Es algo que coincidiereis conmigo que cada vez hacemos menos. Vamos siempre por la vida con cara de amargados, como si la vida no mereciera la pena vivirla, ¿Qué nos está pasando? No hemos nacido para ser infelices, ¡al contrario! Es necesario que aprendamos a sonreír, que lo hagamos, ¿os habéis preguntado por qué la gente cuanto menos tiene más sonríe, más feliz es? Quizá sea porque no están tan apegados como nosotros a lo material, al tener tanto como nosotros, como esta Europa llena y desarrollada, pero vacía de valores. Es el egoísmo el que reprende ese fondo bueno que tenemos todas las personas.
Atrévete a sonreír porque a pesar de las contrariedades, es posible mirar la vida desde el optimismo. Es verdad que las circunstancias pueden ser adversar y duras, pero también es importante aprender a ser felices. No olvidemos que en el fondo del corazón de cada persona está lo mejor de ella y si somos capaces de dejarlo aflorar, sonreiremos espontáneamente, lo necesitamos.
A una persona centenaria le preguntaron por el secreto de su longevidad y cuya respuesta fue: “cada vez que sonríes, te rejuveneces un mes; pero cada vez que te enfadas, envejeces un año”. Apliquémonoslo…