Visita del Papa a Timor Oriental: El 'día de la Iglesia' Reconocimiento y 'toke' de atención de Francisco ante la mitad de los timorenses

Francisco saluda desde el altar antes de la misa en Timor Oriental
Francisco saluda desde el altar antes de la misa en Timor Oriental Vatican Media

El papa Francisco, durante la jornada eclesial de hoy, ha reconocido la labor histórica de la Iglesia y de tantos catequistas, religiosos y sacerdotes mayores en tiempos difíciles, así como -de nuevo- su cultura

También ha ido reiterando una serie de -ahora sí- toques a la Iglesia timorense que señalan algunos aspectos a los que prestar atención o corregir, direcciones en las que caminar, y peligros de los que alejarse

Al final del día estaba manifiestamente cansado, recordando con la falta de aliento su situación pulmonar

Unas 700.000 personas, es decir, la mitad de la población del país, le acompañó en la eucaristía que presidió en la explanada de Tasi Tolu

No, no hay una falta de ortografía. El toke es un reptil (Gekko) parecido a la salamanquesa, que vive en la mayoría de las casas, en las paredes, y de vez en cuando con su “canto” repite unos “toques” para darse a conocer, hasta que se queda sin aliento.

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Con perdón de la comparación, el papa Francisco durante la jornada eclesial de hoy ha reconocido la labor histórica de la Iglesia y de tantos catequistas, religiosos y sacerdotes mayores en tiempos difíciles, así como -de nuevo- su cultura. Pero también ha ido reiterando una serie de -ahora sí- toques a la Iglesia timorense que señalan algunos aspectos a los que prestar atención o corregir, direcciones en las que caminar, y peligros de los que alejarse. Al final del día estaba manifiestamente cansado, recordando con la falta de aliento su situación pulmonar.

El día comenzó con la visita a las religiosas conocidas como Suster Alma, que atienden a niños, niñas y chavales con serias deficiencias, físicas, sensoriales o psíquicas. La acogida de estos niños y el cariño con que trabajan con ellos es, ciertamente, ejemplar. Las he conocido en Atambúa (Indonesia) y en Dili. El Papa se ha dirigido a ellas sin leer texto alguno, citando a Mateo 25 ha hablado del “sacramento del pobre” y de un amor que “anime, instruye y fortalezca” que es lo que dice haber encontrado ahí. Sin amor, añade, no se entiende. Y sólo podemos entender el amor de Jesús que dio su vida por nosotros si nosotros entramos en la práctica del amor.

El Papa, con los niños en Dili
El Papa, con los niños en Dili Vatican Media

Después pasó a agradecer su labor y agradecer a los niños, niñas y adolescentes por el testimonio de dejarse cuidar, porque así aprendemos cómo debemos dejarnos cuidar por Dios, y no por tantas ideas, planes, caprichos. Tuvo a su lado todo el tiempo una niña aparentemente con deficiencia mental y un niño pequeñito vestido tradicionalmente, pero sin brazos. Luego llamó a alguno más para incidir en lo dicho y saludó a religiosas y niños uno a uno.

En la catedral le esperaban -desde hacía ya tiempo- unas mil personas entre catequistas, religiosos y sacerdotes diocesanos. El obispo de Maliana -presidente de la Conferencia Episcopal- remarcó en las palabras introductorias el agradecimiento por la visita a un lugar tan lejano. Después tomó la palabra una religiosa canosiana como representante de la vida consagrada explicando el servicio que se hace y cómo las múltiples vocaciones también ayudan en otros países del mundo, en todos los continentes (añado yo).

En tercer lugar, un sacerdote diocesano anciano ofreció su testimonio durante la guerra, muy interesante, aunque posiblemente algunos occidentales se revolverían en el asiento. Finalmente, un catequista aún más entrado en años dio su testimonio de servicio evangelizador impresionante que llevó al Papa a decir: “¡¡Parece que este catequista ha hecho competencia a San Pablo!!”.

El Papa se abraza a un niño en su primer encuenttro en Timor Oriental
El Papa se abraza a un niño en su primer encuenttro en Timor Oriental Vatican Media

En su discurso el Papa comentó que es cierto que Timor y Argentina están en los confines del mundo, “pero más ustedes que yo”. A partir de ahí desarrolló lo principal de su alocución señalando que los confines del mundo son, para el Evangelio, el centro. Y una Iglesia que se esconde en el centro está muy enferma. El Evangelio está lleno de personas en los márgenes que una vez convocadas por Jesús pasan a ser protagonistas de la esperanza.

A continuación vino la segunda metáfora, casi alegoría, sobre el perfume. Citó la unción de Betania en el evangelio joánico y subrayó cómo el perfume se difunde en la casa. El perfume de Cristo es un don que ustedes deben difundir. Y para ello deben custodiarlo (volver al origen del don recibido) y difundirlo.

Aquí es muy frecuente la unción con aceite perfumado para diversos males, o para relajar o limpiar la piel, además del masaje (auténticos “magos” en esto del masaje, lo digo por experiencia: arreglan lo que otros médicos y fisioterapeutas no consiguen). Así que tanto la escena del Evangelio como la fragancia difundida son temas familiares.

