-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?
Jaime se incorporó en la cama de hospital. A su lado sólo había una monjita.
-Bebiste demasiado -dijo sor Consuelo-. Ya estás mejor.
-¿Dónde están mis padres?
-Vinieron, pero se volvieron a casa. Están muy enfadados contigo.
Ahora Jaime empezaba a comprender la situación.
-La Navidad es algo más que beber -dijo la monja.
La vida entera dio un vuelco para Jaime. Tomó la mano de sor Consuelo y dijo:
-Aún estoy a tiempo.