#sentipensares2025 Nosotras
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| Cristina Monsegur
Nosotras somos mujeres latino americanas, del sur de América, de tierra Argentina. Tenemos setenta años y más, nuestro pueblo la mayoría del tiempo ha vivido bajo gobiernos de formas dictatoriales, por lo cual nuestra estructura eclesial igual que otras estructuras también veladamente fue una estructura dictatorial. Cuando hablamos de “veladamente” no es para echar culpas porque también nosotras fuimos parte del engranaje de ese funcionamiento.Hemos sido fieles a la Iglesia en cuanto hemos permanecido, aunque también nosotras con los ojos velados creyendo que eso era seguir a Jesús. Desde nuestro lugar y a pesar de las trabas enormes del sistema patriarcal, la estructura eclesial nos necesitaba para “hacer”, pero no dio lugar a la escucha de “nuestro sentir ni de nuestro pensar” .Como solución o acomodo nos fuimos agrupando alrededor de la lectura de la Palabra, del estudio Bíblico, de la Liturgia, de la ayuda solidaria …todos son ejes de seguimiento a Jesús silenciosos.El silencio fue nuestro error.No fue posible salirse del sistema en forma visible, dentro de él solo unas pocas mujeres son escuchadas y se sientan a la mesa a la hora de pensar, muchas de ellas están porque su forma de pensamiento se acomoda bien a la concepción masculina de la estructura eclesial. ¿A qué precio? no sabemos… creo que algo se siente al abandonar o claudicar la percepción y la mirada femenina….Nosotras fuimos y somos testigos de que fueron aceptadas como parte del sistema pero no nos representan.De ambos lados, clero y laicas, pensaron que daban un paso enorme hacia la integración de la mujer….pero esos “avances o inclusiones” no representan el sentir y el hacer de la enorme cantidad de mujeres que forman parte activa y son el motor de las comunidades (en esto nos reservamos poner en palabras una conclusión, invitamos a discernir personalmente desde la realidad y la experiencia).Hemos luchado contra el sistema que no escuchaba nuestras voces transitando caminos donde no había huellas, más bien podemos decir que pudimos abrir picadas en el monte, esa fue nuestra resistencia buscando fuentes de seguimiento a Jesús en grupos pequeños, viviendo dolores muy fuertes en relación con nuestras percepciones femeninas, nuestros criterios y la no escucha de nuestras voces.Hoy elegimos no mirar atrás, por eso pensamos que es mejor partir del presente y de lo que tenemos ganado con las propuestas del camino sinodal.Estamos pudiendo abrazar las posibilidades de cambio y aunque la estructura se pueda revertir en contra de los avances del camino ya tenemos el terreno asentado para vivir sanamente nuestra esencia femenina aportando la mitad que le falta a la Iglesia como Pueblo de Dios en donde vivimos.Esto es gracias a que la esencia femenina está ligada al dar por eso creemos que no es necesario darle lugar al rencor hoy, más bien nos alegramos y damos gracias por esta presencia increíble de nuestra esencia que nadie pudo matar ni aplastar. Esencia dada por Dios desde la creación que nos mantuvo creadoras de espacios hasta hoy.Estrenamos vestido con el camino sinodal, somos visibles y vemos, aunque vuelvan tiempos sin luz. Sostener y mantener es nuestra tarea desde el suelo del camino sinodal y desde la unión de pensamiento liberador que nos hace reconocedoras de lo que somos y damos.Las invitamos a hacerse preguntas para saber con claridad qué es lo que sostenemos y que es lo que queremos mantener. (Sugerimos algunas )¿Cuáles son nuestras voces? ¿Cuáles nuestras miradas? ¿Cuáles palabras de los sin voz resuenan en nuestros oídos? ¿Qué pasa con nuestros cuerpos sabios que saben de ser habitados? ¿Qué sucede con nuestras casas y la relación de ser habitadas? ¿Abrimos las puertas a los que quieren entrar?