En Provincia Eclesiástica de México han fallecido 32 sacerdotes por covid-19 El capítulo oscuro del covid-19 en la arquidiócesis del cardenal Carlos Aguiar; obispo auxiliar y las cuponeras de servicios médicos; Vicario episcopal sobrevive al virus, “era peso muerto”; reaparece obispo de Cuautitlán, Mons. Guillermo Ortiz
*Arquidiócesis de México lamenta el deceso de 56 sacerdotes, 24 de ellos por covid-19.
*Ante incertidumbre, ahora lanzan "cuponeras" de servicios médicos para presbiterio arquidiocesano.
*Padre Miguel Ángel Urban agradece apoyo y unidad para vencer al virus. Estuvo 20 días intubado y ahora continúa en lenta recuperación.
*Mons. Guillermo Ortiz Mondragón reaparece después de una delicada situación de salud.
*Padre Miguel Ángel Urban agradece apoyo y unidad para vencer al virus. Estuvo 20 días intubado y ahora continúa en lenta recuperación.
*Mons. Guillermo Ortiz Mondragón reaparece después de una delicada situación de salud.
| Guillermo Gazanini Espinoza
La Ciudad de México ha movido su color epidemiológico de naranja a amarillo y, en teoría, podría haber, al menos, una afluencia más copiosa de fieles quienes en esta temporada pueden tener una relativa seguridad en templos y parroquias. En ciertas comunidades, ya se ve una asistencia si no concurrida, sí como para aliviar la tensa situación económica que aún prevalece en el arzobispado. Esto ha permitido un relativo respiro por la baja de casos covid-19 y cómo se ha debido sacar, de donde sea, la apariencia de que el clero está atendido, aunque sea distribuyendo cuponeras de servicios que no es lo mismo que un seguro de atención médica. Resulta que el obispo auxiliar de México, Luis Manuel Pérez Raygoza, ha querido tomar en serio su tarea con el lastimado clero activando iniciativas que, si bien no resuelven este dilema, pretenden dar un placebo para aliviar el dolor.
Resulta que ahora, la comisión de salud, por iniciativa del piadoso obispo ordenó la distribución del directorio de salud para sacerdotes que, en esencia, es una cuponera de servicios y médicos. Sin embargo, sorprende la resurrección de Fratesa. Efectivamente, después del escandaloso caso del cardenal Rivera Carrera, no quedó otra más que decir al clero que el nombre de la asociación civil Fratesa estaba vigente. Ahora, vinculada a Médica Movil y GNP, el fondo de gastos médicos mayores, al menos en teoría, quiere decir que el clero está plenamente protegido. No obstante, han llegado a este blog algunos comentarios de la ineficacia, tardanzas, incapacidad e incertidumbre que han hecho que, en esos casos, es mejor asegurar la salud por medios personales que acudir a la cuponera de servicios. El obispo Pérez Raygoza ha sostenido reuniones del clero para explicar y dar cursos sobre Fratesa, justificando que no había desaparecido, nada más guardaba reposo, pero todo esto ha dejado más preguntas que respuestas. Como estamos acostumbrados, las ocurrencias pueden surgir con pretendidas soluciones, cualquier cosa puede ser posible, incluso inventar las recetas a distancia con eso de que en la arquidiócesis de México ya se cree más en la pastoral virtual que real, efectiva y cercana. Una consulta al doctor Simi, nada más que en pantalla.
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Fue un “milagro vencer al covid-19”, vicario episcopal de cardenal Aguiar sale adelante
Miguel Ángel Urban, vicario episcopal de la zona “Beato Miguel Agustín Pro” ha tenido una lenta recuperación del covid-19. Como se recordará, el clérigo comenzó los síntomas de la enfermedad desde el 13 de febrero y, a pesar de su insistencia en que la recuperación era cosa de positividad y buena actitud, la condición se agravó hasta ser intubado por casi 20 días. Ahora, enun mensaje donde informa de su condición, agradeciendo las oraciones, mensajes y apoyo económico al que calificó de milagro. Aun los médicos aconsejan restricciones para visitarlo, pero el clérigo está optimista gracias a la serie de terapias integrales que le están proporcionado. “Llegué a casa como un peso muerto”, dijo a sus seguidores. Urban representa un milagro gracias a la efectiva prestanza y ayuda de decenas de fieles y compañeros sacerdotes quienes invirtieron capacidades y recursos para salvar la vida del vicario. De haberse procedido como ordenó el arzobispo Aguiar, dejarlo en un hospital público, la historia sería diferente. El arzobispo perdió a un auxiliar atendido en el Hospital Central Militar y el último sacerdote muerto por el virus, Otto Francisco Jacinto Galicia Soto, de 73 años, ya no salió de ese nosocomio. Para la arquidiócesis, la pandemia ha sido un capítulo oscuro, por todas las aristas que han resultado peligrosas navajas. En menos de un año, más de 56 sacerdotes diocesanos y religiosos han fallecido por padecimientos diversos, causas naturales y covid-19. El último reporte del Centro Católico Multimedial al 30 de abril consigna 24 clérigos víctimas del covid-19 sólo en la arquidiócesis de México. Si se concentran los números de la provincia eclesiástica tenemos 32 sacerdotes, entre ellos un seminarista. De ser una arquidiócesis, rebasaría a Guadalajara y Puebla. La historia de Miguel Ángel Urban es afortunada; sin embargo, no sabemos a ciencia cierta cuáles han sido los gastos, inversiones, cuidados y consecuencias derivados del covid-19 que mermaron la salud y economía de los enfermos y esto lo saben muy bien Carlos Aguiar y su consejo episcopal. Esto no lo cubre ningún seguro y, más bien, gracias a los fieles y algunos sacerdotes, los cuidados corren por cuenta de quienes no tienen obligación alguna. Esto traerá consecuencias que, de no estudiarse, seguirán agravando las condiciones de salud y de seguridad del presbiterio que, de por sí, ya está muy lastimado en esta pandemia.
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Se recupera el obispo de Cuautitlán
Después de una enfermedad, Mons. Guillermo Ortiz Mondragón reapareció en un video con motivo del día de las madres. No se sabía con certeza el estado de salud del obispo quien fue rector del Seminario Conciliar de México y obispo auxiliar de la arquidiócesis de México. Fue alrededor del 22 de abril cuando se solicitaron oraciones por el prelado mexiquense quien después de una intervención, cayó en situación delicada de salud. Gracias a la oportuna atención médica, Ortiz Mondragón salió del peligro a principios de mayo y hoy, a través de las redes sociales de Cuautitlán, deja saludos a los niños y mamás por su día. Notablemente adelgazado y agotado, don Guillermo ahora agradece el don de la vida como se percibe en su aparición para confirmar que sigue adelante. Desde este blog, le deseamos una pronta y satisfactoria recuperación que le permita regresar a sus tareas pastorales.