La tormenta Eta deja a su paso por Centroamérica familias aisladas y sin alimentos Manos Unidas aprueba proyectos de emergencia en Guatemala y Nicaragua
La tormenta tropical Eta ha dejado en estos primeros días de noviembre una terrible huella en muchos lugares de Centroamérica
Las lluvias torrenciales atravesaron la región centroamericana y México, provocando más de 120 muertos, 200 desaparecidos y diversos daños todavía incalculables
Manos Unidas ha puesto en marcha las primeras ayudas de emergencia en las zonas más necesitadas, como sin el norte de NIcaragua y Guatemala, el país más afectado con 25 muertos y 150 desaparecidos hasta el momento
Manos Unidas ha puesto en marcha las primeras ayudas de emergencia en las zonas más necesitadas, como sin el norte de NIcaragua y Guatemala, el país más afectado con 25 muertos y 150 desaparecidos hasta el momento
| Manos Unidas
El fenómeno tocó tierra en Nicaragua el pasado 3 de noviembre en forma de huracán de categoría 4. Conforme fue debilitándose a tormenta tropical, las lluvias torrenciales atravesaron la región centroamericana y México, provocando más de 120 muertos, 200 desaparecidos y diversos daños todavía incalculables.
Nicaragua: una región azotada sucesivamente por varias tormentas tropicales
El padre Javier Pla, de la Parroquia San Pedro Apóstol, socio local de Manos Unidas en el Caribe nicaragüense, informa de la situación que se vive en la zona más empobrecida de Nicaragua, un territorio históricamente excluido del desarrollo del país: «El huracán ha afectado principalmente a las comunidades indígenas de los tres municipios más pobres: Waspan, Puerto Cabezas (Bilwi) y Prinzapolka. Estas comunidades ya fueron azotadas por la tormenta tropical número 14 y Manos Unidas emprendió entonces un proyecto de ayuda que ahora se ha visto afectado por el huracán Eta», afirma Javier Pla.
«La región venía sufriendo las consecuencias de anteriores ondas tropicales que provocaron la inundación de los cultivos de subsistencia -contínua Javier Pla-. Ahora, con la llegada de Eta, la mayor parte de la población se desplazó al interior, lo que evitó fallecimientos, pero, cuando la gente regresó a sus comunidades, se encontraron con todo devastado a causa de las inundaciones, deslaves y deslizamientos de tierras».
La Parroquia ha empezado con una ayuda de emergencia para garantizar alimentos en los albergues de Puerto Cabezas y se ha visitado a los pobladores de Wouhta para evaluar los daños ocasionados. Para Lucas Bolado, coordinador de proyectos de Manos Unidas en Nicaragua, «la alimentación es algo prioritario y por eso en estos momentos buscamos proveer de alimentos básicos -sobre todo, arroz y frijol- y semillas para siembra de cara a la próxima cosecha. Asimismo, es fundamental el apoyo para rehabilitar el tejido productivo de las familias».
Además de esta primera iniciativa de emergencia, Manos Unidas está trabajando en estos momentos para financiar otras intervenciones humanitarias con el fin de mejorar la situación de las comunidades.
Guatemala es, probablemente, el país más afectado
Con más de 25 muertos y en torno a 150 personas desaparecidas, Guatemala es posiblemente el país más afectado por la tormenta Eta, que ha vuelto a desvelar con toda crudeza la precariedad de infraestructuras en la casi totalidad de Centroamérica.
«La situación es tremendamente difícil -relata el padre Sergio Godoy, de la ciudad de la Esperanza, socio local de Manos Unidas en Cobán, Guatemala-, hay comunidades que se han quedado totalmente aisladas, sin alimentos, y la gente que habita en los márgenes del río ha tenido que salir de su casa para buscar albergue».
A la «enorme escasez de víveres y la tremenda carestía» que sufren las comunidades rurales, Sergio Godoy añade «la importante falla geológica localizada en comunidad Esperanza, que afecta también a barrios vecinos y que pone a muchas viviendas en riesgo».
Manos Unidas está trabajando con sus socios locales para enviar en estos días ayuda de emergencia con el fin de paliar las consecuencias de las inundaciones, los deslizamientos de tierra, el derrumbre de viviendas, el deterioro de infraestructuras y el desplazamiento de las familias.