianas (@MSalesianas) August 1, 2019
📍 Esta es su historia...https://t.co/bpZCxr07SF
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