Cerrar puertas

Todos tenemos un pasado y un presente. El futuro es algo incierto en todos los sentidos. Demasiadas o muchas veces, nos regodeamos más en el pasado sin darle la importancia que tiene el momento actual que es el que verdaderamente importa, y eso, quizá en ocasiones nos hace daño sin conducirnos a ninguna parte. No es algo que nos ayude, aunque por supuesto no podemos desecharlo de nuestra vida. Cualquier experiencia de todo tipo siempre nos ayuda a crecer y eso tenemos que tenerlo claro.
Se me ha ocurrido compartir con vosotr@s este tema porque con demasiada frecuencia veo y oigo el dolor de muchas personas recordando situaciones ya vividas que no dejan de aflorar en sus vidas impidiendo vivir el presente. Pienso que en ocasiones es bueno saber cerrar algunas puertas que no nos conducen a ninguna parte, pero no por orgullo, ni siquiera por soberbia, sino porque no sirve de nada. Ante la pérdida de un ser querido, un enfrentamiento, una enfermedad, un problema, un tenía que haber dicho o hecho…no, eso ya no sirve… Aprovecha el momento, vive el hoy, sé feliz con lo mucho o poco que tengas, tienes vida y ahí entran muchas cosas. Disfruta, vive, da gracias a Dios por lo que tienes y “carpetazo” a aquello que te haga daño, porque no te va a ayudar a ser feliz y aunque nos cueste creerlo, no hemos venido a este mundo para ser unos desgraciados, os lo puedo asegurar…
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