#sentipensares TIEMPO DE BEGUINATOS

TIEMPO DE BEGUINATOS
TIEMPO DE BEGUINATOS

A los círculos de mujeres

que dispersos por el mundo

se apoyan en sus búsquedas.

Hace unos cuantos siglos, el sacro imperio se desmorona, nacen las urbes a lo largo y ancho de Europa disminuyendo la fuerza de los potentes feudos, los grandes monasterios -prácticamente única forma de vida religiosa conocida y practicada- muy lentamente ceden su lugar a las órdenes mendicantes. Se multiplican a lo largo del territorio católico grupos y movimientos calificados como herejes, las pequeñas urbes nacientes tienen demandas nuevas… y un aire de libertad se respira por doquier. En este paisaje nacen las beguinas que van a señalar nuevos caminos a la fe y a la práctica del cristianismo.

Las beguinas, mujeres de profunda experiencia espiritual, que se sienten impulsadas a dedicar su vida al seguimiento del Evangelio y al servicio a los más necesitados, pero no se sienten llamadas a exiliarse en los muros de un monasterio para morir a la dinámicas sociales. No es falta de inclinación a la contemplación, la vida de estas  mujeres está atravesada por grandes espacios de oración, contemplación y estudio… Es sin embargo necesidad de “desestructuración”, fuerza de libertad y autonomía, búsqueda de caminos propios…

Pertinente es pensar que hoy vivimos situaciones similares. El tiempo no es cíclico por supuesto, pero hay dinámicas sociales que tienen raíces comunes y regresan más de una vez. La iglesia católica en Europa se desmorona, la vida religiosa está quizás en la crisis más fuerte de su historia, languidecen las vocaciones y las grandes instituciones viven sus finales. Igualmente los seminarios permanecen vacíos y es necesario dedicar esas grandísimas edificaciones a menesteres muy diversos…

Es claro sin embargo que la “buena noticia” del maestro de Galilea no ha sido invalidada, hay en Occidente un renacer muy fuerte de la búsqueda de caminos espirituales que acerquen al Misterio, que lo trasluzcan mínimamente, hay acercamientos a los caminos espirituales del Oriente que tal vez arrojen nuevas luces… Pero también es claro que las instituciones con los muchos siglos a sus espaldas pesan, hay cansancios y decepciones frente a las grandes moles de la tradición. De la misma manera que no es momento de construir enormes catedrales, tampoco es el momento de inscribirse en el peso de los siglos. Las mujeres y los hombres jóvenes de hoy quieren habitar en el mundo “ligeros de equipaje”.

Es impensable que con el avance en la conciencia femenina y con los muchos logros y conquistas que las mujeres han conseguido en todos los ámbitos: económicos, sociales, profesionales, sexo-afectivos… puedan encontrar una respuesta a sus deseos de entrega o de absoluto en las estructuras de vida religiosa tal como hoy subsisten. Es claro que las mujeres ya no negocian hoy su libertad. Por eso es importante encontrar desde la fe y el mensaje de Jesús formas de vida nueva que transparenten los ideales y el proyecto que el Evangelio nos ofrece.

Por otro lado, los gérmenes ya se perciben aquí y allá. En muchos sitios y espacios liminales las mujeres se juntan para encontrar caminos propios para vivir su fe, sus búsquedas espirituales, sus respuestas al llamado evangélico. No importan las denominaciones o “bautizos”, las mujeres -por toda América Latina- se juntan, física o virtualmente, para trazar sus círculos y hallar sus mediaciones propias. No se acercan tal vez a las parroquias o a las iglesias más formales porque no son bien acogidas… Pero yo me pregunto si las iglesias urbanas en lugar de acercarse a los Centros Comerciales, no tendrían que salir en busca de estos círculos, acercarse a ellos, entender el mensaje que envían y aprender de los signos de los tiempos… tal vez en ellos encontrarían una interlocución enriquecida y válida… Sería una linda y válida forma de vivir la salida de la que habla Francisco. La iglesia, es tiempo ya, puede salir al encuentro de las propuestas e intuiciones femeninas, y acogerlas para aprender de ellas.

Las mujeres como parte de sus búsquedas en este siglo en que han conquistado su ciudadanía universal, se reúnen también para encontrar el fondo de sí mismas, para vivir el toque del Misterio desde sus ser más íntimo de mujeres conscientes. Por otro lado, vivimos en un tiempo en que es necesario el “cuidado del amor femenino”… nos rodean situaciones de dolor, de exclusión, del maltrato… la migración en masa requiere de nuevos beguinatos o casas de acogida… Las mujeres potencian su fortaleza moral y su capacidad de amor en círculo, en reunión…

Los grupos de mujeres de hoy tienen un camino abierto ya por sus ancestras, las beguinas, que revolucionaron la iglesia medieval con su herencia, sus vidas, sus palabras. Los beguinatos fueron un espacio privilegiado de la práctica de la sororidad y el affidamento, hay pruebas y testimonios escritos múltiples de ello: las maestras espirituales y sus “hermanas” buscaron juntamente nuevas formas de relación. Y es importante tener muy claro hoy que la sororidad como horizonte y como relación cotidiana, puede salvar el mundo y señalar inéditos caminos para utopías que nos jalonen a otro mundo posible.

Carmiña Navia Velasco

Círculo Espiritual María de Magdala

Cali, Julio de 2024

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