La política, ¿ética o estética?
Pero lo más grave de este asunto no es que esto les pase a los políticos. Si somos lúcidos y honestos, tendremos que reconocer que exactamente lo mismo que les ocurre a los políticos, eso es lo que nos pasa a todos. Y el que tenga las manos limpias, que tire la primera piedra. Por desgracia es demasiado frecuente que a todos (o casi todos) nos preocupe más “quedar bien” que “hacer el bien”. Por eso, cuando no hacemos lo que tendríamos que hacer, lo que en realidad hacemos es callar, ocultar, disimular, hacer lo posible (incluso lo imposible) “para que no se sepa”. Por la misma razón e idéntico motivo por el que nos gastamos más dinero en perfumes, joyas y marcas, que en sacar del barro y de la mierda a mendigos, refugiados o inmigrantes. Y que nadie me venga diciendo que ahí está Cáritas, tal o cual ONG, el comedor de la parroquia o tantas y tantas obras de beneficencia. No. No me vengan con eso. Si a Vd le preguntan de qué vive, ¿le gustaría tener que responder que vive “de la caridad”? La caridad está bien para salir al paso de un desastre o escapar de una emergencia. La sociedad y el Estado se tienen que gestionar desde “el derecho a tener derechos”. Todo lo que no sea eso, en los tiempos que vivimos, es estar en la inopia. Por no decir, en la más miserable desvergüenza.