#advientoenclavedemujer BIENAVENTURANZAS FEMENINAS DE ADVIENTO
| Luz Milena López Jiménez
Bienaventuradas mujeres, parteras de Dios Niño en el misterio de la cotidianidad.
Bienaventuradas mujeres, que sostienen la vida en lugares y situaciones donde solo hay muerte.
Bienaventuradas mujeres, que anidan en sus entrañas el fruto de la equidad y la justicia.
Bienaventuradas mujeres, que dignifican la corporeidad femenina desde la lucha por su reivindicación como lugar sagrado-humano de la encarnación del Hijo de Dios.
Bienaventuradas mujeres, por creer en la fuerza creadora de la sororidad como apuesta colectiva del empoderamiento femenino.
Bienaventuradas mujeres, que se dejan guiar por la Ruah Divina y toman riendas de su propio destino.
Bienaventuradas mujeres, que dejan de ser ecos para ser voces y romper así el silenciamiento patriarcal.
Bienaventuradas mujeres, por liderar y sostener comunidades, por ser pastoras de su pueblo, aun cuando les es negado el acceso a los ministerios ordenados.
Bienaventuradas mujeres, por ser chispazos de esperanza en la oscuridad de la discriminación y la invisibilización.
Bienaventuradas mujeres, que desde su pobreza enriquecen con su sabiduría y resistencia.
Bienaventuradas mujeres, lideresas por naturaleza, aun cuando encuentran tantos tropiezos para ocupar espacios de gobernanza.
Bienaventuradas mujeres, por exigir su derecho a pensar, sentir, escribir, hablar y a construir desde su mirada ese otro lado de la historia.
Bienaventuradas mujeres, que aprenden de María “la vecina de Nazareth”, el discipulado activo del “Hágase”, la audacia misionera de Ain Karen, la emancipación del magníficat y la firmeza de la cruz.
Bienaventuradas mujeres, que junto a María Magdalena son las pioneras del discipulado de iguales, mujeres del alba y anunciadoras cotidianas de la resurrección.
Bienaventuradas mujeres, que abren horizontes más allá del ámbito doméstico y labran caminos inéditos en los escenarios públicos y de decisión.
Bienaventuradas mujeres, profetisas de todas las horas, por denunciar la opresión y ser portadoras de la Buena Noticia.
Bienaventuradas mujeres, tejedoras de sueños y utopías, por esperar con sabia paciencia el germinar de la vida, por creer que siempre algo nuevo está por nacer.
Bienaventuradas mujeres con sabor a Evangelio, por gestar el Reino de Dios y perforar la realidad de lo bueno, noble y bello.
Bienaventuradas mujeres que reparan la vida hecha trizas con su espíritu liberador y resiliente.
Bienaventuradas mujeres multiplicadoras del Pan de la generosidad, por ensanchar la mesa con nuevas posibilidades.
Bienaventuradas mujeres, por ser Adviento, gestación, bendición, por ser Navidad, mirada amorosa, fuego y abrazo en cada encrucijada de la historia.
Luz Milena López Jiménez. FMA