En una ocasión, elaborando un manual de catequesis con un grupo de catequistas, les propuse omitir los "10 mandamientos" y enfatizar las Bienaventuranzas. Éstas, en relación con el Mandamiento del Amor es el camino seguro de los seguidores y seguidoras de Jesús de Nazareth.
-Quien ama tiene un corazón pobre y solidario, abierto a la lucha, para que no haya empobrecimiento y miseria.
-Quien ama, siente la sed de justicia y trabaja por un mundo mejor.
-Quien ama, tiene un corazón limpio de odio y venganza y por eso no acepta la guerra y la violencia.
-Quien ama centra su vida en la compasión y la misericordia, sintiendo en sus tripas el llanto y el dolor de sus hermanos y hermanas que sufren, para ayudar a buscar caminos y soluciones.
-Quien ama, trabaja constantemente por construir una cultura de paz y reconciliación...
No sobra decir que el párroco, echó al cesto de la basura el fruto de la reflexión comunitaria de meses, porque según él, faltaban "los 10 mandamientos".
Hoy, confirmo mi reflexión y añado una nueva bienaventuranza: Bienaventuradas, mujeres, por su capacidad de amor y resiliencia, para caminar el Reinado del Maestro.