Misioneros perfumados por el Espíritu

Continuó el Papa ya en modo alegórico recordando que Timor era conocida como la isla del sándalo (una madera de extraordinario perfume) que la reina de Saba llevó a Salomón y señalando que “ustedes también son misioneros perfumados por el Espíritu Santo para impregnar la vida del pueblo santo”. Recordó también que los malayos decían que Dios creó Timor para conseguir el sándalo.

Puso nombre al perfume: el amor con el que el Señor ha entrado en nuestra vida, y volvió a repetir (“toque”) que hay que conservarlo (conciencia del don) y difundirlo: no es para nosotros, sino para ungir a Cristo en los pobres.

La verdad es que quedaron redondas la metáfora y alegoría. Luego pasó a aspectos más prosaicos pero con su importancia: la formación de todos los agentes pastorales, un renovado impulso misionero que perfume de paz, eleve a los jóvenes y promueva justicia frente a corrupción, que también puede entrar en nuestras parroquias (toque), contra todo lo que humilla y degrada la vida (cita denuevo el alcoholismo, violencia y añade la falta de respeto a la mujer).

Completó los toques dando en una importante diana: a los sacerdotes se les llama “amu” aquí, que es un importante título honorífico como “Señor”, y les pide que no olviden que vienen del pueblo y que no son superiores. Añade que la tentación de soberbia empieza por los bolsillos. Por si no está claro pide que quien no se sienta servidor del pueblo vaya a pedir consejo a un sacerdote anciano y que nunca se aprovechen de su oficio, que debe ser bendecir, amar, ser signo de la misericordia de Dios, terminando con la perla de que el mejor signo es un sacerdote pobre: “amen la pobreza como su esposa” (toque final). Última recomendación: recen por mí, ¡¡pero a favor, no en contra!!

La misa, avanzada la tarde, tuvo lugar en Tasi Tolu, es decir: tres mares (como el pico de mi tierra que separa las tres cuencas ibéricas). Es un barrio en el extremo oeste de la ciudad, donde tuvo lugar la misa con Juan Pablo II también. O, más bien, era un barrio, pues “han puesto orden” en la zona (no comento más porque debería verlo con más detalle). En realidad, tiene tres lagunas, pero también da a una playa al norte con el mismo nombre… y con recientes ataques de cocodrilos. Se ve que le informaron algo al Papa porque luego usó el ejemplo. Para los timoreses el cocodrilo marino o australiano (enorme) es su antepasado y por eso los respetan y ni los matan ni los comen. Pero sus ataques se han multiplicado… se ve que no sabe que son descendientes.

El altar de Tasi Tolu es una construcción realizada estos meses, en el extremo oeste, difícil de entender cuando las misas masivas son por la tarde y la gente tiene que cubrirse los ojos para poder mirar al altar.

Los lectores llevaban los vestidos y los símbolos tradicionales que el Papa aprovechará en la homilía. Se apoyó, el Papa Francisco, en la lectura de Isaías, explicando su contexto y el signo del niño que nos es dado. Dios se hace niño y nos invita a abrirnos al amor del Padre para que sane nuestras heridas y poner en orden la existencia. Nos invitó a perder el miedo a renunciar a nuestros programas, a ser niños ante Dios y ante los hombres por el don de nosotros mismos y la acogida a los demás.

De ahí pasó a hablar de los símbolos tradicionales de Timor: el kaibauk y el belak. (se pueden ver fotos y explicación en Wikipedia). El primero es como una diadema que recuerda los cuernos del búfalo (a veces en dos o tres niveles) y representa la fuerza, energía y luz, poniéndola siempre en lo alto (la frente o el techo de casa), así nos habla también de la luz y gracia de Dios que colabora con nosotros. El Belak es la contaparte, se lleva en el pecho y es el lado femenino, recuerda la luna que refleja la luz del sol, paz, fertilidad, dulzura, ternura de madre. Nos invitó a darle significado.

Al terminar las grandes celebraciones suelen tener discursos (sanbutan los llaman en Indonesia donde a veces son tan largos como la misa). En este caso sólo hablaron el cardenal de Dili (D. Virgilio do Carmo da Silva) y el Papa Francisco. El primero fue breve pero bien atinado: agradeció la visita, incidió en la necesidad de escuchar por parte de Iglesia y Gobierno los gritos de los pobres y marginalizados y terminó garantizando la oración por el Papa.

Francisco dijo haberse preguntado qué es lo mejor de Timor y, de nuevo, señaló que su pueblo es lo mejor, particularmente la sonrisa de sus niños, “un pueblo que enseña a sonreir a sus niños es un pueblo con futuro” (es importante lo de la sonrisa porque el traductor al tetun se perdió). Pero avisó: ojo a los cocodrilos que quieren cambiarles la historia y la cultura, ¡no se acerquen a ellos! Cuiden a sus niños y también a sus ancianos, memoria de esta tierra.

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