JESÚS EL HOMBRE DE LOS DETALLES

 El evangelio de Marcos se escribió con la finalidad de responder a la pregunta “¿Quién es Jesús?”, para un pueblo sencillo, campesino. Marcos quiere mostrar lo que hace Jesús en el día a día, y a quienes se dirige, siente compasión por las más vulnerables.

 “En la lectura de este evangelio, lo importante es darse cuenta del significado de lo que Jesús hace”. (Revista Ribla N° 64. Bosco Monrroy Campero Juan. Pag 102)

    En el versículo 30 observamos en la traducción Bíblica la palabra Apóstoles, y en la traducción de la Biblia interlineal del griego-español, está la palabra emisarios προς; podemos prestar atención en el capítulo seis, se encuentra la misión de los doce desde el versículo 7-12 “Llamó a los doce y los fue enviando de dos en dos” por tanto, se podría deducir que la misión de los Apóstoles fue acompañado con los discípulos que le seguían a Jesús, entre ellos las mujeres. Jesús da unos parámetros para tener en cuenta en la misión, tiene presente la cultura del cuidado, cómo lo dice el Papa Francisco.

     Los siguientes versículos “31 Él les dijo: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. 32 se fueron en barca a solas a un lugar desierto”. Muestra Jesús cuidando del bienestar de las personas que lo siguen y además están llegando de una misión, donde comparten las experiencias vividas enriqueciendo al grupo hasta el mismo Jesús.

    Jesús observa el crecimiento de los Apóstoles y Discípulos en medio de sus debilidades, y cómo ese compartir también es el esparcimiento comunitario, el saber escuchar, comprender, y reconocer las capacidades, habilidades y dones de cada miembro; Marcos a partir del capitulo tercero va mostrando y dejando claro que los discípulos han sido elegidos para un propósito en particular, cada uno tiene una misión por cumplir. 

     Jesús confía en ese pequeño grupo aun sabiendo lo que les falta por aprender; saca la mejor versión de cada uno/a, es devolverles la confianza en ellos mismos/as, en la comunidad, la vida misma desde otra lectura, a partir de la construcción el   Reinado del Dios de Jesús, muy distinta a lo que han vivido por mucho tiempo, Jesús humaniza lo que se estaba deshumanizado, devuelve la vida a lo que parecía estar muerto: la fe, la esperanza, la misericordia, los invita desde su ser y quehacer misionero a ayudar  levantar con amor y ternura al más necesitado y empobrecido, hacer la voz de los que no tienen voz. 

    Cómo dice José Carlos Bermejo en el libro Humanizar la asistencia sanitaria “Ser rico en humanidad consiste en restituir la plena dignidad y la igualdad de derechos a cualquier persona que se vea en dificultades y no pueda participar plenamente en la vida social. La riqueza de humanidad es un compromiso con las capas débiles y los sujetos frágiles, que finalmente configura la propia personalidad. Quien tiene la cualidad de la humanidad mira, siente, ama y sueña de una manera especial. La riqueza de humanidad transforma y cualifica la propia sensibilidad personal: no mira para poseer, sino para compartir la mirada; y, en lugar de creer que el individualismo posesivo es la última palabra, piensa que solo la sociedad cooperativa, convivencial y participativa es digna de ser desea” Pag 12.

     La cultura del cuidado embarga humanidad, ternura, respeto, empatía, solidaridad, compromiso, en fin, es afianzar los valores que generan vida, que posibilita establecer un bienestar personal y comunitario, donde todos son importantes y valiosos.

     Por último, en el versículo 33 “Pero muchos los vieron ir, y le reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos”. Lo mencionado anteriormente el cómo los Apóstoles y discípulos realizaron la misión, hace que las personas de los diferentes pueblos quedaran entusiasmadas, no solo por la Palabra sino por el testimonio de vida, como dice la Santa Laura Montoya “Cuando nos vean, digan eso es Dios y mucho más”

       La convicción profunda y la alegría con la que trasmitieron la Buena Noticia, hizo que fueran a buscarlos sin importar el tiempo que gastarían, no escatiman esfuerzos para llegar a ellos, “donde está tu tesoro allí está tu corazón” (Mt 6, 21), las personas que seguían a Jesús encontraron un gran tesoro por eso lo buscaban, el tesoro de la dignidad, humanización, ternura, reconocimiento, y sobre todo les devuelve el Dios padre y madre. Los/as hace participes y responsables de la construcción del Reinado de Dios.

    Para concluir Jesús no excluye a nadie, Él es incluyente, convoca a todos/as hacer gestores/as de la Palabra Encarnada, a llevar la Buena Noticia, a cada rincón del mundo, en la familia, en el trabajo, en el estudio, en cada espacio donde la vida de cada ser humano sea el reflejo de Dios mismo.

   Vivir una verdadera común unión, respetando cada proceso, siendo responsables con el hermano, estamos llamados a una misión específica, que se debe cumplir a cabalidad sin escatimar esfuerzos, simplemente vivirla con intensidad.

   Todos y todas están llamados a ser gestores de humanidad y ternura, para armonizar las relaciones con Dios y la Creación. 

Hna. Jacqueline Rodríguez Naranjo

Misionera de la Madre Laura

Popayán-Cauca (Colombia)