A las guerrilleras que nos abrieron camino: homenaje en el marco del 25 de noviembre

Hoy levantamos nuestras voces para reconocer, agradecer y honrar la vida y la lucha de nueve mujeres valientes, cuyo compromiso con la justicia y la libertad marcó la historia de México. En ellas, reconocemos la memoria viva de todas las mujeres que, con coraje, abrazaron la resistencia como un acto de amor por un país más justo y humano. En el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y a 60 años de lucha y raíces de resistencia que evocan el legado de Lucio Cabañas Barrientos, rendimos homenaje a:       

Guillermina Cabañas Alvarado, Raquel Velázquez, Erika Zamora Pardo, Laura Elena Gaytán Saldívar, Rosa María Gómez Saavedra, Alma Gómez Caballero, María Guadalupe Estrada Gámez, María Luz Aguilar Terrés y Micaela Cabañas Ayala.

En estas nueve sobrevivientes, vemos el reflejo de las innumerables mujeres que enfrentaron el peligro, la cárcel, la tortura y el exilio por sus ideales. Reconocemos en ellas a las desaparecidas y asesinadas que dieron su vida por un México mejor. Sus historias, marcadas por la resistencia y el compromiso, son también historias de esperanza, amor y rebeldía frente a la opresión.

Alma Gómez Caballero y Laura Elena Gaytán Saldívar, originarias de Chihuahua, son ejemplo de cómo el norte se alzó con dignidad frente al autoritarismo. En sus vidas se entrecruzan los hilos de la resistencia feminista y la lucha guerrillera. Ambas fueron desaparecidas y presas políticas, pero jamás quebraron sus espíritus ni abandonaron su convicción de que otro México era posible. Recordar sus luchas es un acto político.

Ellas abrieron caminos para que hoy sigamos soñando con un país donde ninguna mujer tenga que empuñar un arma para defender sus derechos, donde la violencia de género sea erradicada y donde la justicia no sea un privilegio, sino un derecho. Este homenaje es también un grito de memoria: no olvidamos a quienes no están.

Ellas, las guerrilleras asesinadas, desaparecidas o calladas por la fuerza, siguen viviendo en las resistencias actuales, en las luchas feministas, en las comunidades organizadas, en cada marcha y en cada espacio donde las mujeres alzan la voz. Hoy, a estas nueve guerrilleras, a las que sobrevivieron y a las que no, les decimos:

Gracias por su ejemplo, gracias por su lucha, gracias por su vida. Nos dejaron un legado que llevamos en el corazón y en nuestras luchas cotidianas. Su valentía nos inspira a continuar trabajando por un mundo donde la igualdad, la justicia y la paz sean la norma, no la excepción. Porque su sueño de un México mejor sigue vivo en cada una de nosotras.

¡No olvidamos! ¡No perdonamos! ¡La lucha sigue y seguirá!