#LectioDivinaFeminista "Felipa, Andrea y la niña"

"Felipa, Andrea y la niña"
"Felipa, Andrea y la niña"

iclo B. Tiempo Ordinario

Julio 28 2024

Juan 6, 1-15

Frente a las grandes, crecientes y apremiantes necesidades que nos rodean, algunas somos como Felipe, otras como Andrés, y otras como el niño de los panes y los peces. En esta #LectioDivinaFeminista te propongo hermana reflexionar en tu respuesta al estrés que genera la carencia. Carencia no solo de pan. De oportunidades de servicio, de herramientas, de recursos, de espacio, de tiempo, de palabras… de fe. Si yo hubiera sido Felipa, habría respondido de manera similar, sintiendo esa punzada en el estómago al darme cuenta de que Dios me ha encomendado una tarea para la que de seguro soy capaz, pero para la que me falta pan (o fuerza, o tiempo, o sabiduría, o un equipo, etc.). Si me tocara ser Andrea, a pesar de que tuve una gran idea, me habría desacreditado en seguida, porque todas mis ideas son malas y se quedan corta frente a la gran necesidad que tengo delante. Y si me tocaba ser la niña de los panes y los peces, me habría dado mucho miedo quedarme sin comida para mi mamá y mis hermanos en medio de ese evento multitudinario. ¿Lo sientes? ¿Sientes esa ansiedad, esa incomodidad de saber que no tienes que lo que se requiere para cumplir a cabalidad las tareas del reino?

¿Cuántas veces te has sentido inadecuada, corta, pequeña, incapaz, frustrada? Yo muchas, en lo personal. Sobre todo, cuando me doy cuenta de que, aunque sí tengo algo, es una pequeña bandita elástica frente a las grandes heridas abiertas que quisiera ayudar a sanar.

Pero ¿te digo algo? El maestro siempre sabe lo que va a hacer. Lee de nuevo el pasaje y fíjate en el v. 6. Creo que este pasaje nos enseña varias cosas, además de los enfoques tradicionales sobre el milagro de la multiplicación. Creo que nos habla a nosotras, mujeres de fe que a veces nos sentimos abrumadas por la carga acumulada de nuestros ministerios o vocaciones. En primer lugar, no te olvides querida que la obra es de Dios. Con gusto y deleite Él te ha elegido para formar parte de su “team” en ciertas áreas, y el Espíritu te ha llenado de increíbles dones con el fin de equiparte… pero tú no eres la resolvedora universal de los problemas del mundo mundial. Eres tan solo una hermosa mujer, muy valiosa, por cierto, pero humana, al fin y al cabo. Esto me lleva al segundo aprendizaje. Dios te ha confiado una parte de la tarea, no toda. ¿Tienes alguna idea? ¿De pronto se te ocurrió algo para mejorar el proceso? ¡Comparte! Que eso también es el obrar del Espíritu. Para completar un trabajo, siempre es mejor colaborar y hacer equipo. Y tercero. ¿Tienes tan solo cinco panes y dos peces? ¡Traélos delante del Maestro! El milagro de la multiplicación comienza cuando rindes lo que tienes delante de él. Nada nunca es poca cosa para nuestro querido Jesús.

Esta semana te invito a reflexionar en tus respuestas. ¿Con quién te identificas más? Eres más como Felipa, como Andrea, como la niña, o eres una combinación de las tres? ¿Te has detenido de opinar o de ofrecer lo que tienes, porque piensas que es ridículamente poco frente a la gran necesidad que te rodea? ¿Tienes testimonios de multiplicación que nos quieras compartir?

Abrazos sororos y fraternos desde México.

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