A Contracorriente

¡Que comprometida es esta palabra y más hoy día! ¿Quién se atreve a ir en la vida a contracorriente? Eso ya no se lleva, todo lo contrario, hoy “se hace la pelota”, ¿Qué es lo que espera la sociedad de mi? Pues que uno se conforme con lo que tiene, que no alce mucho la voz, que vea el futbol todos los domingos, porque eso es lo que se lleva, dar la razón al otro aunque no la tenga, y así podría seguir enumerando yo y seguro que también vosotros…
Pero ¿qué significa arriesgar?: ser perseguido, estar en boca de todos, ser criticado, luchar por lo que uno cree y eso sabemos que conlleva la cara y la cruz de la vida. No vas a recibir rosas sino espinas, pero así lo hizo Oscar Romero, Casaldaliga o el propio Jesús de Nazaret. Por sus obras los conoceréis y ¿Cómo acabaron?, todos lo sabemos… Es más fácil hablar desde los tópicos que no nos llevan a ningún sitio. En la cruz está la vida y creo que no digo nada que ya no sepamos…
Personalmente pienso que merece la pena pasar por la incertidumbre, arriesgarse, luchar por lo que crees que merece la pena o sientes. Los caminos en ocasiones tienen demasiadas curvas que no permiten vislumbrar el horizonte, pero éste nos espera al final si somos capaces de caminar contracorriente. Trabajar por lo que queremos, saber poner nuestra mirada en aquello que vemos con los ojos del corazón y en aquello concreto que sentimos y queremos no es fácil, pero estoy segura que quienes lo han hecho, hoy, no se arrepienten. La indiferencia no nos lleva a ninguna parte, al contrario: ¡¡¡PARALIZA!!!
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