#advientoen-clavedemujer Amor compasivo de Dios Mamá y Papá
| María Esperanza Córdoba Sosa
Hoy, 14 de noviembre he iniciado el día como de costumbre, tomando un café recién colado en la cocina del centro comunitario donde prestó por estos meses un servicio de voluntariado en apoyo pedagógico. Este café mañanero lo tomó en medio de la conversa de las mujeres solícitas y alegres que desde la madrugada ponen sus manos y su sonrisa al servicio de la comunidad. Después de esta deliciosa bebida que me calienta el alma y las manos me sumerjo en en mi espacio de contemplación mirando las montañas recién bañadas por la lluvia nocturna, el bosque al lado del rio, el pequeño jardín de flores y plantas aromáticas y el canto de pájaros que van despertando junto al canto lejano de los gallos. En este momento sagrado, mis ojos se han posado en unos ojos grandes y oscuros de mujer, que están plasmados en una de las paredes del centro.
Esta mirada me ha llevado a pensar en la convocatoria del 25 de noviembre y, aunque no se cumplan los requisitos quisiera compartir una de las historias de los círculos Sara. Es la historia de una mujer que ya en su edad madura, todavía siente la mordedura del miedo. He omitido nombres y he tratado de escribir en metáforas, pero conservando la esencia de la narración. EL NAUFRAGIO DE LA BARCA Y LOS BUITRES VERDES. "El año de las mieles trajo también noches de tormenta que empezaron a amenazar la barca familiar. Mi intuición siempre atenta husmeaba el peligro como un cachorro faldero...
En noches de luna llena, veía deslizarse hacia mi casa a un lobo feroz de lengua roja y babeante; desde la oscuridad de la noche iluminada por el resplandor blanco de la luna, sus ojillos negros y chispeantes me miraban con avaricia. Algunas de estas noches yo huía bosque adentro; otras, me acurrucaba temblorosa junto a mis hermanitos y hermanitas, velando su sueño con las pocas fuerzas que me quedaban a causa del miedo...Y, una terrible noche de tormenta, la "Barca" naufragó en un mar tormentoso de pasiones y dolores. Ocho náufragos, nos aferrabámos con desesperación a los troncos salvavidas, y nadábamos con el deseo de sobrevivir, hacia las orillas del mar turbulento...
Nos salvamos, pero la "Barca" se hundió... Desapareció como un frágil barco de papel, arrastrado por la bravura de las olas...Los sobrevivientes nos miramos con angustia, nos unimos en un abrazo silencioso y dejamos que las lágrimas del desconsuelo rodaran por nuestras mejillas pálidas. En la oscuridad de la noche logramos encontrar pedazos de valor que nos ayudarían a reconstruirla aunque fuera en parte. Nos hicimos a la idea de luchar y navegar sin la presencia del timonel.
La navidad de este año fue amarga: la mamá desaparecida de la"Barca; el papá venía periódicamente, -por su tren trabajo- a mirar que la prole no se descarriara y, los náufragos luchaban por sobrevivir al cataclismo. Las hermanas mayores: Maruja y Diosita, cumplieron su misión maternal cuidando de los pequeñitos y pequeñitas. De pronto, empezó a cernirse sobre las vírgenes madres, un inminente peligro: Cayó sobre la "Barca" recién reconstruida, una bandada de"buitres verdes" queriendo dañarlas. Ellas se defendieron con uñas y dientes, pero también con orgullo y dignidad. Fue una pelea desigual e inhumana, donde ellas por el hecho de ser mujeres, llevaban las de perder, ante el grupo "venerable de ancianos" lascivos y corrompidos. Dos tórtolas indefensas frente a una bandada criminal de "buitres verdes". Pero el amor compasivo de Dios Mamá y Papá, las fortaleció y las ayudó a salir victoriosas de este lodazal inmundo, asidas a la mano de la ESPERANZA.